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Los secretos en la copla española

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Los secretos en la copla española Empty Los secretos en la copla española

Mensaje  Guasón Dom Jul 14, 2013 11:24 pm

Entendemos por secreto lo que tenemos cuidadosamente oculto; información no compartida o compartida por muy poca gente; algo ignorado por todos o por la mayoría.
El secreto es algo que debe callarse, el secreto y el silencio están íntimamente relacionados. Tener un secreto es un privilegio, es tener cierto poder, pues cuando se tiene algo oculto es porque puede interesar a alguien que puede hacer mal uso de esta información; pero también es una angustia no poderlo compartir, su confesión libera. El que guarda un secreto también esconde el temor de que algo se sepa; quien no tiene la necesidad de confesar dicho secreto, y lo mantiene oculto sin dificultad, puede tener un sentimiento de superioridad.
¿Qué se oculta en la copla? Como hemos visto cuando hemos hablado de la madre, la mujer puede guardar el secreto de tener a su hijo en un hospicio. Pero el mayor ocultamiento es el de la pasión amorosa, lo que crea un clima de tensión en la copla, clave para su desarrollo narrativo.
El amor que se siente hacia alguien puede permanecer en secreto por diversas circunstancias:

- Porque ella está enamorada de alguien tan importante que sería muy peligroso publicarlo.
- Porque él está casado.
- Porque ella no quiere dañar a otra persona.
- En principio no se publica por no estar segura de lo que siente el amado.
- El amor no se confiesa a la persona que se ama porque él no muestra ningún interés o porque se sabe que no es correspondido, con lo que el amor es un amor amargo y doloroso.
- Porque la persona de la que se estuvo enamorada y con la que estuvo a punto de casarse se fue y jamás volverá.

[...] Se pue saber de qué y por qué
la María Amparo vive en Sevilla,
y el din y el don, y el qué y el con
de lo que oculta tras la mantilla.
Se pue saber de qué y por qué
en cuanto llega la madrugá,
sin ton ni son, ni dar razón,
la María Amparo se echa a llorar.
Como el demonio anda suelto,
va diciendo con descaro
a los vivos y a los muertos:
-Este caso no está claro.
Y hay que saber del qué y porqué
de los pasitos de María Amparo. [...]
¿Se pué saber de qué y por qué
la María Amparo no está en Sevilla?
¿Y el din y el don, y el qué y el con
del guapo mozo de las patillas?
¿Se pue saber de qué y por qué
con un empaque de emperatriz,
en tílburi de allí pa aquí,
la flamencona va por Madrid? [...]
(María Amparo)

El pintor la respetaba
lo mismo que algo sagrado
y su pasión le ocultaba
porque era un hombre casado.
Ella lo camelaba con alma y vida,
hechizá por la magia de su paleta,
y al igual que una llama se consumía
en aquella locura negra y secreta.
(La Chiquita Piconera)

[...] Silencio, cariño mío,
no te escapes de mi boca.
Escóndete en mis sentidos
aunque yo me vuelva loca.
Silencio para el “te quiero”
de mi copla cuando cante.
Silencio para el “me muero”
por los ojos de mi amante.
Entierra tu ventolera
en el pozo del olvido
y, por lo que tú más quieras,
silencio, cariño mío. [...]
Y por no causar un daño
a morir yo me sentencio
y a verte como un extraño
desde mi cruz de silencio
(Silencio, cariño mío)

[...] Tú no te diste ni cuenta pero luego en la ventana
rompí de pronto a llorar
y a tus porqués por mi llanto respondí: -vuelve mañana-,
pa no clavarte un puñal.
Corazón, dile a la boca
que por piedad no se abra,
que no diga una palabra
que voy a volverme loca. [...]
(Corazón, dile a la boca)

[...] La Lirio, La Lirio tiene,
tiene una pena La Lirio
y se le han puesto las sienes
moraítas de martirio.
Se dice si es por un hombre,
se dice que si es por dos;
pero la verdad del cuento,
¡ay, Señor de los tormentos!,
la saben La Lirio y Dios.
(La Lirio)

[...] Al principio fue un secreto
fácilmente de callar,
mas luego la hice soneto
y al aire la eché a volar. [...]
Contigo sin decir nada,
callada como una muerta.
Contigo besando incierta
tu boca de llamarada. [...]
(Contigo)

[...] Madrina,
por fuera jardín de rosa,
por dentro zarzal de espina.
Madrina,
mi pena es de Dolorosa
y nadie me la adivina.
No sabes de mi amargura pues tu locura
sólo es el toro
y a solas bebo mi llanto de tanto y tanto
como te adoro.
Madrina,
Madrina, sin un lucero,
madrina, sin un te quiero.
mas nadie ni se imagina
que el hombre de mi corazón
me llame sólo madrina.
Por culpa de una sonrisa
que echaste a unos ojos que había en barrera,
un toro de mi divisa
manchó de amapola tu estampa torera.
-¡Si se salva, Padre mío,
en silencio seguiré; [...]
(Madrina)

[...] Es gentil delicada y prudente,
la joven reina María Cristina
y, aunque va con el rey sonriente,
por dentro oculta lleva una espina. [...]
Señora siempre callada,
Señora siempre prendada
de un hombre que no te adora; [...]
Señora, dulce y valiente
que ocultas ante la gente
el drama que te devora. [...]
(Reina y señora)

[...] y mientras baila por tientos, llora un secreto de amores
por Juan Manuel de Antequera, que no la puede ni ver. [...]
(Esperanza la de Utrera)

