MICRORRELATOS
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Re: MICRORRELATOS
Ring en el campo
Dos enemigas pueblerinas se peleaban por el amor de un hombre. Sin que se diesen apenas golpes de refilón, enroscadas caían al suelo, rodando entre una nube de polvo. Se golpeaban furiosa y torpemente. Se daban bocados, se arrancaban trozos de piel con las uñas, y ambos rostros quedaban surcados de rayas, de las que enseguida brotaba la sangre. No se miraban. No hablaban. Solo se oían un balanceo de los maizales, bajo un continuo toma y daca de los dos cuerpos, y un jadeo de las respiraciones. Yo las seguía hipnotizado, espantado de la furia con la que se zurraban. “¡Se van a matar!”, grité a la prima de una de ellas, pero ni caso, ni tan siquiera me miraba; por contra, jaleaba a su prima con un son ronco, apretaba las mandíbulas y solo palabras de apoyo salían de sus labios. Inclinaba el busto en un envaramiento nervioso, estiraba los brazos, lanzaba puños al aire, seguía las peripecias de la pelea como si tomara parte en ella o quisiese hacer llegar a su prima efluvios de su propia fuerza. Y al final, todo para nada, porque aquel muchacho donjuán no se ennovió con ninguna de las dos.
Dos enemigas pueblerinas se peleaban por el amor de un hombre. Sin que se diesen apenas golpes de refilón, enroscadas caían al suelo, rodando entre una nube de polvo. Se golpeaban furiosa y torpemente. Se daban bocados, se arrancaban trozos de piel con las uñas, y ambos rostros quedaban surcados de rayas, de las que enseguida brotaba la sangre. No se miraban. No hablaban. Solo se oían un balanceo de los maizales, bajo un continuo toma y daca de los dos cuerpos, y un jadeo de las respiraciones. Yo las seguía hipnotizado, espantado de la furia con la que se zurraban. “¡Se van a matar!”, grité a la prima de una de ellas, pero ni caso, ni tan siquiera me miraba; por contra, jaleaba a su prima con un son ronco, apretaba las mandíbulas y solo palabras de apoyo salían de sus labios. Inclinaba el busto en un envaramiento nervioso, estiraba los brazos, lanzaba puños al aire, seguía las peripecias de la pelea como si tomara parte en ella o quisiese hacer llegar a su prima efluvios de su propia fuerza. Y al final, todo para nada, porque aquel muchacho donjuán no se ennovió con ninguna de las dos.
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Re: MICRORRELATOS
Momia a la fuga
Cuando el arqueólogo jefe entró en la cámara funeraria en la que descansaba la momia, se alegró porque, por fin, había logrado desmantelar todas las añagazas mortales que la pirámide ocultaba. Pero ni remotamente sospechaba que quien más se alegraba de esa consecución era la propia momia, puesto que las trampas de la pirámide no las habían colocado para prevenir que los asaltadores de tumbas entraran para llevarse sus tesoros, sino para impedir que la momia se fugara; así que ahora, fácilmente podría escapar la momia para continuar destruyendo a la humanidad.
Cuando el arqueólogo jefe entró en la cámara funeraria en la que descansaba la momia, se alegró porque, por fin, había logrado desmantelar todas las añagazas mortales que la pirámide ocultaba. Pero ni remotamente sospechaba que quien más se alegraba de esa consecución era la propia momia, puesto que las trampas de la pirámide no las habían colocado para prevenir que los asaltadores de tumbas entraran para llevarse sus tesoros, sino para impedir que la momia se fugara; así que ahora, fácilmente podría escapar la momia para continuar destruyendo a la humanidad.
