La gran oportunidad para los retantes

A las puertas de las eliminatorias, los retantes no necesariamente tienen que ser muy buenos sino que basta que sean regulares para hacerse de un banquito. Esta vez le ha tocado el turno a Eugenia pero podría haber sido cualquier uno de ellos. Quizá los únicos capaces de defenderlo serían Sandra Acal, Isabel Rico, Carmen Ramos y Joana Santos. Mari Carmen, con una gran voz, no es capaz de mejorar la interpretación y mucho menos cantar un tema que no permita giros flamencos; Naomi de los Santos, el duende de esta edición, no es capaz de mejorar el problema de afinación; los demás, simplemente no saben cantar por mucho que la dirección insista en darle las mejores valoraciones y los coloquen entre los más votados por la audiencia; cualquiera de ellos perdería su banquito ante un/una rival con un nivel regular, dependiendo del tema del reto.

Yo, personalmente, a estas alturas, no veo ningún progreso en los concursantes excepto en Sandra Acal que sí ha progresado muchísimo; ¿cabe culpar a los concursantes o a los profesores? Araceli insiste en "vamos a trabajar en eso" pero ¿dónde está el resultado? Después, a la hora de los ensayos, lo que Araceli haya podido enseñar viene Josemi y lo enseña de manera diferente confundiédolos a todos ya que no saben lo que hacer y sabiendo que su permanencia depende de ambos ya que habiendo empate es Josemi quien decide y lo ha dejado bien claro, a la hora de decidir se guiará por el trabajo que hayan hecho, o sea, si siguen sus pasos. Sobra el protagonismo de los bailarines, los únicos protagonistas deben ser los concursantes y los bailarines sólo deben hacer la coreografía. Es aceptable el acompañamiento de la bailarina o del bailarín en algunos temas, pero no en todos y mucho menos cuando se trata de concursantes capaces de hacer su propia coreografía como por ejemplo, para dar alguno, Carmen Ramos, Naomi y hasta Sandra Acal que en esta gala después de que Josemi le diciera que no había cuna, ella fue capaz de crearla por iniciativa propia. Los demás sí que necesitan de los bailarines y es el caso, por nombrar a uno, de Sergio el cual a la hora de moverse los cámaras enfocan a la bailarina para que no veamos lo mal que él lo hace.

Resumiendo, creo que si Rafael de León necesitaba de Antonio Quintero para crear un espectáculo, Canal Sur necesita a Pive en esta función de director artístico para que Se llama Copla vuelva a ser lo que era. También creo necesario que las votaciones no se deben cerrar al terminar la última actuación, sino que deberían colocar los cansinos e interminables comerciales y después cerrar las votaciones ya que así darían tiempo a la audiencia para votar en favor del último concursante que haya actuado en caso no le haya salido bien y no importa quién, ya que todos tienen el mismo derecho. Claro está que esta propuesta sólo sirve si realmente cuentan los votos de la audiencia ya que me temo que la única tabla que refleja la verdad es la del jurado pero no la de las votaciones del público que son arregladas de acuerdo con la voluntad de la dirección del programa y no de acuerdo con los votos recibidos.