Margaret Thatcher
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Margaret Thatcher
Ha muerto Margaret Thatcher. Durante la guerra por las Malvinas, para evitar que avanzaran propuestas de paz como la del presidente peruano Belaunde Terry y obtener algún rédito político para sí misma, ordenó mandar a pique un buque que no implicaba peligro para sus tropas, hundiendo en el mar a muchos compatriotas nuestros. Nadie la puede querer menos que nosotros.
Nadie puede quererla menos, aunque algunos digan que "nos trajo la democracia" y otros, que "acabó con el comunismo". No nos trajo la democracia. La democracia argentina fue recuperada por los demócratas que lucharon por ella, y responde a una vieja tradición fundadora de nuestra nación, que es la tradición de los republicanos antimonárquicos; la de los defensores de los derechos del hombre en 1810 o en la Asamblea de 1813; la de los gestores de la revolución americana como San Martín, Belgrano, Miranda y Bolívar; la de los Tocquevilles argentinos como Dorrego y Sarmiento; la de los Artigas y Ramírez, la de los Pellegrini y Sáenz Peña, la de los radicales, la de los socialistas democráticos y demoprogresistas; la de los políticos de 1983, encabezados por Alfonsín y Luder; la de tantos que se enfrentaron al autoritarismo de cualquier signo ideológico, y la de tantos que murieron en nuestra historia por sus ideales, creyendo en la soberanía popular.
La Thatcher se ató a un dogma simple, el del máximo mercado y el mínimo Estado, y por eso se vinculó con Ronald Reagan, el gran jefe del populismo neoconservador, que fue decisivo para que el mundo viera la implosión de la vieja tiranía soviética. Con Reagan, creyeron en la capacidad creadora de la libertad de cada persona, aunque para hacerlo no recordaran lo suficiente la necesaria dignidad de todos y cada uno. Esa falencia más tarde provocó tensiones que se están pagando hoy, porque muchos poderosos abusaron de su poder desregulado, sin límites. Es demasiado primitiva y equivocada la idea de que lo único que importa son las ganancias corporativas, que fue en lo que terminó el llamado "neoliberalismo". El liberalismo sin neo es más abarcativo de la condición humana, como lo es el realismo conservador basado en el respeto de lo espiritual que hermana a todos.
Compartió la época histórica con Juan Pablo II, un líder de mucho mayor densidad en lo espiritual, cultural e histórico, y que también fue definitorio para salir de los totalitarismos de derecha, como el nazifascismo, o de izquierda, como el comunismo. Me parece que el papa sí dejó un camino más sólido para el futuro, más centrista, respetando la iniciativa de las personas, pero en un contexto de protección de los valores del humanismo que hoy refuerza su sucesor.
Tal vez Thatcher inauguró el estilo de la intransigencia extrema, que después tuvo tantos seguidores aquí y en todo el mundo: la "dama de hierro", "no se negocia". Eso a veces es bueno en las guerras, cuando uno termina ganando, pero no en la construcción de una paz duradera, donde son mejores las armas propias de la democracia: saber que nadie es infalible, aceptar que el otro puede tener razón, buscar acuerdos en el centro, construir consensos mayoritarios. A veces hay que plantarse por grandes ideales, claro. Pero no siempre, ni por intereses mezquinos.
No nos trajo la democracia. Su último gesto, aun al borde de la senilidad, fue homenajear a Pinochet, con quien tomó el té recordando los tiempos en que trabajaron juntos para que fuera derrotado nuestro país.