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Re: MICRORRELATOS
Currito
Mi padre (“siempre pendiente de todo”), cuando llegó el verano decidió bajar del altillo de nuestra casa mogollón de cajas de cartón que contenían ropa y enseres de uso durante los meses estivales. Un buen rato estuvo sacando de ellas camisetas, polos, pantalones cortos, bañadores, bikinis, gorros, sandalias, toallas de colorines de baño, crema solar…, y, aferrado con las dos manos a su cubito y su palita, también extrajo a mi hermano pequeño, el traviesillo Currito, que se nos había olvidado del verano anterior. Pero, finalmente, todo para nada; no hacía calor y llovía.
Mi padre (“siempre pendiente de todo”), cuando llegó el verano decidió bajar del altillo de nuestra casa mogollón de cajas de cartón que contenían ropa y enseres de uso durante los meses estivales. Un buen rato estuvo sacando de ellas camisetas, polos, pantalones cortos, bañadores, bikinis, gorros, sandalias, toallas de colorines de baño, crema solar…, y, aferrado con las dos manos a su cubito y su palita, también extrajo a mi hermano pequeño, el traviesillo Currito, que se nos había olvidado del verano anterior. Pero, finalmente, todo para nada; no hacía calor y llovía.
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Re: MICRORRELATOS
Mi última novela
Nueve días llevo sin coger la pluma, y mil veces ha cruzado por mi cabeza la idea de romper lo ya escrito. Me he sentido insoportable, nerviosa, e incluso he reñido ásperamente a mi enfermera por una bobada. Mis médicos temían que me iba a dar un nuevo acceso de fiebre, y también yo lo temía. Percibo que me ocultan mi gravedad, pero siento que no voy a vivir mucho más. Mis colegas escritoras me dijeron que para seguir viviendo es necesario que lo desee. ¡Pues no lo deseo! Me encuentro sola, triste, desamparada, y de un tiempo a esta parte duermo con la i ludión y la esperanza de no despertar. Creo que el sueño de la muerte es el mejor regalo para una existencia como la mía.
Nueve días llevo sin coger la pluma, y mil veces ha cruzado por mi cabeza la idea de romper lo ya escrito. Me he sentido insoportable, nerviosa, e incluso he reñido ásperamente a mi enfermera por una bobada. Mis médicos temían que me iba a dar un nuevo acceso de fiebre, y también yo lo temía. Percibo que me ocultan mi gravedad, pero siento que no voy a vivir mucho más. Mis colegas escritoras me dijeron que para seguir viviendo es necesario que lo desee. ¡Pues no lo deseo! Me encuentro sola, triste, desamparada, y de un tiempo a esta parte duermo con la i ludión y la esperanza de no despertar. Creo que el sueño de la muerte es el mejor regalo para una existencia como la mía.
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Re: MICRORRELATOS
Mejor cortar que lamentar
Me he separado de mi novia, a la que le llevaba 16 años, porque estaba viendo venir que nuestra relación no iba a ninguna parte. Ella es una chica de padres adinerados y dedica mucho tiempo a organizar fiestas de la alta sociedad, y yo me gano la vida como médico psicólogo, trabajando más de diez horas al día. Pero mi principal diferencia con ella consistía en mi desaprobación de ese falso aparato social en el que se desenvuelve a las mil maravillas. Y ella en que se resistía a que le aconsejase sobre su manera de ver la vida. Las charlas que habíamos tenido durante nuestro noviazgo, eran anodinas, y yo quería saber su visión sobre el problema del existir, qué le significaban, verbigracia, el amor, la vida, felicidad, la amistad, la suerte, la soledad, la sensibilidad y la muerte. Ocho conceptos, llenos de zozobras y de profunda intensidad.