Silencio.
Silencio cuando la luna
viste los ríos de plata.
Silencio cuando el sol pone
candelas en mi fachada.
Silencio,
tengo que guardar silencio,
silencio a la luz del alba,
silencio en el mediodía,
silencio de madrugada.
Todo ¿por qué?
-Y todo porque me quieres
en silencio y a distancia.
Todo ¿por qué?
-Y todo porque te quiero
más que a nadie y más que a nada.
Tengo dentro de mi cuerpo
más de un millón de palabras
que por culpa del silencio
no salen de mi garganta.
Tengo dentro de mi frente
golpeando una campana
que me repica tu nombre
con voz de bronce sonámbula
y recorre mi esqueleto
cada segundo sin pausa,
metiéndose por mis venas,
por mis sienes, por la savia
de mis huesos y por todos
los rincones de mi alma.
Silencio en este cariño
que es como un viento que abrasa.
Silencio,
Que silba contra los muros
De tu casa y de mi casa.
Silencio.
Y que si no lo frenamos,
a tiempo y como Dios manda,
se nos va a venir encima
lo mismo que una montaña.
Todo ¿por qué?
-Y todo porque me quieres
en silencio y a distancia.
Todo ¿por qué?
-Y todo porque te quiero
más que a nadie y más que a nada.
Silencio, silencio, silencio
(Silencio sobre silencio)

Lleva ya casi un siglo con un nombre en la boca
y jamás lo pronuncia delante de la gente. ...
(Señorita)


Él puede pensar que el cariño verdadero es aquél del que no se habla, los amores de los que se habla terminan fracasando, es una especie de superstición.162

...El cariño verdadero -¡ay!-
es humilde y es callado.
El cariño pregonero -¡ay!-
nunca llega a ningún lado. ...
(Tú a mí no me quieres)

Tanto él como ella no contarán sus sufrimientos por amor, pero a ella le delatarán las ojeras.

[...] Tú a mí no me quieres y bien lo sé yo,
pero este tormento yo no se lo cuento
ni a mi corazón.
(Tú a mí no me quieres)

[...] Que quieras o que no quieras,
y aunque tú no dices nada,
se nota por tus ojeras
que estás muy enamorada. [...]
(Romance de la Reina Mercedes)

...Y en el filo de la aurora,
desde Sol a Chamberí,
nadie sabe por qué llora
pregonando un quince mil. ...
(¡Mañana sale!)

...A nadie dijo su historia,
y el barco de su alegría
se hundió sin pena ni gloria
en el mar de la bebida. ...
(La Loba)

[...] Es gentil, delicada y prudente,
la joven reina María Cristina
y, aunque va con el rey sonriente,
por dentro oculta lleva una espina. [...]
Señora siempre callada,
Señora siempre prendada
de un hombre que no te adora; [...]
Señora, dulce y valiente
que ocultas ante la gente
el drama que te devora. [...]
(Reina y señora)

162 En palabras de J. Ortega y Gasset, op. cit. pág. 43, “Un amor no se puede contar: al comunicarlo se desdibuja o volatiliza.”

Puede mantenerse en secreto una traición.

La risa en los labios, la noche en el pelo;
soñando vestirse de blanco azahar,
y un día sus rosas cayeron al suelo
con cuatro palabras: -No te quiero ya.
A nadie dijo su historia,
y el barco de su alegría
se hundió sin pena ni gloria
en el mar de la bebida. [...]
(La Loba)

Lleva ya casi un siglo con un nombre en la boca,
y jamás lo pronuncia delante de la gente.
Es el nombre de un hombre que bordó como loca
en sábanas de hilo apasionadamente.
Cuando llega la noche su pesar desemboca
en canción sin palabras, amarilla y doliente,
y en el mar del espejo su sonrisa retoca,
por si acaso aquel hombre volviera de repente. [...]
(Señorita)

[...] Ella callada, callada, -y olé
no quería decir nada -y olé
de aquella mala pasión
que como una calentura
la llenaba de amargura
de la peineta al tacón. [...]
El señor que la quería
dicen que mujer tenía
porque era un hombre casado
y cuando llegó a saberlo
ella, para no quererlo,
se echó un hábito morado. [...]
Ella callada, callada, -y olépero
el filo de una espada -y oléfue
el que una noche habló
y al señor que la quería
y otra mujer tenía
sobre las piedras clavó.
Y mientras con penitencia
ella sabía callar,
Sevilla con mal querencia
repetía este cantar:
(La Macilenta)

[...] Y yo ni un reproche,
ni un “dime por qué”,
y así cada noche
bebiendo en las sombras mi copa de hiel. [...]
Yo ya sé dónde la tienes
y que vale doble más que valgo yo,
pero hablar no me conviene
y prefiero estar callada en mi dolor.
Y na de un mal gesto,
contenta y feliz,
y así pa los restos
desdibuja o volatiliza.”
con tal de que nunca te apartes de mí.
(Compañero)

...Yo noté que aquella noche él andaba un poco inquieto
mas no quise preguntarle de su angustia la razón,
y más pronto que otras veces se marchó con su secreto ...
(La jota de mi balcón)

En alguna ocasión se puede guardar silencio, no para ocultar nada, sino como señal de respeto por la muerte de una persona.

...Silencio en Andalucía,
rezadle un avemaría
y quitadse los sombreros;
silencio el patio y la fuente,
que está de cuerpo presente
el mejor de los toreros. ...
Silencio por un minuto,
pintad el campo de luto,
el ciprés y el olivar,
de luto las amapolas,
de luto Carmen y Lola,
Concha, Pepa y Soledad.
Silencio guarda el romero,
silencio el torito fiero,
y los bravos mayorales,
crespones en las divisas;
silencio pide la brisa
al pasar por los trigales.
(Silencio por un torero)

En la sección “La gente como personaje en la copla”, se tratarán con más profundidad los secretos guardados por la colectividad.

Fin
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