Nadie puede quererla menos, aunque algunos digan que "nos trajo la democracia" y otros, que "acabó con el comunismo". No nos trajo la democracia. La democracia argentina fue recuperada por los demócratas que lucharon por ella, y responde a una vieja tradición fundadora de nuestra nación, que es la tradición de los republicanos antimonárquicos; la de los defensores de los derechos del hombre en 1810 o en la Asamblea de 1813; la de los gestores de la revolución americana como San Martín, Belgrano, Miranda y Bolívar; la de los Tocquevilles argentinos como Dorrego y Sarmiento; la de los Artigas y Ramírez, la de los Pellegrini y Sáenz Peña, la de los radicales, la de los socialistas democráticos y demoprogresistas; la de los políticos de 1983, encabezados por Alfonsín y Luder; la de tantos que se enfrentaron al autoritarismo de cualquier signo ideológico, y la de tantos que murieron en nuestra historia por sus ideales, creyendo en la soberanía popular.
La Thatcher se ató a un dogma simple, el del máximo mercado y el mínimo Estado, y por eso se vinculó con Ronald Reagan, el gran jefe del populismo neoconservador, que fue decisivo para que el mundo viera la implosión de la vieja tiranía soviética. Con Reagan, creyeron en la capacidad creadora de la libertad de cada persona, aunque para hacerlo no recordaran lo suficiente la necesaria dignidad de todos y cada uno. Esa falencia más tarde provocó tensiones que se están pagando hoy, porque muchos poderosos abusaron de su poder desregulado, sin límites. Es demasiado primitiva y equivocada la idea de que lo único que importa son las ganancias corporativas, que fue en lo que terminó el llamado "neoliberalismo". El liberalismo sin neo es más abarcativo de la condición humana, como lo es el realismo conservador basado en el respeto de lo espiritual que hermana a todos.
Compartió la época histórica con Juan Pablo II, un líder de mucho mayor densidad en lo espiritual, cultural e histórico, y que también fue definitorio para salir de los totalitarismos de derecha, como el nazifascismo, o de izquierda, como el comunismo. Me parece que el papa sí dejó un camino más sólido para el futuro, más centrista, respetando la iniciativa de las personas, pero en un contexto de protección de los valores del humanismo que hoy refuerza su sucesor.
Tal vez Thatcher inauguró el estilo de la intransigencia extrema, que después tuvo tantos seguidores aquí y en todo el mundo: la "dama de hierro", "no se negocia". Eso a veces es bueno en las guerras, cuando uno termina ganando, pero no en la construcción de una paz duradera, donde son mejores las armas propias de la democracia: saber que nadie es infalible, aceptar que el otro puede tener razón, buscar acuerdos en el centro, construir consensos mayoritarios. A veces hay que plantarse por grandes ideales, claro. Pero no siempre, ni por intereses mezquinos.
No nos trajo la democracia. Su último gesto, aun al borde de la senilidad, fue homenajear a Pinochet, con quien tomó el té recordando los tiempos en que trabajaron juntos para que fuera derrotado nuestro país.
Gra- Mensajes : 2233
Fecha de inscripción : 01/02/2012
Re: Margaret Thatcher
Buenas noches querida amiga, me acordé de tí cuando esta mañana dieron la noticia, menuda era la señora dama de hierro.
pinfanilla- Admin
- Mensajes : 7269
Fecha de inscripción : 30/01/2012
Re: Margaret Thatcher
Gracias a Dios que descansa ,lo de en PAZ,me resulta mas dificil de creer,pero seremos humanos y le desearemos lo que se merece....
Nolyn
Nolyn
Nolyn- Mensajes : 1006
Fecha de inscripción : 31/01/2013
margaret thatcher
Descansar en paz, yo tampoco estoy segura! Que les pidan a los hijos de mineros y obreros de Inglatera!
amapola- Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 08/04/2013
Re: Margaret Thatcher
Vean este enlace.
pinfanilla- Admin
- Mensajes : 7269
Fecha de inscripción : 30/01/2012
Re: Margaret Thatcher
No podemos, Pinfa, está todo negro...
Gra- Mensajes : 2233
Fecha de inscripción : 01/02/2012
Re: Margaret Thatcher
O.K. voy a volver a intentarlo,la cosa es que yo sí lo veía antes de publicarlo.
pinfanilla- Admin
- Mensajes : 7269
Fecha de inscripción : 30/01/2012
Re: Margaret Thatcher
Me has hecho reír un montón. qué buen actor, ostras...
