LETRAS DE COPLAS
+2
achl
Guasón
6 participantes
Página 35 de 40.
Página 35 de 40. • 1 ... 19 ... 34, 35, 36 ... 40
La señorita del acueducto
LA SEÑORITA DEL ACUEDUCTO
Canción (1942)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I Yo soy Patricia, soy segoviana, yo fui la novia de un capitán, y aunque me tachen de casquivana, soy una mártir del qué dirán. Que me besaron mis labios rojos, dicen que saben por buen conducto, y no me miran con buenos ojos más que los ojos del acueducto. Estribillo: Sobre las piedras, que puso Roma, el agua pasa y va cantando, como de broma, como de guasa: Si algún cadete viene a Segovia, con la esperanza de echarse novia, tenga cuidado con la Patricia, que es el tormento de la milicia. Más yo les juro por los romanos a militares y a los paisanos: Que no se rinde como un reducto la señorita del acueducto. II De los amantes que me adoraron muchos tuvieron un triste fin más de catorce se suicidaron en los pinares de Balsaín. Pero pasaban las promociones y el acueducto mu traicionero, pasó por agua mis ilusiones y hoy soy la esposa de un confitero. Estribillo: Sobre las piedras, que puso Roma, el agua pasa y yo le canto como de broma, como de guasa: Cuando a Segovia venga un cadete no le aconsejes darme carrete, pues la Patricia ya no es soltera, que está casada y es pastelera. Y no es preciso que me hagan dengues con el pretexto de los merengues. Soy de Segovia dulce producto, soy la señora del acueducto.
Final: Y no es preciso que me hagan dengues con el pretexto de los merengues. soy de Segovia dulce producto, soy la señora del acueducto.
Canción (1942)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I Yo soy Patricia, soy segoviana, yo fui la novia de un capitán, y aunque me tachen de casquivana, soy una mártir del qué dirán. Que me besaron mis labios rojos, dicen que saben por buen conducto, y no me miran con buenos ojos más que los ojos del acueducto. Estribillo: Sobre las piedras, que puso Roma, el agua pasa y va cantando, como de broma, como de guasa: Si algún cadete viene a Segovia, con la esperanza de echarse novia, tenga cuidado con la Patricia, que es el tormento de la milicia. Más yo les juro por los romanos a militares y a los paisanos: Que no se rinde como un reducto la señorita del acueducto. II De los amantes que me adoraron muchos tuvieron un triste fin más de catorce se suicidaron en los pinares de Balsaín. Pero pasaban las promociones y el acueducto mu traicionero, pasó por agua mis ilusiones y hoy soy la esposa de un confitero. Estribillo: Sobre las piedras, que puso Roma, el agua pasa y yo le canto como de broma, como de guasa: Cuando a Segovia venga un cadete no le aconsejes darme carrete, pues la Patricia ya no es soltera, que está casada y es pastelera. Y no es preciso que me hagan dengues con el pretexto de los merengues. Soy de Segovia dulce producto, soy la señora del acueducto.
Final: Y no es preciso que me hagan dengues con el pretexto de los merengues. soy de Segovia dulce producto, soy la señora del acueducto.
La señorita del Pomporé
LA SEÑORITA DEL POMPORÉ
Canción (1942)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Estrellita Castro
I
Vive en un viejo palacio
con almenas y blasón
y lleva ya … ¡treinta años!
sentada en el poyetón.
Tuvo un novio hace ya tiempo,
que era maestro de escuela,
y dejóla para siempre
y esperando en su cancela.
Y el pueblo que la conoce
y sabe cuál es su fin,
cuando sale y cuando entra
le dice con retintín:
Estribillo:
¿Dónde va por el paseo
Empolvada y con crepé?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
¿Dónde va con sus mitones
y su falda de moaré?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
Va a buscar un novio, novio,
que es apuesto y militar
y juróle por su honra
que con ella se iba a casar.
Lo mismo que la viudita
del conde, conde Laurel,
se va a ver doña Rosita,
la señorita del pomporé …
II
Pasa un año y otro año
y Rosita sigue igual,
bordando el mismo pañuelo
y cantando el mismo vals.
Al espejo, de mañana,
le pregunta con voz breve:
“¿Soy hermosa?” y el espejo
le responde: “¡Blanca Nieves!”
Y el loro mal educado
que ella tiene en el balcón,
cuando sale y cuando entra
le repite la canción:
Estribillo:
¿Dónde va por el paseo
Empolvada y con crepé?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
¿Dónde va con sus mitones
y su falda de moaré?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
Va a buscar un novio, novio,
que es apuesto y militar
y juróle por su honra
que con ella se iba a casar.
Lo mismo que la viudita
del conde, conde Laurel,
se va a ver doña Rosita,
la señorita del pomporé …
Canción (1942)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Estrellita Castro
I
Vive en un viejo palacio
con almenas y blasón
y lleva ya … ¡treinta años!
sentada en el poyetón.
Tuvo un novio hace ya tiempo,
que era maestro de escuela,
y dejóla para siempre
y esperando en su cancela.
Y el pueblo que la conoce
y sabe cuál es su fin,
cuando sale y cuando entra
le dice con retintín:
Estribillo:
¿Dónde va por el paseo
Empolvada y con crepé?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
¿Dónde va con sus mitones
y su falda de moaré?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
Va a buscar un novio, novio,
que es apuesto y militar
y juróle por su honra
que con ella se iba a casar.
Lo mismo que la viudita
del conde, conde Laurel,
se va a ver doña Rosita,
la señorita del pomporé …
II
Pasa un año y otro año
y Rosita sigue igual,
bordando el mismo pañuelo
y cantando el mismo vals.
Al espejo, de mañana,
le pregunta con voz breve:
“¿Soy hermosa?” y el espejo
le responde: “¡Blanca Nieves!”
Y el loro mal educado
que ella tiene en el balcón,
cuando sale y cuando entra
le repite la canción:
Estribillo:
¿Dónde va por el paseo
Empolvada y con crepé?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
¿Dónde va con sus mitones
y su falda de moaré?
La señorita doña Rosita,
la señorita del pomporé …
Va a buscar un novio, novio,
que es apuesto y militar
y juróle por su honra
que con ella se iba a casar.
Lo mismo que la viudita
del conde, conde Laurel,
se va a ver doña Rosita,
la señorita del pomporé …
La Serranía
LA SERRANÍA
SERRANAS
LEGAZA
La serranía
la serranía
la serranía
yo recorro postinero
yo recorro postinero
de noche y día
de noche y día
de noche y día
sin pensar que por mi suerte
siempre en peligro de muerte
esta mi vía
esta mi vía
a...a...a...ay..
esta mi vía
Es mi caballo lucero
de ronda la serranía
es mi caballo lucero
y en toito el mundo entero
no hay novia como la mía
la muje que yo mas quiero
ANTONIO MOLINA
SERRANAS
LEGAZA
La serranía
la serranía
la serranía
yo recorro postinero
yo recorro postinero
de noche y día
de noche y día
de noche y día
sin pensar que por mi suerte
siempre en peligro de muerte
esta mi vía
esta mi vía
a...a...a...ay..
esta mi vía
Es mi caballo lucero
de ronda la serranía
es mi caballo lucero
y en toito el mundo entero
no hay novia como la mía
la muje que yo mas quiero
ANTONIO MOLINA
La Soberana
LA SOBERANA
Pasodoble (1950)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Esta canción-marcha fue creada por Quintero, León y Quiroga para el espectáculo “Olé con olé” estrenado por Juanita Reina el 11 de octubre de 1962 en el teatro Cervantes de Málaga. Juana Reina la grabó en disco para la desaparecida compañía Belter en 1965. Que nosotros sepamos, no existe otra versión discográfica de esta copla.
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
Por lo hermosa y lo sencilla,
no se ha visto maravilla semejante.
Ni tumbaga, ni pulsera,
ni parné en la fartriquera, ni un amante.
Dicen los guapos de Triana:
tú no eres rosa, ni eres flor,
tú eres pa mí la Soberana,
y en Soberana se quedó.
Pero en las noches de luna y lucero
de mayo y abril,
cuando en su reja florece un te quiero,
les suele decir:
Estribillo:
Soberana,
no llamarme Soberana,
que yo no lo puedo ser.
Mientras viva,
sabe Dios que estoy cautiva,
del imperio de un querer.
Te tendré como oro en paño,
por su mare me juró,
nunca más si yo te engaño,
vuelva a ver la luz del sol.
Soberana,
y aunque aquella letanía,
no pasó de mi ventana,
mis banderas están abatías,
de noche y de día,
¡no llamarme Soberana!
II
Pero el tiempo corre y vuela,
y llegando a su cancela, muy compuesto,
un señor de campanillas,
se la lleva de Sevilla pa los restos.
Iba casá como Dios manda,
pero al volver la vista atrás,
el corazón se le desmanda,
vaya usted a ver por quién será.
Tiene más lujo, dinero y diamantes
que el mismo Rothschild,
más si su dueño le pide que cante,
le suele decir:
Estribillo:
Soberana,
no llamarme Soberana,
que yo no lo puedo ser.
Mientras viva,
sabe Dios que estoy cautiva,
del imperio de un querer.
Te tendré como oro en paño,
por su mare me juró,
nunca más si yo te engaño,
vuelva a ver la luz del sol.
Soberana,
y aunque aquella letanía,
no pasó de mi ventana,
mis banderas están abatías,
de noche y de día,
¡no llamarme Soberana!
Pasodoble (1950)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Esta canción-marcha fue creada por Quintero, León y Quiroga para el espectáculo “Olé con olé” estrenado por Juanita Reina el 11 de octubre de 1962 en el teatro Cervantes de Málaga. Juana Reina la grabó en disco para la desaparecida compañía Belter en 1965. Que nosotros sepamos, no existe otra versión discográfica de esta copla.
