Se llama copla democrático


Unirse al foro, es rápido y fácil

Se llama copla democrático
Se llama copla democrático
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Página 32 de 32. Precedente  1 ... 17 ... 30, 31, 32

Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Vie Dic 30, 2022 12:47 am




MÚSICA

SANDRO
Con ese palpitar




I love you

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Vie Dic 30, 2022 12:51 am



MÚSICA

LAURA PAUSINI




achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Lun Nov 13, 2023 9:29 pm



TIERRA DE TALENTO



Smile

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Lun Nov 13, 2023 9:30 pm

achl escribió:

TIERRA DE TALENTO
(Especial José Mercé)



Smile

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Miér Dic 06, 2023 9:30 pm



JOSÉ JOSÉ
Amar y sufrir




I love you

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Lun Dic 25, 2023 9:46 pm



ROCÍO JURADO
Rocío de Luna Blanca



I love you


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Lun Dic 25, 2023 9:52 pm



ROCÍO JURADO
Historia de una estrella



I love you


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Mar Mar 12, 2024 5:11 pm



MÚSICA

PATRICK MANUE
My Way




Wink
achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Mar Mar 12, 2024 5:27 pm



MÚSICA

SEVVAL SAM
Bülbul Olsa



Smile
achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Mar Mar 12, 2024 5:30 pm



MÚSICA

CLARA MONTES
Canta a Antonio Gala





Smile



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Mar Mar 12, 2024 5:33 pm



MÚSICA

LEONARDO FAVIO
Ella ya me olvidó



Cool


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Miér Mar 20, 2024 5:29 pm



MÚSICA

DANIEL MAGAL
Cara de gitana



bounce



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Miér Mar 20, 2024 5:31 pm



MÚSICA

BERTÍN OSBORNE
Yo debí enamorarme de tu madre



bounce


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Miér Mar 20, 2024 5:38 pm



ROCÍO JURADO & JUAN PARDO
¿Por qué me habrás besado?



Wink

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Miér Mar 20, 2024 5:41 pm


MÚSICA

ROCÍO JURADO & JUAN PARDO
¿Por qué me habrás besado?



Embarassed

achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Vie Abr 12, 2024 8:37 am



Al primer tapón, zurrapa

La ñoña Manuela había sido educada al modo antiguo, estricto, y no podía disfrutar de libertad personal porque tenía que hacer culto a su virginidad.

A sus 14 años, su madre le regalaba por su cumpleaños una monjil falda. Manuela la lucía frente a su madre con una risita en los labios, pero avergonzada ante sus amigos y amigas del instituto.

Cuando iba creciendo, sometida era a un severo control y, por ese motivo, con una doble actitud trataba de encajar en el mundo, sin abandonar los valores que le habían inculcado desde muy pequeña.
Cumplía los 30 y todavía no conocía intimidad con hombre, sólo esas esporádicas “manitas” con casuales acompañantes que no se interesaban por ella al día siguiente.

Pasaban los años y cada día le era más difícil encontrar una relación estable. El Amor de un hombre parecía lejos de su alcance, y lo que ella veía como una virtud, se había convertido en el principal motivo de su fracaso.

Dejaba de acudir a discotecas, dejaba de maquillarse, dejaba de comprarse vestidos y zapatos modernos, dejaba de hablar con los amigos y adoptaba como un único refugio la fantasía que hallaba en la lectura de novelas románticas.

Una luminosa mañana de mayo, cogía su metro rumbo a su trabajo. Y, como siempre, se sentaba y sus ojos los mantenía fijos en la lectura de algún relato romántico.

Pero, de pronto, se sentía observada. Un atractivo muchacho no dejaba de mirarla, y esto la incomodaba, lo que la llevaba a ver si estaba “correctamente” sentada; una vez que repasaba que su vestido cubría las partes que pueden excitar a hombres, enseguida volvía a la lectura, que ese día era la de una novela en la que se sentía identificada con uno de los personajes.

Imaginariamente mantenía diálogo con ese ignoto, explayándose en contarle sus virtudes y confesándole sus ocultos deseos. Era ésta la primera vez que hacía un juego mental de esta clase y esto le parecía divertido.

Al llegar a su parada, le regalaba al extraño una sonrisa cómplice, como si la conversación con él hubiese sido real.

Ese episodio del metro comenzaba a hacerse presente en sus sueños, donde el joven iba adoptando una persuasiva actitud, que, poco a poco, iba ganando su corazón.