Me he separado de mi novia, a la que le llevaba 16 años, porque estaba viendo venir que nuestra relación no iba a ninguna parte. Ella es una chica de padres adinerados y dedica mucho tiempo a organizar fiestas de la alta sociedad, y yo me gano la vida como médico psicólogo, trabajando más de diez horas al día. Pero mi principal diferencia con ella consistía en mi desaprobación de ese falso aparato social en el que se desenvuelve a las mil maravillas. Y ella en que se resistía a que le aconsejase sobre su manera de ver la vida. Las charlas que habíamos tenido durante nuestro noviazgo, eran anodinas, y yo quería saber su visión sobre el problema del existir, qué le significaban, verbigracia, el amor, la vida, felicidad, la amistad, la suerte, la soledad, la sensibilidad y la muerte. Ocho conceptos, llenos de zozobras y de profunda intensidad.
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Re: MICRORRELATOS
Y eso que decía que era mi amigo
No había pasado todavía un mes del ingreso de mi amigo, y ahora mi socio también, a mi empresa, cuando uno de mis empleados me dijo que lo había cogido in fraganti intentando seducir a mi novia y secretaria. Indudablemente, para un individuo, "niño de papá, como él, seguro de sí, con esa seguridad molesta de quien no ha tenido ningún obstáculo en la vida, las relaciones con mi novia, que ya tenían visos de casamiento, eran una dificultad baladí. Al principio no me preocupaba en lo más mínimo, sobre todo porque sabía de sobra el amor que mi novia sentía por mí persona. Pero, ese mismo día de enterarme de aquella insolente noticia, mi propia novia me la corroboraba. De cuánta indecente y amoral perspicacia hacía gala aquel mequetrefe guaperas, que hasta llegó a decime que yo era un anticuado, un retrógrado, que hoy en día no se tiene a una mujer en exclusiva. En una sociedad bárbara, le habría volado la cabeza, y me hubiese llevado a la mujer como un trofeo, pero en una sociedad civilizada, como la nuestra, esas cosas solamente se aclaran hablando.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2021
No había pasado todavía un mes del ingreso de mi amigo, y ahora mi socio también, a mi empresa, cuando uno de mis empleados me dijo que lo había cogido in fraganti intentando seducir a mi novia y secretaria. Indudablemente, para un individuo, "niño de papá, como él, seguro de sí, con esa seguridad molesta de quien no ha tenido ningún obstáculo en la vida, las relaciones con mi novia, que ya tenían visos de casamiento, eran una dificultad baladí. Al principio no me preocupaba en lo más mínimo, sobre todo porque sabía de sobra el amor que mi novia sentía por mí persona. Pero, ese mismo día de enterarme de aquella insolente noticia, mi propia novia me la corroboraba. De cuánta indecente y amoral perspicacia hacía gala aquel mequetrefe guaperas, que hasta llegó a decime que yo era un anticuado, un retrógrado, que hoy en día no se tiene a una mujer en exclusiva. En una sociedad bárbara, le habría volado la cabeza, y me hubiese llevado a la mujer como un trofeo, pero en una sociedad civilizada, como la nuestra, esas cosas solamente se aclaran hablando.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2021
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Re: MICRORRELATOS
Escritor octogenario
Nacido, amamantado y criado en la ciudad de Sevilla, era un escritor medianamente culto, pero prolífico en la escritura. Este octogenario, educado, amable y altruista, escribió infinidad de escritos de todas las temáticas, y más de quince libros. No obstante su endeble bagaje cultural para llegar a ser alguien en el difícil oficio de la Literatura, en sus escritos contaba el mundo como lo veía su singular óptica, pero el lector sagaz que hurgaba en ellos, podía encontrar lo que quería saber o corroborar lo que ya sabía. Esa parrafada suya, que aparece a continuación, escrita en letras cursivas, levantó ampollas entre las féminas de su época:
“Mientras las mujeres se sienten realizadas y son poseedoras de una verdadera estabilidad, pueden alcanzar el éxito; pero, aun el alto precio que a veces pagan, se encuentran solas cuando, por fin, lo consiguen; solas como raramente llega a estar un hombre en sus mismas circunstancias”.
