!Aquí no se engaña a nadie!

¡AQUÍ NO SE ENGAÑA A NADIE!
Presentación (1943)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga

Solera de España (1943)

Prólogo

A telón corrido sale un actor y dirigiéndose al público dice:

Señoras y caballeros:
Muy buenas … ¡No molestarse!
Yo estoy bien de pie … ¡Encantado
de verles y saludarles!
Yo salgo un poco nervioso ….
Me faltan habilidades
oratorias, los recursos
precisos para enfrentarse
con el público que aprueba
nuestra labor, nos aplaude,
nos anima, nos eleva,
y, a veces, de tarde en tarde,
con razón indiscutible,
nos da disgustos mortales.

Pues salgo porque la Empresa
me ha colocado en el trance
de dar a ustedes indicios,
pormenores o detalles
de la Solera de España
que vamos a presentarles.
Y, como yo soy sincero
y aquí no se engaña a nadie
debo decir que no esperen
melodías tropicales,
mulatas de pelo rubio,
congas o congos salvajes,
micrófonos hinchavoces
o trenes funiculares.
Tampoco verán marimbas,
ni fenómenos vocales,
ni animadoras cansadas,
ni rascacielos, ni apaches
de los que arrastran y pegan
a su pareja de baile,
lo cual es un atropello
lo mismo aquí que en Montmartre.

Esta Solera de España
viene en los limpios cristales
de una gracia, un sentimiento
y unas coplas populares.
¡Todo nuestro! ¡Español puro!
Sin mezclas extravagantes
que ni nos van, ni nos vienen,
ni maldita falta que hacen.
Con unos claveles dobles,
dos pañolitos de talle,
cuatro pares de ojos negros,
una guitarra y un cante
y unos piececitos chicos
que repican en el aire,
y una música tejida
con hilos de nuestra sangre,
con la luz de nuestro cielo
y la sal de nuestros mares,
con sombras de esos antiguos
rincones de nuestras calles
donde murmuran los viejos:
- ¡Ay, cuando yo era estudiante!

Con esas cosas pequeñas,
pequeñas … ¡pero tan grandes!
Esta Solera hemos hecho
como un vino viejo y suave
que quiere ser un regalo
para vuestros paladares.

Y es una niña española
– marfiles, bronce y volantes –
quien trae Solera de España
en la copa de su arte,
Se llama Juanita Reina,
macarena de linaje,
miniatura de giralda
sobre los finos metales
de la pena y la alegría,
de la emoción y el donaire.
Con ella Mario y Carmela
y otros artistas notables
– un servidor, por ejemplo,
que el público por la calle
me conoce, me saluda
y hasta me pide que baile -,
venimos hoy a ofreceros
en cortejo de humildades
esta Solera de España
servida en limpios cristales
con la luz de nuestro cielo
y la sal de nuestros mares.
¡Recuerden que no hay marimbas!
¡Aquí no se engaña nadie!