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
Por lo hermosa y lo sencilla,
no se ha visto maravilla semejante.
Ni tumbaga, ni pulsera,
ni parné en la fartriquera, ni un amante.
Dicen los guapos de Triana:
tú no eres rosa, ni eres flor,
tú eres pa mí la Soberana,
y en Soberana se quedó.
Pero en las noches de luna y lucero
de mayo y abril,
cuando en su reja florece un te quiero,
les suele decir:
Estribillo:
Soberana,
no llamarme Soberana,
que yo no lo puedo ser.
Mientras viva,
sabe Dios que estoy cautiva,
del imperio de un querer.
Te tendré como oro en paño,
por su mare me juró,
nunca más si yo te engaño,
vuelva a ver la luz del sol.
Soberana,
y aunque aquella letanía,
no pasó de mi ventana,
mis banderas están abatías,
de noche y de día,
¡no llamarme Soberana!
II
Pero el tiempo corre y vuela,
y llegando a su cancela, muy compuesto,
un señor de campanillas,
se la lleva de Sevilla pa los restos.
Iba casá como Dios manda,
pero al volver la vista atrás,
el corazón se le desmanda,
vaya usted a ver por quién será.
Tiene más lujo, dinero y diamantes
que el mismo Rothschild,
más si su dueño le pide que cante,
le suele decir:
Estribillo:
Soberana,
no llamarme Soberana,
que yo no lo puedo ser.
Mientras viva,
sabe Dios que estoy cautiva,
del imperio de un querer.
Te tendré como oro en paño,
por su mare me juró,
nunca más si yo te engaño,
vuelva a ver la luz del sol.
Soberana,
y aunque aquella letanía,
no pasó de mi ventana,
mis banderas están abatías,
de noche y de día,
¡no llamarme Soberana!
La solterita
LA SOLTERITA
Tanguillo (1948)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Luisita Calle
I
Ningún serrano se güerva,
por mí, loquito perdío;
yo miro a todos los hombres
iguá que a hermanitos mío.
Debajo de mi ventana,
cuchillos no quiero vé,
con tal que no haya peleas
sortera me quearé.
Y dirá la gente:
“Mira que doló,
sorterita y ayé ha cumplío
los cuarenta y dó”.
Estribillo:
Llorando…, me verán llorando
por los rincones
pensando cuando yo partía
los corasones.
Me tiraban el sombrero,
los valientes, a mis pié;
yo a nadie dije: “Te quiero”
ni a nadie se lo diré.
Y así, sentaíta en er poyetón,
mas ninguno, en mi cara bonita,
verá la curpita de su perdisión.
II
¿Por qué los hombres selosos
les disen a las mujeres:
“La muerte vendrá a tu reja,
serrana, si no me quieres?
Se ganan las voluntades,
y er tesoro de un queré,
mejó que con un cuchillo,
con er tallo de un clavé.
A mi ningún hombre
me trajo una fló
sorterita y ayé ha cumplío
los cuarenta y dó.
Estribillo:
Llorando…, me verán llorando
por los rincones
pensando cuando yo partía
los corasones.
Me tiraban el sombrero,
los valientes, a mis pié;
yo a nadie dije: “Te quiero”
ni a nadie se lo diré.
Y así, sentaíta en er poyetón,
mas ninguno, en mi cara bonita,
verá la curpita de su perdisión
Tanguillo (1948)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Luisita Calle
I
Ningún serrano se güerva,
por mí, loquito perdío;
yo miro a todos los hombres
iguá que a hermanitos mío.
Debajo de mi ventana,
cuchillos no quiero vé,
con tal que no haya peleas
sortera me quearé.
Y dirá la gente:
“Mira que doló,
sorterita y ayé ha cumplío
los cuarenta y dó”.
Estribillo:
Llorando…, me verán llorando
por los rincones
pensando cuando yo partía
los corasones.
Me tiraban el sombrero,
los valientes, a mis pié;
yo a nadie dije: “Te quiero”
ni a nadie se lo diré.
Y así, sentaíta en er poyetón,
mas ninguno, en mi cara bonita,
verá la curpita de su perdisión.
II
¿Por qué los hombres selosos
les disen a las mujeres:
“La muerte vendrá a tu reja,
serrana, si no me quieres?
Se ganan las voluntades,
y er tesoro de un queré,
mejó que con un cuchillo,
con er tallo de un clavé.
A mi ningún hombre
me trajo una fló
sorterita y ayé ha cumplío
los cuarenta y dó.
Estribillo:
Llorando…, me verán llorando
por los rincones
pensando cuando yo partía
los corasones.
Me tiraban el sombrero,
los valientes, a mis pié;
yo a nadie dije: “Te quiero”
ni a nadie se lo diré.
Y así, sentaíta en er poyetón,
mas ninguno, en mi cara bonita,
verá la curpita de su perdisión
La sombra vendo
LA SOMBRA VENDO
Autores: Llabrés, Molés y Gordillo
Sin lugar a dudas, Marifé de Triana es la artista que más ha influido en las últimas generaciones de cantantes copleras, las mayoría de las cuales han tenido la suerte de conocerla personalmente y de recibir su apoyo, pues Marifé es la gran madrina de estas nuevas intérpretes. “La sombra vendo” se incluyó en uno de las primeras grabaciones de Marifé de Triana. Concretamente, la grabó en 1958 y apareció en un disco de cuatro canciones.
Llevo los abanicos, de mil colores,
que en la plaza florecen con alegría,
quitan al sol con gracia sus resplandores,
y alegran la tragedia de la corrida.
Cuando la puerta de los toriles,
se rompe en quiebro de seguidilla,
mis abanicos se ven por miles,
y le dan celos a las mantillas.
La sombra, la sombra vendo,
¿quién me la quiere comprar?
de dinero, yo no entiendo,
la doy casi regalada.
La sombra, la sombra vendo,
para competir con el sol.
cómprela usted, caballero,
que no hay en el mundo entero,
la sombra que vendo yo.
Para vender la sombra, me quedo fuera,
y adivino el paseo de las cuadrillas,
sueño que estoy mirando desde barrera,
la suerte pinturera, de banderillas.
Mis abanicos sobre el tendío,
con su aleteo de colorines,
marcan al quite su escalofrío,
y le hacen guiños a los clarines.
La sombra, la sombra vendo,
¿quién me la quiere comprar?
de dinero, yo no entiendo,
la doy casi regalada.
La sombra, la sombra vendo,
para competir con el sol.
cómprela usted, caballero,
que no hay en el mundo entero,
la sombra que vendo yo.
MARIFÉ DE TRIANA
https://www.youtube.com/watch?v=f9kzISEdUpQ
Autores: Llabrés, Molés y Gordillo
Sin lugar a dudas, Marifé de Triana es la artista que más ha influido en las últimas generaciones de cantantes copleras, las mayoría de las cuales han tenido la suerte de conocerla personalmente y de recibir su apoyo, pues Marifé es la gran madrina de estas nuevas intérpretes. “La sombra vendo” se incluyó en uno de las primeras grabaciones de Marifé de Triana. Concretamente, la grabó en 1958 y apareció en un disco de cuatro canciones.
Llevo los abanicos, de mil colores,
que en la plaza florecen con alegría,
quitan al sol con gracia sus resplandores,
y alegran la tragedia de la corrida.
Cuando la puerta de los toriles,
se rompe en quiebro de seguidilla,
mis abanicos se ven por miles,
y le dan celos a las mantillas.
La sombra, la sombra vendo,
¿quién me la quiere comprar?
de dinero, yo no entiendo,
la doy casi regalada.
La sombra, la sombra vendo,
para competir con el sol.
cómprela usted, caballero,
que no hay en el mundo entero,
la sombra que vendo yo.
Para vender la sombra, me quedo fuera,
y adivino el paseo de las cuadrillas,
sueño que estoy mirando desde barrera,
la suerte pinturera, de banderillas.
Mis abanicos sobre el tendío,
con su aleteo de colorines,
marcan al quite su escalofrío,
y le hacen guiños a los clarines.
La sombra, la sombra vendo,
¿quién me la quiere comprar?
de dinero, yo no entiendo,
la doy casi regalada.
La sombra, la sombra vendo,
para competir con el sol.
cómprela usted, caballero,
que no hay en el mundo entero,
la sombra que vendo yo.
MARIFÉ DE TRIANA
https://www.youtube.com/watch?v=f9kzISEdUpQ
La sonaja
LA SONAJA
Pasodoble (1954)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Luisa Ortega
I La Sonaja fue en Sevilla una hembra de carté; como el nardo la mejilla y los labios de clavé. Y la gente desía que si pulseras, que si brillante, que si siete cortijos, cuatro dehesas y un olivá … Y murmuraban que fue su amante quien le dejó cuando murió tó su caudá. Y una noche ar salí der café, la Sonaja se puso a llorá cuando un guapo mosito alfarero, en vé de un piropo, le dijo al pasá. Estribillo: ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, se hace la ilusión que con un millón se compra un “te quiero”. ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, debe de aprendé que con el queré no vale er dinero. Un lacayo con librea y en el arca un capitá, una casa en la alamea y dos barcos por la má. Pero a mí nadie me quita que una pena la amortaja, ya que siendo tan bonita ni un cariño se le cuaja y al mirarle la carita, me da penita de la Sonaja.
II La noticia por Sevilla fue la bomba al estallá; “La Sonaja, pobresilla, está loca rematá.” Pues vendió sus brillantes, sus olivares y su ganao y er montón de billetes como una reina lo repartió entre los pobres nesesitao. ¡Arsa y olé, vaya mujé, así no hay dó! Y ahora disen que alegre la ven, por Sevilla de acá para allá, siempre al braso del mismo mosito que canta bajito con aire triunfá: Estribillo: ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, tuvo que aprendé que se pué queré sin tené dinero. ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, tiene ya un amó que en su reja en fló le juró un “te quiero”.. Ni cochero, ni lacayo, ni tampoco ni un reá, pero en cambio para mayo en San Gil se va a casá. Y en la misma selosía que fue un tiempo su mortaja, el galán, de noche y día, dise al verla sin alhaja: “¡Tu pobresa, vida mía, es mi alegría, ay, mi Sonaja!”