Antonio Chávez López
Sevilla enero 2021
Nacido, amamantado y criado en la ciudad de Sevilla, era un escritor medianamente culto, pero prolífico en la escritura. Este octogenario, educado, amable y altruista, escribió infinidad de escritos de todas las temáticas, y más de quince libros. No obstante su endeble bagaje cultural para llegar a ser alguien en el difícil oficio de la Literatura, en sus escritos contaba el mundo como lo veía su singular óptica, pero el lector sagaz que hurgaba en ellos, podía encontrar lo que quería saber o corroborar lo que ya sabía. Esa parrafada suya, que aparece a continuación, escrita en letras cursivas, levantó ampollas entre las féminas de su época:
“Mientras las mujeres se sienten realizadas y son poseedoras de una verdadera estabilidad, pueden alcanzar el éxito; pero, aun el alto precio que a veces pagan, se encuentran solas cuando, por fin, lo consiguen; solas como raramente llega a estar un hombre en sus mismas circunstancias”.
Antonio Chávez López
Sevilla enero 2021
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Re: MICRORRELATOS
Un ligue ocasional
Me pidió por favor ducharse antes de irse de mi casa. Nada más salir de la ducha se vistió rápidamente y se marchó, no sin antes darme un último y apasionado beso y un insinuante gracias, todo había sido correcto. Por un lado me alegré, porque la realidad es que no me apetecía dormir acompañada esa noche y menos con un desconocido. Pero el atracón de sexo que nos dimos había sido de oro olímpico y en absoluto me hubiera importado volver a verlo de nuevo para repetir. Aunque no le dije nada era un golpe bajo a mi autoestima. Pero, orgullo de mujer, ahora pienso que no no quisiera volver a verlo, lo que quiero es que a él le apetezca verme. Entré al baño para hacer pis antes de irme a la cama. Y mientras tiraba de la cadena, empecé a reírme a carcajadas: había escrito su número de móvil en el vaho de la mampara de la ducha.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
Me pidió por favor ducharse antes de irse de mi casa. Nada más salir de la ducha se vistió rápidamente y se marchó, no sin antes darme un último y apasionado beso y un insinuante gracias, todo había sido correcto. Por un lado me alegré, porque la realidad es que no me apetecía dormir acompañada esa noche y menos con un desconocido. Pero el atracón de sexo que nos dimos había sido de oro olímpico y en absoluto me hubiera importado volver a verlo de nuevo para repetir. Aunque no le dije nada era un golpe bajo a mi autoestima. Pero, orgullo de mujer, ahora pienso que no no quisiera volver a verlo, lo que quiero es que a él le apetezca verme. Entré al baño para hacer pis antes de irme a la cama. Y mientras tiraba de la cadena, empecé a reírme a carcajadas: había escrito su número de móvil en el vaho de la mampara de la ducha.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
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Re: MICRORRELATOS
¡Qué horror de mundo!
Iba caminando por la acera de una calle con mi bastón y mi perro. No soy ciego, soy tuerto de ambos ojos. De pronto, sentí con mi bastón algo pegajoso, tirado en el suelo. Me agaché, tanteé con una de mis manos y descubrí que eran dos ojos. Los cogí y me los puse. Ese día vi las cosas de otro modo; el mundo era diferente de como lo había imaginado, así que que decidí quitarme los ojos y tirarlos a un contenedor. A mis años, no se puede andar cambiando de punto de vista a cada rato.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
Iba caminando por la acera de una calle con mi bastón y mi perro. No soy ciego, soy tuerto de ambos ojos. De pronto, sentí con mi bastón algo pegajoso, tirado en el suelo. Me agaché, tanteé con una de mis manos y descubrí que eran dos ojos. Los cogí y me los puse. Ese día vi las cosas de otro modo; el mundo era diferente de como lo había imaginado, así que que decidí quitarme los ojos y tirarlos a un contenedor. A mis años, no se puede andar cambiando de punto de vista a cada rato.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
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Re: MICRORRELATOS
achl escribió:¡Qué horror de mundo!