Manuela se enamoraba, porque ese joven la envolvía con palabras románticas y, sobre todo, palabras picantes, y sus sueños cada vez eran más subidos de tono, lo que hacía que ella se excitase.

En una ficticia cita, su amado la obsequiaba con una rosa roja, que Manuela guardaba celosamente. Pero cuando se despertaba la buscaba infructuosamente, porque no recordaba donde la había guardado.
Comenzaba la ilusa Manuela a creer que no se trataba de fantasía, que realmente habían conectado, de algún modo, y que aquel atractivo joven, sin duda, era el Amor de su vida.

Manuela había creído siempre en el Amor trascendente, y ésta era la demostración de su acierto. En su siguiente sueño, le iba a pedir un encuentro diurno en el mundo real.

Las noches pasaban y en una de ellas se veía con su alma gemela, pero siempre que él trataba de proponerle una cita erótica, un escalofrío interrumpía su sueño, despertándose de una forma abrupta y nerviosa.

Dejaba por el momento a un lado sus creencias religiosas y dedicaba todo sus esfuerzos a su vida onírica, que disfrutaba en cada sueño con su amante nocturno, acariciándose las partes más íntimas de su anatomía.

Pero no se estaba dando cuenta ella de que lo que en realidad estaba llevando era una vida paralela; recatada e insulsa de día, y enamorada y juguetona de noche.

Una de aquellas mañanas, su metro llegaba más lleno de lo normal. En uno de los vagones delanteros viajaba su supuesto amante y ella intentaba por todos los medios llegar hasta él, pero quedaba atrapada entre el gentío. Nerviosa, trataba de visualizarlo, pero la mole de pasajeros se lo impedía.

Decidía no bajarse del metro en la parada de La Puerta de Jerez (una céntrica Puerta sevillana) y seguía en él hasta la parada de la Catedral (famosa Catedral en el mundo entero). Era su última oportunidad y no podía desperdiciarla.

Ya en la parada de enfrente de la Catedral, lo veía esperando el verde de peatones. Corría hacia él y cuando llegaba a su lado lo cogía del brazo, y por primera vez escuchaba su voz:

—Muy amable de su parte, señorita, pero puedo cruzar solo.
—Pero yo no –respondía resuelta ella, sin soltarse del brazo.

Y haciendo más bueno el dicho de lo curiosas que son las mujeres, inspeccionaba al joven de arriba abajo, percatándose de que llevaba un crucifijo que le colgaba del cuello y un breviario en la mano.

Caminaban juntos en silencio hacia la Plaza Virgen de los Reyes, pero él se separaba de ella nada más llegar al portón alto y ancho de la Archidiócesis Arzobispal de Sevilla.

https://i.servimg.com/u/f36/19/65/87/91/mllzlz10.jpg


A Chávez López
Sevilla abril 2024



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Vie Abr 12, 2024 10:35 am



El muerto era un “vivo”

Me llamo Cayetano de Togores y Pérez. Tengo 46 años. Resido en la ciudad de Sevilla. Vivo solo porque me divorcié de mi pareja hace dos años, y ahora sólo me acompaña mi perro labrador. Desde principios del 2020 estoy de baja y permanezco en mi casa, porque mi corazón está debilitado por dos infartos seguidos. Y después de esta historia, que relato seguidamente, tengo que estar medicándome de por vida con cinco pastillas diferentes diarias y cuatro revisiones anuales.

_________________________________________________________

Me hallaba sentado en mi sillón frente al fuego de la chimenea mirando el balanceo de la llama, cuando recordaba que tenía que revisar mi correspondencia. Entre todas las cartas, una de ellas llamaba mi atención. Provenía de la mansión de los Pérez y Pérez. Recordaba ese maldito linaje, al que lejanamente pertenecía. Por fin, el viejo conde había muerto. Para mi sorpresa, estaba invitado al velatorio, a celebrarse en la mansión familiar, ubicada en Motril (Granada), tres días después de recibir la carta.

La familia Pérez se remonta al siglo XIV. Y aun estando en una remota rama del árbol genealógico, me invitaban a asistir al funeral. Preso de dudas estaba en ese momento, pero después de aclarar conmigo mismo algunas cosas, decidía acudir. Y mis dudas eran básicamente que ese tiburón sangre azul, primo de mi madre, se adueñó de la herencia de todos mis antepasados, incluida la que le correspondía a mi difunta progenitora.

Era una fría mañana de enero con un cielo gris, pero presagiaba un día feliz. Tras un cómodo viaje en tren, me hallaba frente a la mansión del conde. Se alzaba imponente junto a un acantilado, donde las crestas de las olas golpeaban con frenesí las partes más bajas. Un sendero, flanqueado por árboles viejos sin pelaje, discurría hasta la puerta de la entrada de la mansión.