Pasodoble (1954)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Luisa Ortega
I La Sonaja fue en Sevilla una hembra de carté; como el nardo la mejilla y los labios de clavé. Y la gente desía que si pulseras, que si brillante, que si siete cortijos, cuatro dehesas y un olivá … Y murmuraban que fue su amante quien le dejó cuando murió tó su caudá. Y una noche ar salí der café, la Sonaja se puso a llorá cuando un guapo mosito alfarero, en vé de un piropo, le dijo al pasá. Estribillo: ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, se hace la ilusión que con un millón se compra un “te quiero”. ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, debe de aprendé que con el queré no vale er dinero. Un lacayo con librea y en el arca un capitá, una casa en la alamea y dos barcos por la má. Pero a mí nadie me quita que una pena la amortaja, ya que siendo tan bonita ni un cariño se le cuaja y al mirarle la carita, me da penita de la Sonaja.
II La noticia por Sevilla fue la bomba al estallá; “La Sonaja, pobresilla, está loca rematá.” Pues vendió sus brillantes, sus olivares y su ganao y er montón de billetes como una reina lo repartió entre los pobres nesesitao. ¡Arsa y olé, vaya mujé, así no hay dó! Y ahora disen que alegre la ven, por Sevilla de acá para allá, siempre al braso del mismo mosito que canta bajito con aire triunfá: Estribillo: ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, tuvo que aprendé que se pué queré sin tené dinero. ¡La Sonaja, ay, la Sonaja!, tiene ya un amó que en su reja en fló le juró un “te quiero”.. Ni cochero, ni lacayo, ni tampoco ni un reá, pero en cambio para mayo en San Gil se va a casá. Y en la misma selosía que fue un tiempo su mortaja, el galán, de noche y día, dise al verla sin alhaja: “¡Tu pobresa, vida mía, es mi alegría, ay, mi Sonaja!”
La suerte del pollo
LA SUERTE DEL POLLO
Estampa con bulerías (1944)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
Canela…,
a canelita y a flores,
dise mi abuela que estaba el pollo
que va rifando Dolores…
Ay, qué pimpollo, que lo he criao
con biberón y alfajores
y tortas de bacalao.
Señores,
vamos a vé a quién le toca,
por suerte loca,
el pollo de la Dolores.
El pollito quedó muy bonito,
qué bien criaíto
parece que está.
Yo lo quiero
meté en mi puchero
–tin tin-, yo me muero de nesesiá.
En el mundo no hay pollo más fino.
Cuando ayé del corral lo saqué
las gallinas de to’s los vecinos
pío pío piaban por é.
Como a un hijo camelo yo al pollo
y padezco de pena mortá,
mis ojitos paresen arroyos
cada vez que lo voy a rifá.
Adesenta la casa.
¡Ay, vergüensa me da!
Los clavitos del remordimiento
después que lo rife me van a matá.
Mi pollito, mi bien, mi alegría,
en su cesta parese una fló;
me anunciaba las claras der día
con el ki-ki-ri-kí del amó.
Porque soy gitanita y morena
respondía la gente de mí.
Yo no puedo sufrir tanta pena
si me falta su ki-ki-ri-kí.
Adesenta la casa.
¡Ay, reniego de mí!
Por los clavos del remordimiento
después que lo rife me voy a morí.
Ay, pollito del alma,
pollito amante, vamos a vé
qué regalo tan bueno,
tan elegante te van a hasé.
Por tus méritos grandes,
reconosíos del Tribuná,
los talentos de un pollo,
primo querío, van a premiá.
¿Qué le manda usté al pollo?
Yo no le mando. Tú sí le mandas.
¡Ay! Tú le vas a mandá una bufanda
pa que se abrigue,
que el pollo sigue
con este frío
que anteayé por la noche ha cogío.
¡Yo…!
¿Qué le manda usté al pollo?
Yo no le mando con la primera.
¡Ay! Tú le vas a mandá una chistera
de esas tan altas,
con dose casas,
por si lo ayuda
y el mosito al pasar lo saluda.
¡Yo…!
Estampa con bulerías (1944)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
Canela…,
a canelita y a flores,
dise mi abuela que estaba el pollo
que va rifando Dolores…
Ay, qué pimpollo, que lo he criao
con biberón y alfajores
y tortas de bacalao.
Señores,
vamos a vé a quién le toca,
por suerte loca,
el pollo de la Dolores.
El pollito quedó muy bonito,
qué bien criaíto
parece que está.
Yo lo quiero
meté en mi puchero
–tin tin-, yo me muero de nesesiá.
En el mundo no hay pollo más fino.
Cuando ayé del corral lo saqué
las gallinas de to’s los vecinos
pío pío piaban por é.
Como a un hijo camelo yo al pollo
y padezco de pena mortá,
mis ojitos paresen arroyos
cada vez que lo voy a rifá.
Adesenta la casa.
¡Ay, vergüensa me da!
Los clavitos del remordimiento
después que lo rife me van a matá.
Mi pollito, mi bien, mi alegría,
en su cesta parese una fló;
me anunciaba las claras der día
con el ki-ki-ri-kí del amó.
Porque soy gitanita y morena
respondía la gente de mí.
Yo no puedo sufrir tanta pena
si me falta su ki-ki-ri-kí.
Adesenta la casa.
¡Ay, reniego de mí!
Por los clavos del remordimiento
después que lo rife me voy a morí.
Ay, pollito del alma,
pollito amante, vamos a vé
qué regalo tan bueno,
tan elegante te van a hasé.
Por tus méritos grandes,
reconosíos del Tribuná,
los talentos de un pollo,
primo querío, van a premiá.
¿Qué le manda usté al pollo?
Yo no le mando. Tú sí le mandas.
¡Ay! Tú le vas a mandá una bufanda
pa que se abrigue,
que el pollo sigue
con este frío
que anteayé por la noche ha cogío.
¡Yo…!
¿Qué le manda usté al pollo?
Yo no le mando con la primera.
¡Ay! Tú le vas a mandá una chistera
de esas tan altas,
con dose casas,
por si lo ayuda
y el mosito al pasar lo saluda.
¡Yo…!
La televisión
LA TELEVISIÓN
Canción (1949)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Pepe Blanco
I
Aunque soy madrileño de cepa
y me canto como un Faraón,
no me puedo entender con la Pepa
si no empleo la televisión.
En la fiesta del Céfiro blando
por el miero te vengo a cantar,
pa decirte te estoy camelando,
y así nadie lo puede notar.
Tú escúchame a mí
por el aire te mando, serrana,
la copla gitana
de mi garlochí.
Estribillo:
Oye, nena …
Oye, nena tú ponme la antena,
si no, yo de pena
me voy a morí.
Que te quiero …
Que te quiero y me gusta el palique
igual que al espique
de Radio Madrid.
Tu padre como es tan cuco
te tiene en observación,
mas no se figura el truco
de la radiodifusión.
Que te esconda,
que te deje encerrá en una fonda,
tú agarra la onda
de mi corazón.
II
La otra noche tú estabas cenando
con tu padre a la vera sentao
y en la radio yo estaba cantando
que me tienes atontolinao.
Pero al fin con muchísima escama
va y exclama cargao de razón:
“Si no cambia la radio el programa
va a acabar a patás la emisión”.
No sufras por mí,
porque tó con el tiempo se borra
y yo en Radio Andorra
te canto a ti así.
Estribillo:
Oye, nena …
Oye, nena tú ponme la antena,
si no, yo de pena
me voy a morí.
Que te quiero …
Que te quiero y me gusta el palique
igual que al espique
de Radio Madrid.
Tu padre como es tan cuco
te tiene en observación,
mas no se figura el truco
de la radiodifusión.
Que te esconda,
que te deje encerrá en una fonda,
tú agarra la onda
de mi corazón.
Canción (1949)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Pepe Blanco
I
Aunque soy madrileño de cepa
y me canto como un Faraón,
no me puedo entender con la Pepa
si no empleo la televisión.
En la fiesta del Céfiro blando
por el miero te vengo a cantar,
pa decirte te estoy camelando,
y así nadie lo puede notar.
Tú escúchame a mí
por el aire te mando, serrana,
la copla gitana
de mi garlochí.
Estribillo:
Oye, nena …
Oye, nena tú ponme la antena,
si no, yo de pena
me voy a morí.
Que te quiero …
Que te quiero y me gusta el palique
igual que al espique
de Radio Madrid.
Tu padre como es tan cuco
te tiene en observación,
mas no se figura el truco
de la radiodifusión.
Que te esconda,
que te deje encerrá en una fonda,
tú agarra la onda
de mi corazón.
II
La otra noche tú estabas cenando
con tu padre a la vera sentao
y en la radio yo estaba cantando
que me tienes atontolinao.
Pero al fin con muchísima escama
va y exclama cargao de razón:
“Si no cambia la radio el programa
va a acabar a patás la emisión”.
No sufras por mí,
porque tó con el tiempo se borra
y yo en Radio Andorra
te canto a ti así.
Estribillo:
Oye, nena …
Oye, nena tú ponme la antena,
si no, yo de pena
me voy a morí.
Que te quiero …
Que te quiero y me gusta el palique
igual que al espique
de Radio Madrid.
Tu padre como es tan cuco
te tiene en observación,
mas no se figura el truco
de la radiodifusión.
Que te esconda,
que te deje encerrá en una fonda,
tú agarra la onda
de mi corazón.
La Trianera
LA TRIANERA
Autores: Raffles y Quiroga
Despues de haber recorrido,
España entera y triunfar,
se presenta en "El Tronío"
La Trianera a bailar.
