RAFAEL DE LEÓN, ¿ESCRITOR O IMPOSTOR?

Después de lo mucho leído y de lo que he observado, mi duda principal es si Rafael de León realmente llegó a escribir alguna canción o se dedicaba a ir a los cafés para comprarlas de quien las escribía y después las publicaba como suyas o pagaba a otros escritores para que incluyese su nombre como co-autor de sus letras.
En este hilo iré presentando las discrepancias e incoherencias encontradas durante mi estudio sobre este presunto escritor que aparecen en diferentes artículos publicados en Internet.

Reclaman en algunos artículos publicados en Internet el que no haya sido reconocido como parte de la generación de 1927. Nada más absurdo ya que el acto fundacional de la generación de 1927 se celebra en la Sociedad Económica de Amigos del País, de Sevilla, los días 16 y 17 de diciembre de 1927. ¿Cómo podrían incluir en la nómina del 27 a Rafael de León que no había escrito nada hasta entonces y que sólo aparece como autor de un poemario en 1941, catorce años después de la celebración, y otro en 1943? Además, aunque los hubiese publicados antes de 1927 eso no lo haría digno de pertenecer a tal generación por no cumplir los requisitos para hacer parte de la nómina.

Terminada su carrera de Derecho, no ejercita su profesión sino que vuelve a frecuentar los cafés cantantes y teatros de variedades de Sevilla gracias a las holgadas rentas paternas. En estos ambientes, dice uno de los artículos publicados en Internet que Rafael se sentía “como pez en el agua” participando del ambiente liberal y permisivo que concedía el nuevo régimen republicano. Todo indica que Rafael quiso hacer parte de ese mundillo artístico y las holgadas rentas paternas también le permitieron introducirse en tal mundillo.

Primero, ya había conocido al letrista Antonio García Padilla, alias “Kola”, en estos ambientes sevillanos, al comienzo de su carrera de Derecho que cursaba en la universidad de Granada, y consigue que éste coloque su nombre como co-autor de algunas letras: Un pasodoble titulado “coplas” con música de Mostazo en 1927; una zambra titulada “Manolo Reyes” con música de Quiroga en 1928.
Resulta sospechoso que un artículo publicado en Internet al mencionar estas letras que “León era mucho mejor que Kola” pero que Kola lo acepta para darle un empujón. ¡Qué falta de seriedad! ¿Cómo se puede decir que Rafael de León era superior que Kola cuando es en 1941 cuando aparece por primera vez su trabajo como poeta? ¿Por qué Kola se interesaría en agregar el nombre de Rafael en una de sus letras o aceptar una letra de Rafael y colocar su nombre como co-autor para darle un empujoncito? Es más creíble que Rafael de León hubiese pagado por eso ya que los empujones en ese mundo sólo se dan para que el otro caiga al suelo o entre artistas ya reconocidos.

Ya en 1930, quizás después de haber terminado la carrera iniciada en 1926, Rafael de León vuelve a frecuentar los cafés cantantes y teatros de variedades, donde conoce a más gente. Aparecen cinco canciones en colaboración con Kola musicadas por Rivas y Gardey: “Cinelandia”, “La Rajhadesa”, “La deseada”, “Arturo” y “Cine sonoro”. Con Antonio Quintero aparecen unos fandangos titulado “Estoy enfermo y te quiero” y un bugui gitano titulado “El objetivo” ambos musicados por Quiroga y otro colaborador conocido por Anastasio J. Fernández de Córdoba con el que aparente haber escrito una canción titulada Benavides musicada por Rivas y Gardey. Vuelve la pregunta de el por qué estos letristas tendrían interés en escribir alguna letra en colaboración con un desconocido.

Es importante conocer un poco sobre Salvador Valverde para poder concluir la posibilidad de creación de un trio con Rafael de León y Quiroga.

En 1912, cuando Rafael de León aún no había ido a la escuela y Valverde tenía 17 años, éste ya ha escrito ocho cuadernillos, con versos y cuentos breves, entre ellos un poema en homenaje a su admirado Rubén Darío.

En 1913 ya le publican algunos poemas en algunas revistas literarias.

En 1916 Una editorial de Barcelona le publica, en su colección Los noveles, su primera novela, titulada "Sol de la tarde". Casi al mismo tiempo se celebran en Huelva unos Juegos Florales conmemorando la salida de las Carabelas de Colón, del puerto de Palos. Valverde envía al concurso un poema titulado "La Canción de la Carabela", y el 1º de agosto de 1916 le conceden el Premio de Honor y Flor Natural, el máximo galardón. Enseguida el poema es publicado en La Esfera, de Madrid, y el Picktorial Review, de Nueva York. En el mismo año consigue un puesto como periodista en “La Unión” y enseguida, gracias a su imaginación y estilo es nombrado secretario de redacción.