Empezaba a recorrer el sendero con una anormal lentitud, para retrasarme el máximo en llegar, pues no quería ver concurrido el velatorio. Las piedras del camino parecían retorcerse a cada paso que daba. Mi sombra se alargaba, y el crepúsculo del horizonte se asemejaba a un tinte púrpura.

Levantaba la mirada hacia el claro que se abría ante la mansión, y veía que ocho autos de alta gama permanecían estacionados. Cruzaba con paso firme el estacionamiento y me detenía justo delante de la puerta de la mansión.

Entraba a la vez que tres personas salían del vestíbulo; suponía que después de dar sus condolencias a la condesa. Tras saludar, inclinando levemente la cabeza, a algunos invitados, avanzaba por el pasillo que llevaba hasta la alcoba del conde.

Me quedaba parado en el umbral, inmóvil, mirando el macabro lecho. La sombra proyectada por un candelabro, que iluminaba la cama del cadáver, era como si fuese un ser de ultratumba acechando a su víctima.

Yacía en pomposo féretro su petrificado cuerpo, vestido de esmoquin negro, camisa blanca, y palomita blanca de la que colgaba un medallón, por un mérito hipócrita en alguna cruzada. Sus manos, que mostraban enfermizo demacre, reposaban alargadas, y en el dedo anular de la mano derecha tenía incrustado un anillo de oro con tres diamantes puros y grabado el escudo heráldico del apellido. Pulcramente peinado estaba el occiso, como en vida, según foto que conservaba, puesto que sólo lo había visto una vez vivo y desde lejos.

Pero a pesar de tener el cuerpo sin vida del malvado conde ante mis ojos, no podía creer que estuviese muerto.

Era de suponer que su alcoba estuviese vacía. Todos odiaban a aquel bastardo. Durante toda su vida había atormentado la vida de todas las personas que lo rodeaban. Aún podía sentir la malaleche del aristócrata.

La fría expresión en su semblante era alterada sólo por una diabólica imitación de una sonrisa humana. Sus finos labios se hallaban estirados, como victoriosos, incluso muerto. Intentaba apartar mis ojos de él, pero algo me lo impedía. Tras manifestarme en una fuerte oposición, de su nefasta influencia conseguía liberarme.

Al volver a mirar esa mueca sonriente, corría un gélido escalofrío por todo mi cuerpo, y sus oscuros ojos parecían escudriñarme, hundidos en sus cuencas.

“¿Cómo puede ser posible que una persona pueda causar tanto horror aun ya muerto? ¡Ojalá ardas en el infierno, cabrón!”, me preguntaba y me decía para mis adentros. Y tan feliz.

Después de que ese macabro pensamiento emanase de mi mente, un crepitar de velas parecía estremecerse, realzando más aún el tormento en la alcoba. Me sobrecogía, pero me reponía y me entregaba al cometido para el que había acudido al velatorio.

Me aproximaba más al ataúd, a la vez que el resplandor de la alcoba centelleaba sobre el rostro del conde, dándole un semblante falsamente cálido. Veía en su mano derecha el costoso anillo. Dudaba unos segundos, pero, al ver cómo lucía injustamente en su agarrotado dedo, mi duda se disipaba y volvía a poner en su debido lugar la creciente repugnancia que sentía.

Mi conciencia estaba de acuerdo conmigo en lo que estaba a punto de hacer.

Sentía entre mis manos el gélido cuerpo del finado mientras trataba de extraerle el anillo, que parecía fundido en el dedo, y no conseguía sacarlo.

Terribles nervios se apoderaban de mí, y temía que alguien entrase en ese momento. Cogía con más firmeza la mano y hacía girar el anillo sobre el dedo. Después de dos intentos fallidos, al tercero conseguía que se desprendiese de la rígida y helada extremidad. Mientras miraba el oro y los diamantes, la expresión en mi cara era de triunfo.

“Me llevo esto que le robaste a mi madre, carroña”, dije en voz baja.

Una lengua de fuego danzante sobre las velas se alargaba hacia un lado de una forma tétrica. Pero, debido a mi euforia, decidía no prestarle atención a eso.

Me sentía feliz, satisfecho y en paz.