Gra- Mensajes : 2233
Fecha de inscripción : 01/02/2012
Re: Margaret Thatcher
Carta de Morrisey al diario The Daily Beast respecto de la muerte de Tatcher:
Thatcher es recordada como la Dama de Hierro solamente porque poseía características completamente negativas, como su permanente tozudez y su incapacidad de escuchar a los demás.
Cada movimiento que hacía estaba cargado de negatividad: destruyó la industria manufacturera británica, odiaba a los mineros, odiaba las artes, odiaba a los luchadores de la libertad irlandeses y los dejó morir, odiaba a los ingleses pobres y no hizo nada por ayudarles, odiaba a Greenpeace y a los activistas por el medio ambiente.
Fue la única líder política europea que se opuso a la prohibición del comercio de marfil. No tenía astucia ni calidez e incluso su propia coalición acabó por expulsarla. Dio la orden de volar El Belgrano (buque argentino) aún cuando este se encontraba fuera de la zona de exclusión de las Malvinas… ¡y se estaba alejando de las islas! Cuando los jóvenes argentinos abordo de El Belgrano estaban sufriendo la más horrible e injusta de las muertes, Thatcher le hizo el símbolo de la victoria a la prensa británica.
¿Hierro? No. ¿Barbárica? Sí. Ella odiaba a las feministas pese a que en gran parte fue gracias al progreso de este movimiento que el público británico llegó a aceptar la posibilidad de que una mujer pudiera llegar a ser primer ministro. Pero por culpa de Thatcher, nunca más habrá una mujer al poder en la política británica. En vez de abrir una puerta para las mujeres, la cerró.
Thatcher será apreciada sólo por los sentimentalistas que no sufrieron bajo su liderazgo, pero la mayoría de la clase trabajadora británica ya la ha olvidado, y los argentinos estarán celebrando su muerte. Como resumen de los hechos, Thatcher era el terror sin un átomo de humanidad.
Morrissey.
Thatcher es recordada como la Dama de Hierro solamente porque poseía características completamente negativas, como su permanente tozudez y su incapacidad de escuchar a los demás.
Cada movimiento que hacía estaba cargado de negatividad: destruyó la industria manufacturera británica, odiaba a los mineros, odiaba las artes, odiaba a los luchadores de la libertad irlandeses y los dejó morir, odiaba a los ingleses pobres y no hizo nada por ayudarles, odiaba a Greenpeace y a los activistas por el medio ambiente.
Fue la única líder política europea que se opuso a la prohibición del comercio de marfil. No tenía astucia ni calidez e incluso su propia coalición acabó por expulsarla. Dio la orden de volar El Belgrano (buque argentino) aún cuando este se encontraba fuera de la zona de exclusión de las Malvinas… ¡y se estaba alejando de las islas! Cuando los jóvenes argentinos abordo de El Belgrano estaban sufriendo la más horrible e injusta de las muertes, Thatcher le hizo el símbolo de la victoria a la prensa británica.
¿Hierro? No. ¿Barbárica? Sí. Ella odiaba a las feministas pese a que en gran parte fue gracias al progreso de este movimiento que el público británico llegó a aceptar la posibilidad de que una mujer pudiera llegar a ser primer ministro. Pero por culpa de Thatcher, nunca más habrá una mujer al poder en la política británica. En vez de abrir una puerta para las mujeres, la cerró.
Thatcher será apreciada sólo por los sentimentalistas que no sufrieron bajo su liderazgo, pero la mayoría de la clase trabajadora británica ya la ha olvidado, y los argentinos estarán celebrando su muerte. Como resumen de los hechos, Thatcher era el terror sin un átomo de humanidad.
Morrissey.
Gra- Mensajes : 2233
Fecha de inscripción : 01/02/2012
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