Un café que hay en Sevilla,
donde la gente cañí,
ahoga con manzanilla,
las penas del garlochí.
Y al salir de las tablas, La Trianera,
al guillobe del cuadro, se tropezó,
al gitano que un día, se entregó entera,
y que al verla, esta copla, la dedicó:
Acuerdate cuando puse,
junto a tu cara la mía,
y suspirando dije:
"Serrano, ya estoy perdida".
Fue tan grande y merecido,
aquel triunfo que logró,
que a las mesas de "El Tronío",
toda Sevilla acudió.
Parecía una palmera,
cuando sola en el tablao,
la gitana Trianera,
marcaba un zapateao.
De un torero famoso, la bailaora,
enseguida, con gracia, se hizo querer,
y en un palco pasaba todas las horas,
pensando en lo felices, que iban a ser.
Y decia el cantaor:
"No me importa que te vayas,
lo que siento es que te lleves,
la sangre de mis entrañas"
Por la puerta donde entraban,
los artistas al café,
el cantaor acechaba,
a la que fue su querer.
Escuchame Trianera,
mirame un poco por Dios,
porque la culpita era,
aquel día, de los dos.
Llegó en esto el torero y a Trianera,
agarrada del brazo, se la llevó,
mas a los pocos pasos, junto a la acera,
heridito en el pecho, se lo encontró.
Y aquel torero valiente,
otra vez oye cantar:
"Del cariño de las hembras
no te debes de fiar"
CONCHITA PIQUER
https://www.youtube.com/watch?v=_puvnxx7yuE
Autores: Raffles y Quiroga
Despues de haber recorrido,
España entera y triunfar,
se presenta en "El Tronío"
La Trianera a bailar.
Un café que hay en Sevilla,
donde la gente cañí,
ahoga con manzanilla,
las penas del garlochí.
Y al salir de las tablas, La Trianera,
al guillobe del cuadro, se tropezó,
al gitano que un día, se entregó entera,
y que al verla, esta copla, la dedicó:
Acuerdate cuando puse,
junto a tu cara la mía,
y suspirando dije:
"Serrano, ya estoy perdida".
Fue tan grande y merecido,
aquel triunfo que logró,
que a las mesas de "El Tronío",
toda Sevilla acudió.
Parecía una palmera,
cuando sola en el tablao,
la gitana Trianera,
marcaba un zapateao.
De un torero famoso, la bailaora,
enseguida, con gracia, se hizo querer,
y en un palco pasaba todas las horas,
pensando en lo felices, que iban a ser.
Y decia el cantaor:
"No me importa que te vayas,
lo que siento es que te lleves,
la sangre de mis entrañas"
Por la puerta donde entraban,
los artistas al café,
el cantaor acechaba,
a la que fue su querer.
Escuchame Trianera,
mirame un poco por Dios,
porque la culpita era,
aquel día, de los dos.
Llegó en esto el torero y a Trianera,
agarrada del brazo, se la llevó,
mas a los pocos pasos, junto a la acera,
heridito en el pecho, se lo encontró.
Y aquel torero valiente,
otra vez oye cantar:
"Del cariño de las hembras
no te debes de fiar"
CONCHITA PIQUER
https://www.youtube.com/watch?v=_puvnxx7yuE
La Vamba
LA VAMBA
Canción (1941)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Miguel de Molina
I
¿Por qué te has puesto, morena,
este traje de lunares,
este traje de lunares?
Si yo, vestía de blanco
te he de llevá a los altares.
¿Por qué te has puesto, morena?
Estribillo:
A la vamba, vamba, vamba.
A la vamba, vamba ,mi amor.
A la vamba ,vamba, niña,
niña que te mezo yo.
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
A la vamba, vamba, niña,
niña de mi corazón.
II
La que yo estoy columpiando
es mi novia y no es mi novia,
es mi novia y no es mi novia;
cuando sube y cuando baja
se parece a una paloma,
la que yo estoy columpiando.
Estribillo:
A la vamba, vamba, vamba.
A la vamba, vamba ,mi amor.
A la vamba ,vamba, niña,
niña que te mezo yo.
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
A la vamba, vamba, niña,
niña de mi corazón.
Final:
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
Niña de mi corazón.
Canción (1941)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Miguel de Molina
I
¿Por qué te has puesto, morena,
este traje de lunares,
este traje de lunares?
Si yo, vestía de blanco
te he de llevá a los altares.
¿Por qué te has puesto, morena?
Estribillo:
A la vamba, vamba, vamba.
A la vamba, vamba ,mi amor.
A la vamba ,vamba, niña,
niña que te mezo yo.
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
A la vamba, vamba, niña,
niña de mi corazón.
II
La que yo estoy columpiando
es mi novia y no es mi novia,
es mi novia y no es mi novia;
cuando sube y cuando baja
se parece a una paloma,
la que yo estoy columpiando.
Estribillo:
A la vamba, vamba, vamba.
A la vamba, vamba ,mi amor.
A la vamba ,vamba, niña,
niña que te mezo yo.
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
A la vamba, vamba, niña,
niña de mi corazón.
Final:
A la luna, luna, luna.
A la luna, luna, clara,
sin que padre me viera
quisiera verte la cara,
quisiera verte la cara
sin que tú me vieras, mi amor.
Niña de mi corazón.
La vaquera enamorada
LA VAQUERA ENAMORADA
Canción (1940)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Conchita Piquer
Era una vaquera
bonita y galana,
la flor más lozana
de todo Aragón.
La cara de rosa,
la boca de grana
y el pelo mas rubio,
que el trigo y que el sol.
Por ella se ha muerto
de amores un duque.
Por ella no vive
el corregidor.
Por ella a enfermado
el rey de Aragón.
Vaquera bonita,
mi dulce vaquera,
si tú me quisieras
me harías feliz
Mi trono y mi reino
con gusto te diera,
con tal de que fueras
solo para mí.
Rosita hechicera
de mayo y de abril.
Canción (1940)
Letra: Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Conchita Piquer
Era una vaquera
bonita y galana,
la flor más lozana
de todo Aragón.
La cara de rosa,
la boca de grana
y el pelo mas rubio,
que el trigo y que el sol.
Por ella se ha muerto
de amores un duque.
Por ella no vive
el corregidor.
Por ella a enfermado
el rey de Aragón.
Vaquera bonita,
mi dulce vaquera,
si tú me quisieras
me harías feliz
Mi trono y mi reino
con gusto te diera,
con tal de que fueras
solo para mí.
Rosita hechicera
de mayo y de abril.
La Veleta
LA VELETA
Pasodoble (1954)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
I
Le llamaban la Veleta
los flamencos del café;
der tacón a la peineta
era el cante hecho mujé.
Cada vez que salía
por malagueñas o soleares,
la miraba en silencio,
desde su palco, don Juan Limón;
y a la guitarra Paco Linares,
de corazón, daba un olé
sobre el bordón.
Ella estaba por Paco colá,
mas ni en broma lo daba a entendé
y, a don Juan, un cariño fingía
que al otro traía, ¡calcúlese usté!
Estribillo:
La Veleta, La Veleta
sabe de cantá, con más paladá,
que los ruiseñores.
La Veleta, la Veleta
se sabe reí, vive de sufrí
por celos y amores.
Desde El Palo a La Caleta,
del Perchel al Limonar,
con tambores y trompetas
la reciben al pasá.
Sin sabé que noche y día
lleva puesta una careta,
de un queré que es su agonía.
De un queré que es el alma y la vía
y es la agonía de la Veleta.
II
Una noche la Veleta,
unas copas se tomó,
y enredó con sus chusmeta
a don Juan y ar tocaó.
Se calló la guitarra
sobre el encaje de una farseta
y la luna de muerte,
de una navaja, se vio brillá
y ante los ojos de la Veleta
don Juan Limón,
sin confesión, cayó mortá.
La Veleta hacia Paco corrió,
cuando vino la Guardia Civí,
al mirarlo salir esposao,
llorando a su lao, la oyeron decí:
Estribillo:
La Veleta, la Veleta
Pues él lo perdió porque lo embrujó
de pasión y celos.
La Veleta, la Veleta
desde el torreón de su corazón
se ha venío al suelo.
Que me amarren con cordeles
y me lleven a un pená;
que han tenío mis claveles
la curpita y nada más.
Que la gente me señale,
desde El Palo a La Caleta,
y me escupan los chavales
¡ay! que corran de llanto canales
los lagrimales de la Veleta.
Pasodoble (1954)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
I
Le llamaban la Veleta
los flamencos del café;
der tacón a la peineta
era el cante hecho mujé.
Cada vez que salía
por malagueñas o soleares,
la miraba en silencio,
desde su palco, don Juan Limón;
y a la guitarra Paco Linares,
de corazón, daba un olé
sobre el bordón.
Ella estaba por Paco colá,
mas ni en broma lo daba a entendé
y, a don Juan, un cariño fingía
que al otro traía, ¡calcúlese usté!
Estribillo:
La Veleta, La Veleta
sabe de cantá, con más paladá,
que los ruiseñores.
La Veleta, la Veleta
se sabe reí, vive de sufrí
por celos y amores.
Desde El Palo a La Caleta,
del Perchel al Limonar,
con tambores y trompetas
la reciben al pasá.
Sin sabé que noche y día
lleva puesta una careta,
de un queré que es su agonía.
De un queré que es el alma y la vía
y es la agonía de la Veleta.
II
Una noche la Veleta,
unas copas se tomó,
y enredó con sus chusmeta
a don Juan y ar tocaó.
Se calló la guitarra
sobre el encaje de una farseta
y la luna de muerte,
de una navaja, se vio brillá
y ante los ojos de la Veleta
don Juan Limón,
sin confesión, cayó mortá.
La Veleta hacia Paco corrió,
cuando vino la Guardia Civí,
al mirarlo salir esposao,
llorando a su lao, la oyeron decí:
Estribillo:
La Veleta, la Veleta
Pues él lo perdió porque lo embrujó
de pasión y celos.