En 1918 se estrena en el teatro Reina Victoria de Sevilla un sainete titulado “la varita de nardo” y se publican sus poemas en las más importantes revistas y diarios como: “Blanco y Negro” “ABC” y “Nuevo Mundo”

En 1919 se traslada a Madrid donde consigue dos empleos, uno como redactor en un periódico y otro como secretario en la productora cinematográfica Patria Films.

En 1920 el periódico lo manda hacer un reportaje al “Trianon Palace” sobre una cancionista italiana llamada Olimpia D’Avigny, ésta agradecida por el artículo le agradece y lo invita a cenar en su casa. Posteriormente, Olimpia le pide a Valverde que escriba una letra para una música compuesta por el maestro Francisco Sanna, la cual le fascinaba pero no tenía letra; Valverde atiende al pedido y nace “Olvídame” su primera canción que tiene un éxito fulminante y la llegan a cantar todas las cupletistas españolas. En Madrid lo acusan de “cupletero” pues no era bien visto que un escritor escribiese canciones; se disculpa pero vuelve a reincidir escribiendo bajo el seudónimo de Pandolfo, letras para los músicos Bódalo, Orejón y Yusto.

En 1921 escribe tres grandes éxitos con música de Manuel Font de Anta: "Vaya usted con Dios", "Sol de España", y especialmente "La Cruz de Mayo". Este tema, tan sevillano, lo cantaron todas las estrellas de la época: La Goya, Amalia Molina, Pastora Imperio, Paquita Escribano, Salud Ruiz, Carmen Flores, Mercedes Serós, Dora "La Cordobesita" y Teresita España. A estas canciones le seguirán, siempre con Font de Anta, "La rifa del beso" y "Prisionera". Ese mismo año también lo pasará entre Madrid y Sevilla, para estrenar en esta ciudad, en el Teatro del Duque, su primera zarzuela: "La Virgen del Rocío", con música de María Rodrigo.

En 1922 estrena en el Teatro San Fernando sevillano, otra zarzuela en dos actos, "El manto de la Virgen", con partitura de López del Toro. Su carrera se afirma, y lanza con Font de Anta otro éxito: "Varita de nardo", creación de La Goya, gran estrella de la época.

En 1923 obtiene otro éxito: “Mañana de niebla", con música de Francisco Sanna. Se traslada a Barcelona aceptando el ofrecimiento del empresario del Teatro Nuevo y allí escribe una zarzuela titulada “El niño mudo” para los músicos Lloret y Moñoa. Enseguida crea una historia de ambiente andaluz titulada “El alma de la copla” para el mismo teatro con música de José María Tena. Dos meses más tarde se estrena en Madrid su tercera zarzuela: “Gitanos del Sacromonte” con música de Vicente Quirós, que se da a conocer en el Teatro Romea.

En los últimos años de la década del 20, el poeta, autor de canciones, comediógrafo y periodista, no detiene su producción. En Teatro estrena "La Corte del Rey Poeta" (Romea de Madrid, 1925, música de Lloret y Muñoa, 300 representaciones), "La novela de la playa" (1926, Romea, música de Lloret y Muñoa) y "Feria de Abril en Sevilla" (1927, Romea, música: E.de la Torre y Miranda). Sigue escribiendo canciones con Font de Anta y con Bódalo ("¡Oh, el campo!" y "Esperame en Sakuska", para Luisita Esteso) y continúa su labor periodística en "El Liberal".

En 1930 Rosarillo de Triana le pide a Valverde que escriba una letra para una canción-elegía para el pintor Julio Romero de Torres, que había fallecido. Valverde busca a Quiroga que le había pedido que le llevase algunas letras para que él ponerle música y le ofrece “Adiós a Romero de Torres” que acaba estrenándola Conchita Piquer. Poco después Quiroga pone música a su segunda y tercera canción con Valverde: “Lucerito de Sevilla” y “Pena gitana”. La pareja continúa creando canciones pero sin ningún compromiso de exclusividad.
Por otro lado, dice el artículo, Rafael de León también lleva sus letras a Quiroga para que le ponga música: “Manolo Reyes” y “Rocío” siendo que la primera consta como escrita en 1928 en colaboración con Kola cuando Quiroga aún no se había trasladado para Madrid y la segundo en colaboración con Valverde en 1932. ¡Rafael de León no podría haberle llevado ninguna letra ya que no había escrito ninguna y la primera que aparece presuntamente escrita por él solito, fue en 1932, una canción titulada Romería del Quintillo a la cual le puso música el maestro Mostazo y no Quiroga. Sólo en 1933 que aparece un pasacalle presuntamente escrito por él al que le coloca música el maestro Quiroga.