Pero mientras salía de la alcoba oía un golpe que distorsionaba el sobrecogedor silencio. Me daba la vuelta para ver qué era lo que lo había causado y me quedaba paralizado, y no me sentía aliviado al cerciorarme de que era la helada mano del conde al golpear el féretro lo que había causado el sonido. Empero, algo había cambiado en los ojos del conde; ahora no sólo escudriñaban con ira los míos, sino que estaban más altivos, que parecían salirse de sus órbitas, como si quisieran hipnotizarme.

Desechaba toda idea supersticiosa de mi mente y salía al pasillo, el cual no se veía más reconfortante. A pesar de eso, empezaba a caminar con paso rápido. El resto de los invitados estaba en la cocina. Me iba hacia el ostentoso salón de la mansión, pero aún me sentía nervioso cuando recordaba el escalofriante momento del hurto.

Al abrirse ante mí la puerta del espacioso salón, una sensación de vértigo se abría paso a través de mi subconsciente. Me apoyaba en la puerta. “Cayetano, tienes que tranquilizarte; todo ha terminado ya; el conde está muerto, y puedes regresar a Sevilla con esta costosa joya”. Con este pensamiento revoloteando en mi interior, me sentaba en un emperifollado sillón, al lado de una no menos emperifollada chimenea, construida con materiales indeterminados.

Del centro del techo del salón pendía una enorme araña de bronce, en la que, al final de cada una de sus patas, crepitaba la llama de la chimenea alocadamente.

Sin embargo, debí quedarme traspuesto, quizás por mi averiado corazón, porque tanto los familiares como los invitados se habían marchado ya, sin darme cuenta.
Un repulsivo silencio se cerraba sobre mí.

Pero, súbitamente, el silencio era quebrado por algo deslizante que provenía del pasillo. Mi espalda se pegaba al sillón mientras oía acercarse un ruido. En aquella mansión todo era siniestro, y vivo. Los sonidos se asemejaban a algo agonizante. Entero y tranquilo tenía que mantenerme.

“Lo más sensato sería irme de esta embrujada mansión”, pensaba.

Pero ese ruido seco se convertía en terror cuando unos largos dedos se aferraban al marco de la puerta. Una fina hendidura decía que con anterioridad uno de los dedos había llevado un anillo. Angustiado, deducía que era la mano del conde.

Me erguía ante tan horrible escena. El pérfido conde arrastraba penosamente sus pies y trataba de acercase a mí. Sus ojos no sólo me escudriñaban como antes en su féretro, ahora palpitaban coléricos y centelleantes bajo la repulsiva expresión de una agonía desesperada. Traspasaba el umbral y, tras torpes pasos, extendía los brazos en el aire, como en una amenaza.

“¡Está vivo, este hijo de puta no ha muerto!” -gritaba.

Frente a mis propios gritos, mi corazón daba un vuelco. Mi mano se posaba en mi pecho. Mi corazón, enfermo, no podría soportar aquel creciente terror que iba apoderándose de mi vida. Veía con horror cómo los blanquecinos dedos del conde temblaban ante la desesperación de asirse cruelmente a mi cuello. La locura y la maldad no habían desaparecido del alma del conde del Diablo. Sin duda, aquel maldito sangre azul quería recuperar su anillo.

Estaba paralizado. Las manos del conde se cerraban fuertemente alrededor de mi cuello. Su expresión cambiaba a una horripilante risa que, curvada en los extremos, se levantaba hacía los pómulos, enfatizando así su demencia enfermiza, locura en vida podrida y mórbida en muerte sufrida.

“¡Deja de reír, maldito bastardo!” -gritaba, de nuevo.
“¡Aparta de mí tu repugnante mirada!” -volvía a gritar.

Pero mis gritos no eran oídos por nadie. Mi garganta no emitía voz. Mi cerebro me decía que lo mejor para mi salud era que me tranquilizase y que me fuese de allí. Y le hice caso a mi cerebro. Me liberé como buenamente pude de las garras del conde y salí lo más rápidamente posible de aquel lugar.
Y hoy, un día después de aquello tan horrendo y ya en mi casa de Sevilla, mi felicidad es grande, pero no por tener tamaña joya a mi disposición, ya que, por fortuna, no tengo dificultades económicas, todo lo contrario, sino por haber saldado definitivamente la herencia de mi querida y añorada madre.

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Imagen50


A Chávez López
Sevilla abril 2024


What a Face
achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  achl Sáb Abr 13, 2024 5:31 am



MÚSICA

SEVVAL SAM
Bülbul Olsa



Cool
achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR) - Página 32 Empty Re: LA CAJA DE MÚSICA 10 (UN RINCONCITO PARA COMPARTIR)

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 32 de 32. Precedente  1 ... 17 ... 30, 31, 32

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.