La Veleta, la Veleta
desde el torreón de su corazón
se ha venío al suelo.
Que me amarren con cordeles
y me lleven a un pená;
que han tenío mis claveles
la curpita y nada más.
Que la gente me señale,
desde El Palo a La Caleta,
y me escupan los chavales
¡ay! que corran de llanto canales
los lagrimales de la Veleta.
La Venta de Antequera
LA VENTA DE ANTEQUERA
Canción (1941)
Letra: Rafael de León / Música: Juan Mostazo
Versión grabada por:
Estrellita Castro
I
En la Venta de Antequera,
entre coplas y alegría,
Manoliyo el Macareno
su cariño le ofresió
a Mercedes la Lunares,
una jembra de valía,
que, creyendo en sus palabras,
al mosito se entregó.
“Esa a ti no te conviene”,
le dijeron sus amigos,
y Manuel, con mucha pena,
de Mercedes se alejó
pa vorver a aquella reja
que otro tiempo fue testigo
de un queré por conveniensia
que su gente le buscó.
Estribillo:
Y en la noche sevillana,
perfumada de asahares,
cantaba con mucha pena
a Niña de los Lunares:
- “Tú a mí me dejas por otras;
quisás te pese argún día,
que yo soy la mujé que te quiero
siendo mujé de la vía.
¡La otra va por tu dinero
y su cariño es falsía!”
II
Hubo boda de gran rumbo
en la iglesia de Santa Ana,
y en el patio de la novia
una fiesta comenzó,
mas en medio de la juerga,
Rafaelillo el de Triana,
a Manolo el Macareno
una historia le contó.
Las palabras que le dijo
nadie sabe las que fueron,
pero todos los vecinos
las comentan a plasé,
al saber que aquella noche
Manoliyo el Macareno
se alejó de aquella casa
para nunca más volvé.
Estribillo:
Y en la Venta de Antequera,
entre coplas y alegría,
el mocito pìnturero
a Mercedes le decía:
- “Yo te dejé a ti por otra
sin saber lo que me hasía;
pues la buena me ha engaña
y la mala me quería.
¡Estos son los desengaños
de las cosas de la vía!”
Canción (1941)
Letra: Rafael de León / Música: Juan Mostazo
Versión grabada por:
Estrellita Castro
I
En la Venta de Antequera,
entre coplas y alegría,
Manoliyo el Macareno
su cariño le ofresió
a Mercedes la Lunares,
una jembra de valía,
que, creyendo en sus palabras,
al mosito se entregó.
“Esa a ti no te conviene”,
le dijeron sus amigos,
y Manuel, con mucha pena,
de Mercedes se alejó
pa vorver a aquella reja
que otro tiempo fue testigo
de un queré por conveniensia
que su gente le buscó.
Estribillo:
Y en la noche sevillana,
perfumada de asahares,
cantaba con mucha pena
a Niña de los Lunares:
- “Tú a mí me dejas por otras;
quisás te pese argún día,
que yo soy la mujé que te quiero
siendo mujé de la vía.
¡La otra va por tu dinero
y su cariño es falsía!”
II
Hubo boda de gran rumbo
en la iglesia de Santa Ana,
y en el patio de la novia
una fiesta comenzó,
mas en medio de la juerga,
Rafaelillo el de Triana,
a Manolo el Macareno
una historia le contó.
Las palabras que le dijo
nadie sabe las que fueron,
pero todos los vecinos
las comentan a plasé,
al saber que aquella noche
Manoliyo el Macareno
se alejó de aquella casa
para nunca más volvé.
Estribillo:
Y en la Venta de Antequera,
entre coplas y alegría,
el mocito pìnturero
a Mercedes le decía:
- “Yo te dejé a ti por otra
sin saber lo que me hasía;
pues la buena me ha engaña
y la mala me quería.
¡Estos son los desengaños
de las cosas de la vía!”
La Venta de los Gatos
LA VENTA DE LOS GATOS
Autor: Mostazo
Al salir de las murallas
de la vieja Macarena,
toda la gente jaranera
el columpio va a buscar.
Que en la Venta de los Gatos,
al llegar la primavera,
entre nardos y claveles,
entre nardos y claveles,
de Sevilla el alma está.
Una niña desde chica
que el ventero recogió,
el chiquillo del ventero
junto a ella se crió.
Y al crecer los dos chavales,
desde niños se han querido
y la copla del columpio
su querer la columpió.
La niña que está en la bamba
no tiene padre, ni madre,
no tiene padre, ni madre,
pero tiene mi cariño
que en el mundo es lo que vale,
que en el mundo es lo que vale,
la niña que está en la bamba.
En la Venta de los Gatos
se acabó toda la alegría,
que hembra de gran porte
a la niña reclamó.
Y la gente de justicia
que no entienden de la vida,
de la Venta de los Gatos,
al llegar la primavera,
la mocita se llevó.
Pobre y triste del sentido
vive el hijo de aquel viejo,
un retrato mira de ella
que no sabe quién pintó.
Y una tarde aquel muchacho
algo vio venir hacia él, lejos,
y abrazándose a su madre
sollozando así cantó:
Mi niña no está en bamba,
por la venta la han pasado,
por la venta la han pasado,
lleva la carita blanca
como un lirio desojado,
como un lirio desojado,
mi niña no está en bamba.
¡Ay!
GRACIA DE TRIANA
https://www.youtube.com/watch?v=E9xKUPEFEz0
Autor: Mostazo
Al salir de las murallas
de la vieja Macarena,
toda la gente jaranera
el columpio va a buscar.
Que en la Venta de los Gatos,
al llegar la primavera,
entre nardos y claveles,
entre nardos y claveles,
de Sevilla el alma está.
Una niña desde chica
que el ventero recogió,
el chiquillo del ventero
junto a ella se crió.
Y al crecer los dos chavales,
desde niños se han querido
y la copla del columpio
su querer la columpió.
La niña que está en la bamba
no tiene padre, ni madre,
no tiene padre, ni madre,
pero tiene mi cariño
que en el mundo es lo que vale,
que en el mundo es lo que vale,
la niña que está en la bamba.
En la Venta de los Gatos
se acabó toda la alegría,
que hembra de gran porte
a la niña reclamó.
Y la gente de justicia
que no entienden de la vida,
de la Venta de los Gatos,
al llegar la primavera,
la mocita se llevó.
Pobre y triste del sentido
vive el hijo de aquel viejo,
un retrato mira de ella
que no sabe quién pintó.
Y una tarde aquel muchacho
algo vio venir hacia él, lejos,
y abrazándose a su madre
sollozando así cantó:
Mi niña no está en bamba,
por la venta la han pasado,
por la venta la han pasado,
lleva la carita blanca
como un lirio desojado,
como un lirio desojado,
mi niña no está en bamba.
¡Ay!
GRACIA DE TRIANA
https://www.youtube.com/watch?v=E9xKUPEFEz0
La venta de los toreros
LA VENTA DE LOS TOREROS
Canción Marcha (1956)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Angelillo
I
¿Dónde va ese caballista
en yegua alazana y en capa embozao?
¿Dónde va el contrabandista
y aquel torerito moreno espigao?
Con su buen cigarro puro,
¿Dónde va don Juan León?
La Venta de los Toreros
es punto seguro
de su reunión.
Estribillo:
La Venta de los Toreros
es una reliquia de tiempos mejores …
La Venta de los Toreros
es como un romance de coplas y amores.
Ella sabe de un alijo
y de un duelo por mó de un queré,
de Frascuelo y Lagartijo
y del vino de Serva y Jeré.
Si vas por Andalucía
no te olvides, compañero,
que es un nido de alegría
La Venta de los Toreros,
La Venta de los Toreros.
II
Hacia allí se va la Lola
con bata de cola pintá de lunares,
a cantá su pena sola,
salobre y amarga iguá que los mares.
Hacía allí, pa echar un rato,
va el marqués y el cantaó.
La Venta de los Toreros
les brinda dos chato
de vino españó.
Estribillo:
La Venta de los Toreros
es una reliquia de tiempos mejores …
La Venta de los Toreros
es como un romance de coplas y amores.
Ella sabe de un alijo
y de un duelo por mó de un queré,
de Frascuelo y Lagartijo
y del vino de Serva y Jeré.
Si vas por Andalucía
no te olvides, compañero,
que es un nido de alegría
La Venta de los Toreros,
La Venta de los Toreros.
Canción Marcha (1956)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Angelillo
I
¿Dónde va ese caballista
en yegua alazana y en capa embozao?
¿Dónde va el contrabandista
y aquel torerito moreno espigao?
Con su buen cigarro puro,
¿Dónde va don Juan León?
La Venta de los Toreros
es punto seguro
de su reunión.
Estribillo:
La Venta de los Toreros
es una reliquia de tiempos mejores …
La Venta de los Toreros
es como un romance de coplas y amores.
Ella sabe de un alijo
y de un duelo por mó de un queré,
de Frascuelo y Lagartijo
y del vino de Serva y Jeré.
Si vas por Andalucía
no te olvides, compañero,
que es un nido de alegría
La Venta de los Toreros,
La Venta de los Toreros.
II
Hacia allí se va la Lola
con bata de cola pintá de lunares,
a cantá su pena sola,
salobre y amarga iguá que los mares.
Hacía allí, pa echar un rato,
va el marqués y el cantaó.
La Venta de los Toreros
les brinda dos chato
de vino españó.
Estribillo:
La Venta de los Toreros
es una reliquia de tiempos mejores …
La Venta de los Toreros
es como un romance de coplas y amores.
Ella sabe de un alijo
y de un duelo por mó de un queré,
de Frascuelo y Lagartijo
y del vino de Serva y Jeré.
Si vas por Andalucía
no te olvides, compañero,
que es un nido de alegría
La Venta de los Toreros,
La Venta de los Toreros.