Hago una pausa para mencionar que, conforme los artículos publicados en Wikipedia, Quiroga se trasladó a Madrid en 1929 y Rafael de León lo hizo por influencia de Quiroga en 1932.
Sin embargo el artículo dice que en 1930 se encuentran Valverde, Rafael de León y Quiroga y éste propone un trío con exclusividad el cual todos aceptan.

Preguntaría yo: ¿qué ser humano con un mínimo de 100 gramos de cerebro podría creerse que un escritor como Salvador Valverde con 18 años de éxito tanto como jornalista como en el teatro y como letrista de canciones aceptaría un compromiso de colaboración con alguien como Rafael de León que no había escrito nada hasta entonces y por lo tanto era totalmente desconocido? Además, no parece que hubiese tal compromiso de exclusividad ya que en 1930 Rafael de León consta como colaborador con Quintero, Kola y Anastasio J. Fernández de Cordoba. Entre 1931 y 1933 consta como colaborador con todos los anteriores así como Salvador Valverde y Sixto Cantabriano. Entre 1939 y 1939 aparece una canción presuntamente de autoría propia de Rafael y otra en colaboración con Martínez del Castillo. El único compromiso que se puede deducir es que Salvador Valverde se compromete a incluir el nombre de Rafael de león en todas sus letras por un precio estipulado. No he descubierto ninguna letra durante esos años en la que conste Valverde como único autor.

Salvador Valverde es obligado a salir de España por causa de la guerra y Rafael se las arregla escribiendo en colaboración con Quintero, Xandro Valerio, Jose Antonio Ochaíta, Kola, Raffles, Luis Fernández Ardavín, José Ojeda y Anastasio J. Fernández de Córdoba, hasta que, nuevamente, Quiroga propone un trío, con Quintero y Rafael, muy parecido al anterior que tampoco se cumple ya que Rafael, además de publicar algunas canciones presuntamente propias, también colabora con Juan Solano como músico “soy una feria” (1943), con Xandro Valerio (Rosalia, 1943), (la niña de la alameda 1944), (la niña del mar, 1945), A la vela vela (1945), “el puñal y la rosa” con Jose Antonio Ochaíta (1946), “Sol de España” con Andrés Molina (1946), “Embrujá por tu querer con Solano (1950), “Danza V” con música de Enrique González (1950), “Cautiva” con Andrés Molina Moles (1957), “Como a nadie te he querio con Alejo Montoro y música de Solano (1957), además de algunas canciones presuntamente escrita por él con música de Quiroga. Ya en 1959 con muchas canciones en colaboración con Andrés Molina Moles también. A partir de entonces, encontramos otros colaboradores como: José María Pemán, J. María de Arezamena, Manuel Clavero, Jorge Córcega, Rafael Vargas, Pascual González y aparecen nuevos músicos como: Manuel Parejo Obregón, Arturo Pavón, Paco Cepero, Paco de Lucía y Gerardo del Valle Bertrán.

En el artículo publicado en internet sobre el trío Quintero, León y Quiroga, el autor del mismo da nuevamente una señal sospechosa al decir que el responsable por las letras era siempre Rafael de León. Tan curiosamente como en el caso de Kola y de Salvador Valverde, pero un poco más atrevido. Quintero era un exitoso letrista y comediógrafo al que le encomendaron preparar un espectáculo; este busca la colaboración de Quiroga para la música, como podría haber buscado a otro músico, y éste al mismo tiempo ofrece la colaboración de su inseparable amigo Rafael de León el cual, de acuerdo con el artículo, pasa a imponer la exclusividad de la creación de las letras a quien lo está contratando.

Por lo que se puede ver el único compromiso que existía era igual que el anterior: Antonio Quintero incluye el nombre de Rafael de León en todas sus obras inclusive poemarios en cambio de una compensación en metálico. No me consta ningúna obra de Antonio Quintero en la que no conste el nombre de Rafael de León como colaborador durante esa época.