La Ventera de Aracena
LA VENTERA DE ARACENA
Canción con fandangos (1941)
Letra: Salvador Valverde y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Conchita Piquer
I
Subiendo a la Serranía,
caminito de Aracena,
hay una venta en que sirve
una mosita morena.
Y riñen los arrieros
porque la niña es mu loca
y se matan los valientes
por los besos de sus boca.
A tóos hace caso la alegre ventera,
a tóos les promete su firme queré;
y tóos han besao su boca hechicera,
más nadie ha lograo su amor de mujé.
Y cuando alguno le entona
algún cantá atrevío
referente a su persona;
ella con tono bravío
este fandango pregona:
Se espantan de mis pecaos,
toíto er mundo me condena
y de mis pecaos se espantan;
más pecó la Madalena
y luego la hicieron santa,
cuando vieron que era buena.
II
Llegó hasta la venta un día
un serrano de Aracena;
a dominar voy tu orgullo
y a unirte a mí con cadenas
Pa que vivas a mi vera
como esclava y soberana;
se bebió un vaso de vino
y llevose a la serrana.
Oyendo la frase del moso arrogante,
rendía y sumisa con él se marchó
y ar cabo der tiempo de ser ya su amante de nuevo a la venta sin é se volvió.
Y el moso que la quería
al ver su carne morena,
que a los otros ofrecía,
atormentao por la pena
este fandango decía:
¡Ay, la cristiana!
recuerda mujé lo que tú habías hecho conmigo
que no lo hace ninguna mujé cristiana;
er día que tú te llegue a morí
tienen que negarte toas las campanas
y no van a queré doblar por ti.
Canción con fandangos (1941)
Letra: Salvador Valverde y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Conchita Piquer
I
Subiendo a la Serranía,
caminito de Aracena,
hay una venta en que sirve
una mosita morena.
Y riñen los arrieros
porque la niña es mu loca
y se matan los valientes
por los besos de sus boca.
A tóos hace caso la alegre ventera,
a tóos les promete su firme queré;
y tóos han besao su boca hechicera,
más nadie ha lograo su amor de mujé.
Y cuando alguno le entona
algún cantá atrevío
referente a su persona;
ella con tono bravío
este fandango pregona:
Se espantan de mis pecaos,
toíto er mundo me condena
y de mis pecaos se espantan;
más pecó la Madalena
y luego la hicieron santa,
cuando vieron que era buena.
II
Llegó hasta la venta un día
un serrano de Aracena;
a dominar voy tu orgullo
y a unirte a mí con cadenas
Pa que vivas a mi vera
como esclava y soberana;
se bebió un vaso de vino
y llevose a la serrana.
Oyendo la frase del moso arrogante,
rendía y sumisa con él se marchó
y ar cabo der tiempo de ser ya su amante de nuevo a la venta sin é se volvió.
Y el moso que la quería
al ver su carne morena,
que a los otros ofrecía,
atormentao por la pena
este fandango decía:
¡Ay, la cristiana!
recuerda mujé lo que tú habías hecho conmigo
que no lo hace ninguna mujé cristiana;
er día que tú te llegue a morí
tienen que negarte toas las campanas
y no van a queré doblar por ti.
La Ventolera (1)
LA VENTOLERA
Marcha (1944)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lolita Sevilla
Iba cantando de puerto en puerto,
sambras, fandangos y carceleras;
era una rosa del mar abierto
y la llamaban la Ventolera.
Disen que tiene, tiene mal fario,
pues donde quiera, quiera que va
la Ventolera deja un rosario
de amores, selos y puñalás.
Y de Málaga a Almería,
remolino de la má,
esta copla iba y venía:
Van disiendo que la Ventolera,
toma y dale, que trae mala suerte;
quey quien pasa una noche a su vera
se echa el mismo sentensia de muerte.
Un teniente de navío
que por ella enloquesió
en los mares se ha perdío
y ya nunca más volvió.
Con que a vé como te enteras,
que malamente termina
quien se arrima a su bandera;
que los besos de la Ventolera
son amargos iguá que la tuera
y te buscan la ruina.
Esa copla no está clara
que un mosito la inventó
pa que nadie se acercara
a la rosa de su amó.
Con que a vé cómo te enteras,
que no hay na de brujería,
ni mal fario en su bandera;
lo que pasa es que la Ventolera
lleva al hombre que quiere a su vera
y lo lleva cada día.
Marcha (1944)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lolita Sevilla
Iba cantando de puerto en puerto,
sambras, fandangos y carceleras;
era una rosa del mar abierto
y la llamaban la Ventolera.
Disen que tiene, tiene mal fario,
pues donde quiera, quiera que va
la Ventolera deja un rosario
de amores, selos y puñalás.
Y de Málaga a Almería,
remolino de la má,
esta copla iba y venía:
Van disiendo que la Ventolera,
toma y dale, que trae mala suerte;
quey quien pasa una noche a su vera
se echa el mismo sentensia de muerte.
Un teniente de navío
que por ella enloquesió
en los mares se ha perdío
y ya nunca más volvió.
Con que a vé como te enteras,
que malamente termina
quien se arrima a su bandera;
que los besos de la Ventolera
son amargos iguá que la tuera
y te buscan la ruina.
Esa copla no está clara
que un mosito la inventó
pa que nadie se acercara
a la rosa de su amó.
Con que a vé cómo te enteras,
que no hay na de brujería,
ni mal fario en su bandera;
lo que pasa es que la Ventolera
lleva al hombre que quiere a su vera
y lo lleva cada día.
La Ventolera (2)
LA VENTOLERA
Marcha (1950)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Marifé de Triana
I En el barrio de la Macarena me dijo un mocito: ‘Me muero por ti’, y enseguida me hice la cuenta de que ese amorcillo me gustaba a mí. Y de pronto me guiñó, y de pronto le guiñé, y no quiero ni acordarme de lo que vino despué. Que si tú, que si yo, que si esto se acabó, que si dime que sí, no me digas que no. Ca avellana que parta mi boca será pa los dos. Estribillo: Los hilillos del amor son igual que los veleros, que no andan el caminito, si no los empuja el viento. Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera. II Nos casamos y un año juntitos pasamos felices la luna de miel, pero un día tuvimos un disgusto por un laberinto que tuvo Manué. Y de pronto se enfadó, y de pronto me enfadé, y armamos una pelotera, que no quiera usted saber. Que si tú, que si yo, que si esto se acabó, dime que no es verdá, que te digo que no. Ca avellana que parta mi boca será pa los dos. Estribillo: Los hilillos del amor son igual que los veleros, que no andan el caminito, si no los empuja el viento. Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera. Final: Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera.
Marcha (1950)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Marifé de Triana
I En el barrio de la Macarena me dijo un mocito: ‘Me muero por ti’, y enseguida me hice la cuenta de que ese amorcillo me gustaba a mí. Y de pronto me guiñó, y de pronto le guiñé, y no quiero ni acordarme de lo que vino despué. Que si tú, que si yo, que si esto se acabó, que si dime que sí, no me digas que no. Ca avellana que parta mi boca será pa los dos. Estribillo: Los hilillos del amor son igual que los veleros, que no andan el caminito, si no los empuja el viento. Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera. II Nos casamos y un año juntitos pasamos felices la luna de miel, pero un día tuvimos un disgusto por un laberinto que tuvo Manué. Y de pronto se enfadó, y de pronto me enfadé, y armamos una pelotera, que no quiera usted saber. Que si tú, que si yo, que si esto se acabó, dime que no es verdá, que te digo que no. Ca avellana que parta mi boca será pa los dos. Estribillo: Los hilillos del amor son igual que los veleros, que no andan el caminito, si no los empuja el viento. Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera. Final: Ay, que me empuja la ventolera, la ventolera, la ventolera, y yo dejo que me lleve, pa donde quiera, pa donde quiera.
La verde palma
LA VERDE PALMA
LA VERDE PALMA
PASACALLE (1955)
OCHAÍTA, VALERIO Y SOLANO
JUANITA REINA
El amor es coser y cantar,
ese es el camino.
No hace falta tampoco llorar
ni perder el tino.
Muchas veces mejor es callar
sin que lo, sin que lo pregones.
Que quien juega al amor ha de estar,
que verdad, a pares y a nones.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tié,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
El cariño es un loco de atar
que nadie lo entiende.
Una vela se empieza a apagar
y otra se te enciende.
Lo peor que te puede ocurrir y no tié,
y no tiene cura,
es dudar cuando vas a elegir y quedar,
y quedarte a oscuras.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tie,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
Un clavel reventando dolor
a mí no me llena,
sin embargo prefiero otra flor
que no huela a pena.
Nunca a mí me importo el que dirán
Y eso es lo, y eso es lo bonito.
Sobre gustos ya dice el refrán
que no hay ná, que no hay nada escrito.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tie,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
LA VERDE PALMA
PASACALLE (1955)
OCHAÍTA, VALERIO Y SOLANO
JUANITA REINA
El amor es coser y cantar,
ese es el camino.
No hace falta tampoco llorar
ni perder el tino.
Muchas veces mejor es callar
sin que lo, sin que lo pregones.
Que quien juega al amor ha de estar,
que verdad, a pares y a nones.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tié,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
El cariño es un loco de atar
que nadie lo entiende.
Una vela se empieza a apagar
y otra se te enciende.
Lo peor que te puede ocurrir y no tié,
y no tiene cura,
es dudar cuando vas a elegir y quedar,
y quedarte a oscuras.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tie,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
Un clavel reventando dolor
a mí no me llena,
sin embargo prefiero otra flor
que no huela a pena.
Nunca a mí me importo el que dirán
Y eso es lo, y eso es lo bonito.
Sobre gustos ya dice el refrán
que no hay ná, que no hay nada escrito.
A quien por mi suspira cierro,
cierro mi puerta.
Y otro que no me mira me tie,
me tiene muerta.
¡Qué bien florece la verde palma!
¡Ay caramba, carambó, carambelito del alma!
La vía que me pidieras
LA VÍA QUE ME PIDIERAS
Zambra (1948)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
I
Me quisiste como nadie,
ni en el mundo había soñao,
mis deseos eran leyes
y sentencia para ti.
Y en la fragua de mis besos
te tenía encadenao,
prisionero en la locura
de un ardiente frenesí.
Pero yo no compartía
tu cariño verdaero
No me entraba en la cabesa
tu pobresa soportá
y sin ver que te mataba
fue y te dije: - ¡Compañero,
esto nuestro s’ha acabao,
mi persona vale más!
Y al sentirte de llorá
no vorví la cara atrás:
Estribillo:
Ten compasión de mi corazón,
por lo que más quieras.
De tu queré esclavo yo seré
hasta que me muera.
Ahora que me ves llagao,
como un mendigo por tu amó,
no me arrojes de tu lao
con un: ¡Perdone usté por Dios!
¡Ay, la vía que me pidieras,
- serrana de mis pesares -,
la vía que yo te diera.
II
Y empezó pa mi una vía
de caprichos y riquezas;
tuve más que una prinsesa
soñaría apetesé.
Pero en medio de mi gloria
recordaba tu pobresa
y el cariño verdaero
que por oro despresié.
La otra tarde en el paseo
he cruzao por tu vera
y, a pesar de que mi cara
la cubría el antifá,
m’ha dolío la vergüenza
de sentirme una cuarquiera
y de que ya no meresco
que me vuelvas a mirá.
Cuanto diera por sentí
otra vez serca de mí:
Estribillo:
Ten compasión de mi corazón,
por lo que más quieras.
De tu queré esclavo yo seré
hasta que me muera.
Ahora que me ves llagao,
como un mendigo por tu amó,
no me arrojes de tu lao
con un: ¡Perdone usté por Dios!
¡Ay, la vía que me pidieras,
- serrana de mis pesares -,
la vía que yo te diera.
Zambra (1948)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Lola Flores
I
Me quisiste como nadie,
ni en el mundo había soñao,
mis deseos eran leyes
y sentencia para ti.
Y en la fragua de mis besos
te tenía encadenao,
prisionero en la locura
de un ardiente frenesí.
Pero yo no compartía
tu cariño verdaero
No me entraba en la cabesa
tu pobresa soportá
y sin ver que te mataba
fue y te dije: - ¡Compañero,
esto nuestro s’ha acabao,
mi persona vale más!
Y al sentirte de llorá
no vorví la cara atrás:
Estribillo:
Ten compasión de mi corazón,
por lo que más quieras.
De tu queré esclavo yo seré
hasta que me muera.
Ahora que me ves llagao,
como un mendigo por tu amó,
no me arrojes de tu lao
con un: ¡Perdone usté por Dios!
¡Ay, la vía que me pidieras,
- serrana de mis pesares -,
la vía que yo te diera.
II
Y empezó pa mi una vía
de caprichos y riquezas;
tuve más que una prinsesa
soñaría apetesé.
Pero en medio de mi gloria
recordaba tu pobresa
y el cariño verdaero
que por oro despresié.
La otra tarde en el paseo
he cruzao por tu vera
y, a pesar de que mi cara
la cubría el antifá,
m’ha dolío la vergüenza
de sentirme una cuarquiera
y de que ya no meresco
que me vuelvas a mirá.
Cuanto diera por sentí
otra vez serca de mí:
Estribillo:
Ten compasión de mi corazón,
por lo que más quieras.
De tu queré esclavo yo seré
hasta que me muera.
Ahora que me ves llagao,
como un mendigo por tu amó,
no me arrojes de tu lao
con un: ¡Perdone usté por Dios!
¡Ay, la vía que me pidieras,
- serrana de mis pesares -,
la vía que yo te diera.
La vida es así
LA VIDA ES ASÍ
Zambra (1947)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
No lo quise por valiente,
ni rumboso y gran señó,
que lo quise solamente
por el eco de su vó.
Resonaba en mi sentío
manque me queara sola,
como suena el mar bravío
dentro de las caracolas.
Y de pronto un día viene, va y me dise:
No pue sé …, ¿comprende? … hay una rasón.
De su voz de entonses, tengo sicatrises
hasta en las raíces
de mi corasón.
Estribillo:
Son cosas que pasan …,
la vía es así …
Quisá con er tiempo, sin darte tú cuenta,
te orvíes de mí.
No debes por esto
guardarme rencó …
Si argo necesitas, ya sabes la casa
donde vivo yo.
Tú eres mu bonita,
mu limpia y mu güeña …
Tienes la carita
de la Macarena,
y a los veinte años
ninguna mosita
se muere de pena.
II
Me llamaron por mi nombre,
yo le respondí: ¿Quién es? …
En mi puerta estaba un hombre
con la misma estampa de él.
Con la misma simpatía,
con su voz de tersiopelo,
sino que éste ya tenía
muchas lunas en er pelo.
Con palabra humilde vino, fue y me dijo:
“Cumplirá mi niño... ¡Yo le obligaré!”
Cuando vi en su cara, la cara del hijo
contestó mi boca:
¿de qué me habla usted?
Estribillo:
Son cosas que pasan.
La vía es así …
Yo ya ni me acuerdo de cómo se llama,
si Pepe o Luí.
Le da usté las grasias
por este favó …
Si argo necesita, ya sabe la casa
donde vivo yo.
Yo soy mu bonita,
mu limpia y mu güena,
Tengo la carita
de la Macarena,
y a los veinte años ninguna mosita
se muere de pena.
Final:
Son cosas que pasan.
La vía es así.
Tú vive a tus anchas, que nadie er el mundo
me ha visto sufrí.
Yo a ti no te guardo
por esto rencó,
y ojalá que nunca por este mal pago
te castigue Dios.
Yo soy mu bonita,
mu limpia y mu güena,
soy una varita
de blanca asusena,
y a los veinte años con esta carita
me muero de pena.
https://www.youtube.com/watch?v=JEEhAjRmEqA
Zambra (1947)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
No lo quise por valiente,
ni rumboso y gran señó,
que lo quise solamente
por el eco de su vó.
Resonaba en mi sentío
manque me queara sola,
como suena el mar bravío
dentro de las caracolas.
Y de pronto un día viene, va y me dise:
No pue sé …, ¿comprende? … hay una rasón.
De su voz de entonses, tengo sicatrises
hasta en las raíces
de mi corasón.
Estribillo:
Son cosas que pasan …,
la vía es así …
Quisá con er tiempo, sin darte tú cuenta,
te orvíes de mí.
No debes por esto
guardarme rencó …
Si argo necesitas, ya sabes la casa
donde vivo yo.
Tú eres mu bonita,
mu limpia y mu güeña …
Tienes la carita
de la Macarena,
y a los veinte años
ninguna mosita
se muere de pena.
II
Me llamaron por mi nombre,
yo le respondí: ¿Quién es? …
En mi puerta estaba un hombre
con la misma estampa de él.
Con la misma simpatía,
con su voz de tersiopelo,
sino que éste ya tenía
muchas lunas en er pelo.
Con palabra humilde vino, fue y me dijo:
“Cumplirá mi niño... ¡Yo le obligaré!”
Cuando vi en su cara, la cara del hijo
contestó mi boca:
¿de qué me habla usted?
Estribillo:
Son cosas que pasan.
La vía es así …
Yo ya ni me acuerdo de cómo se llama,
si Pepe o Luí.
Le da usté las grasias
por este favó …
Si argo necesita, ya sabe la casa
donde vivo yo.
Yo soy mu bonita,
mu limpia y mu güena,
Tengo la carita
de la Macarena,
y a los veinte años ninguna mosita
se muere de pena.
Final:
Son cosas que pasan.
La vía es así.
Tú vive a tus anchas, que nadie er el mundo
me ha visto sufrí.
Yo a ti no te guardo
por esto rencó,
y ojalá que nunca por este mal pago
te castigue Dios.
Yo soy mu bonita,
mu limpia y mu güena,
soy una varita
de blanca asusena,
y a los veinte años con esta carita
me muero de pena.
https://www.youtube.com/watch?v=JEEhAjRmEqA
La Virgen de la Macarena
LA VIRGEN DE LA MACARENA
Letra: Bernardino Bautista Monterde
Música: Antonio Calero Ortiz
Esta copla nació como pasodoble torero. Se cuenta que sus creadores, Bernardo Bautista Monterde y Antonio Ortiz Calero, se inspiraron en la Virgen de la Macarena, pues la consideraban una imagen muy taurina, ya que incluso fue vestida de luto cuando en 1920 un toro mató al famoso torero Joselito. Este pasodoble ha recibido multitud de versiones instrumentales, desde Pérez Prado, el rey del mambo, hasta Paco de Lucía o el gran trompetista Arturo Sandoval. Marujita Díaz la cantaba (con el título de “La Macarena”) en su famosa película “Pelusa”, y también existe una gran versión de esta copla a cargo de Los Cinco Latinos. “La Virgen de la Macarena”, como pasodoble, es de obligada interpretación en la plaza de toros de México y en la mayoría de cosos aztecas, donde provoca auténticos arrebatos de entusiasmo cuando suena.
Title
Macarenas de Calero y Monterde
Author
Bautista Monterde, Bernardino (1880-1959)
Calero Ortiz, Antonio-
Medina, Candelaria-
Place of publication
Barcelona
Date
1917?
Edition
Barcelona Compañía del Gramófono
De noche, cuando me acuesto,
le rezo a la Virgen de la Macarena.
De noche, cuando me acuesto,
le rezo a la Virgen de la Macarena,
y allí, solita en mi cuarto,
a mi Virgencita le cuento mis penas.
Y de corazón le pido
que el serrano que yo quiero,
mientras en el mundo viva,
no me sea traicionero.
Y mi Virgencita,
y mi Virgencita,
como es tan gitana,
le da lo que pide,
le da lo que pide,
a esta sevillana.
Estoy mirando a un moreno
que tiene sus ojos clavaos en los mios.
Estoy mirando a un moreno
que tiene sus ojos clavaos en los mios,
y es hombre que por su hechura,
a cualquier morena le quita el sentío.
Madrecita de mi alma,
si yo tuviera la suerte,
de que un hombre tan serrano,
se decidiera a quererme.
Y si lo consigo,
y si le consigo,
le hare una novena
A mi virgencita,
a mi Virgencita
de la Macarena.
Letra: Bernardino Bautista Monterde
Música: Antonio Calero Ortiz
Esta copla nació como pasodoble torero. Se cuenta que sus creadores, Bernardo Bautista Monterde y Antonio Ortiz Calero, se inspiraron en la Virgen de la Macarena, pues la consideraban una imagen muy taurina, ya que incluso fue vestida de luto cuando en 1920 un toro mató al famoso torero Joselito. Este pasodoble ha recibido multitud de versiones instrumentales, desde Pérez Prado, el rey del mambo, hasta Paco de Lucía o el gran trompetista Arturo Sandoval. Marujita Díaz la cantaba (con el título de “La Macarena”) en su famosa película “Pelusa”, y también existe una gran versión de esta copla a cargo de Los Cinco Latinos. “La Virgen de la Macarena”, como pasodoble, es de obligada interpretación en la plaza de toros de México y en la mayoría de cosos aztecas, donde provoca auténticos arrebatos de entusiasmo cuando suena.
Title
Macarenas de Calero y Monterde
Author
Bautista Monterde, Bernardino (1880-1959)
Calero Ortiz, Antonio-
Medina, Candelaria-
Place of publication
Barcelona
Date
1917?
Edition
Barcelona Compañía del Gramófono
De noche, cuando me acuesto,
le rezo a la Virgen de la Macarena.
De noche, cuando me acuesto,
le rezo a la Virgen de la Macarena,
y allí, solita en mi cuarto,
a mi Virgencita le cuento mis penas.
Y de corazón le pido
que el serrano que yo quiero,
mientras en el mundo viva,
no me sea traicionero.
Y mi Virgencita,
y mi Virgencita,
como es tan gitana,
le da lo que pide,
le da lo que pide,
a esta sevillana.
Estoy mirando a un moreno
que tiene sus ojos clavaos en los mios.
Estoy mirando a un moreno
que tiene sus ojos clavaos en los mios,
y es hombre que por su hechura,
a cualquier morena le quita el sentío.
Madrecita de mi alma,
si yo tuviera la suerte,
de que un hombre tan serrano,
se decidiera a quererme.
Y si lo consigo,
y si le consigo,
le hare una novena
A mi virgencita,
a mi Virgencita
de la Macarena.
La Virreina de Parapaguá
LA VIRREINA DE PARAPAGUÁ
Habanera (1951)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
En los verdes y dulces rincones
de las selvas del Parapaguá
dan rugidos de amor los leones
y suspira er lorito reá.
Todos lloran de amor los agravios,
todos sienten un gran frenesí
y yo al ver marchitarse mis labios
pregunto a los sabios
y disen así:
Estribillo:
Ay, virreina,
que te lavas y te peinas
y te pones las pestañas
como cañas de bambú.
Ay, señora,
por qué gimes, por qué lloras,
coge un barco y vete a España
que el amor es andalú.
Con mis veinte abriles
le vine a buscá
y ni con candiles
lo puedo encontrá …
¡Qué locura
de meterme en aventuras,
con lo a gusto y lo segura
que está en Parapaguá.
II
Nada sé der coló de tu cara,
ni si atiendes por Pedro o Luis,
si tendrás de estatura dos varas
o serás un granito de anís.
Pero yo pregunté a los planetas
y me dieron la contestación.
Que tu tía se llama Loreta
y tiene la jeta
de perro pachón.
Estribillo:
Ay, Loreta,
tú conmigo no te meta,
que te quito esa careta
de lechusa en carnavá.
Ay, tunanta,
la virreina que te canta
ni se achica, ni se espanta
por tu mala voluntá.
Mi amante ignorado
por dónde andará;
quisá lo han privado
de su libertá.
Alma mía,
mi virrey de Andalusía,
tu virreina, noche y día
te querrá en Parapaguá.
https://www.youtube.com/watch?v=fhZj9d5Mymw
Habanera (1951)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Juanita Reina
I
En los verdes y dulces rincones
de las selvas del Parapaguá
dan rugidos de amor los leones
y suspira er lorito reá.
Todos lloran de amor los agravios,
todos sienten un gran frenesí
y yo al ver marchitarse mis labios
pregunto a los sabios
y disen así:
Estribillo:
Ay, virreina,
que te lavas y te peinas
y te pones las pestañas
como cañas de bambú.
Ay, señora,
por qué gimes, por qué lloras,
coge un barco y vete a España
que el amor es andalú.
Con mis veinte abriles
le vine a buscá
y ni con candiles
lo puedo encontrá …
¡Qué locura
de meterme en aventuras,
con lo a gusto y lo segura
que está en Parapaguá.
II
Nada sé der coló de tu cara,
ni si atiendes por Pedro o Luis,
si tendrás de estatura dos varas
o serás un granito de anís.
Pero yo pregunté a los planetas
y me dieron la contestación.
Que tu tía se llama Loreta
y tiene la jeta
de perro pachón.
Estribillo:
Ay, Loreta,
tú conmigo no te meta,
que te quito esa careta
de lechusa en carnavá.
Ay, tunanta,
la virreina que te canta
ni se achica, ni se espanta
por tu mala voluntá.
Mi amante ignorado
por dónde andará;
quisá lo han privado
de su libertá.
Alma mía,
mi virrey de Andalusía,
tu virreina, noche y día
te querrá en Parapaguá.
https://www.youtube.com/watch?v=fhZj9d5Mymw
La viudita
LA VIUDITA
Canción (1942)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Amalia de Isaura
I Por la baranda del parque,
por la baranda del parque
se pasea Carolina, sí, sí,
se pasea Carolina,
que tiene catorce años,
que tiene catorce años
y es una niña divina, sí, sí,
y es una niña divina.
Su madre tiene dinero,
su padre es de la remonta,
tiene un tío que es banquero,
pero Carolina es tonta.
Y con la comba saltando
pasa las horas del día
a la vez que va cantando
con voz de miel y arropía.
Estribillo
Yo soy la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
Será con un duque, será un coronel,
será un tranviario o un mozo de tren.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
II Tiene dos primos carnales,
mellizos y salmantinos,
que por ser los dos iguales
son los dos sietemesinos.
Con los dos al baile ha ido,
de los dos se ha enamorado
y a los dos a prometido
su mano por separado.
Y aunque se está enamorando,
como Catalina es lerda,
se pasa el día saltando
y así parece más cuerda.
Estribillo
Ella es la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
¿Será con Arturo, será con Manuel?
Un primo, seguro, su esposo ha de ser.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
III Una mañana de mayo
así Carolina dijo:
Uno de mis primos, padre,
tiene que ser mi marido.
¿Cómo sabes, hija mía,
puesto que son los dos iguales,
a cual le toca la suerte
de llevarte a los altares?
Como soy tonta, ese punto
lo arreglé con un bocado,
al que le falta la oreja
ese es mi esposo adorado.
Estribillo
Ella es la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
¿Será con Arturo, será con Manuel?
Un primo, seguro, su esposo ha de ser.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
Canción (1942)
Letra: Antonio Quintero y Rafael de León / Música: Manuel López-Quiroga
Versión grabada por:
Amalia de Isaura
I Por la baranda del parque,
por la baranda del parque
se pasea Carolina, sí, sí,
se pasea Carolina,
que tiene catorce años,
que tiene catorce años
y es una niña divina, sí, sí,
y es una niña divina.
Su madre tiene dinero,
su padre es de la remonta,
tiene un tío que es banquero,
pero Carolina es tonta.
Y con la comba saltando
pasa las horas del día
a la vez que va cantando
con voz de miel y arropía.
Estribillo
Yo soy la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
Será con un duque, será un coronel,
será un tranviario o un mozo de tren.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
II Tiene dos primos carnales,
mellizos y salmantinos,
que por ser los dos iguales
son los dos sietemesinos.
Con los dos al baile ha ido,
de los dos se ha enamorado
y a los dos a prometido
su mano por separado.
Y aunque se está enamorando,
como Catalina es lerda,
se pasa el día saltando
y así parece más cuerda.
Estribillo
Ella es la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
¿Será con Arturo, será con Manuel?
Un primo, seguro, su esposo ha de ser.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
III Una mañana de mayo
así Carolina dijo:
Uno de mis primos, padre,
tiene que ser mi marido.
¿Cómo sabes, hija mía,
puesto que son los dos iguales,
a cual le toca la suerte
de llevarte a los altares?
Como soy tonta, ese punto
lo arreglé con un bocado,
al que le falta la oreja
ese es mi esposo adorado.
Estribillo
Ella es la viudita del conde Laurel,
que quiere casarse y no encuentra con quien.
¿Será con Arturo, será con Manuel?
Un primo, seguro, su esposo ha de ser.
Arroyo claro,
fuente serena
que la que no se casa,
moza se queda.
Página 35 de 40. • 1 ... 19 ... 34, 35, 36 ... 40
Temas similares
» LETRAS DE COPLAS (S)
» LETRAS DE COPLAS
» LETRAS DE COPLAS (T)
» LETRAS DE COPLAS (D)
» LETRAS DE COPLAS (U)
» LETRAS DE COPLAS
» LETRAS DE COPLAS (T)
» LETRAS DE COPLAS (D)
» LETRAS DE COPLAS (U)
Página 35 de 40.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.