Iba caminando por la acera de una calle con mi bastón y mi perro. No soy ciego, soy tuerto de ambos ojos. De pronto, sentí con mi bastón algo pegajoso, tirado en el suelo. Me agaché, tanteé con una de mis manos y descubrí que eran dos ojos. Los cogí y me los puse. Ese día vi las cosas de otro modo; el mundo era diferente de como lo había imaginado, así que que decidí quitarme los ojos y tirarlos a un contenedor. A mis años, no se puede andar cambiando de punto de vista a cada rato.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
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Re: MICRORRELATOS
A veces a la imaginación le gusta jugar
Una noche lloraba desconsoladoramente porque perdí a mi perro. Después de buscarlo un buen rato y no hallarlo, regresé a casa y en el trayecto me encontré en la calle un cuento. Entré a mi casa, me fui a mi cuarto y empecé a leerlo. Trataba sobre un niño que perdió a su mono. Al otro día, no bien desperté, un niño me miraba con ojos lastimeros, sin explicarme yo por qué. Ese niño perdió a su mono y cuando regresaba a su casa encontró un cuento que trataba sobre un niño que perdió a su perro.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
Una noche lloraba desconsoladoramente porque perdí a mi perro. Después de buscarlo un buen rato y no hallarlo, regresé a casa y en el trayecto me encontré en la calle un cuento. Entré a mi casa, me fui a mi cuarto y empecé a leerlo. Trataba sobre un niño que perdió a su mono. Al otro día, no bien desperté, un niño me miraba con ojos lastimeros, sin explicarme yo por qué. Ese niño perdió a su mono y cuando regresaba a su casa encontró un cuento que trataba sobre un niño que perdió a su perro.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 2022
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Re: MICRORRELATOS
Sensaciones de la primera experiencia sexual de una veinteañera
Sentía que me envolvía una niebla densa y brillante. Mi sangre parecía arrastrar objetos luminosos y cortantes, que me herían con una extraña angustia placentera. Sus manos temblaban, en una sensación de desmayo. Y sus ojos estaban allí, negros y profundos, pero llenos de luz a la vez. Me tambaleaba el borde de su sima. Su rostro, desencajado de deseo, le agolpaba sangre en los labios. No dábamos un solo paso, no hablábamos, inhiestos, mudos. Su aliento quemaba mi boca, cual ventolera de pasión; y sus labios permanecían trémulos, ávidos. Sus ojos, sus labios, su olor... y aquella loca gravedad de los cuerpos, aquel abrasador peso de ansiedad..., como dos estatuas candentes, recién salidas del molde. Y, de pronto, sus besos empezaron a sorber la sangre de mis venas cual ventosa. Y yo, mujer enamorada, desgarré su pantalón, y sus partes nobles crecían entre mis manos, cual universo. Finalmente, sin poder ni querer evitarlo, su sexo, cautivo cayó en mi hendidura; y los dos, borrachos de pasión, de deseo y de placer nos miramos a los ojos y empezamos a sonreírnos nerviosamente.
Antonio Chávez López
Sevilla noviembre 2022
<3
Sentía que me envolvía una niebla densa y brillante. Mi sangre parecía arrastrar objetos luminosos y cortantes, que me herían con una extraña angustia placentera. Sus manos temblaban, en una sensación de desmayo. Y sus ojos estaban allí, negros y profundos, pero llenos de luz a la vez. Me tambaleaba el borde de su sima. Su rostro, desencajado de deseo, le agolpaba sangre en los labios. No dábamos un solo paso, no hablábamos, inhiestos, mudos. Su aliento quemaba mi boca, cual ventolera de pasión; y sus labios permanecían trémulos, ávidos. Sus ojos, sus labios, su olor... y aquella loca gravedad de los cuerpos, aquel abrasador peso de ansiedad..., como dos estatuas candentes, recién salidas del molde. Y, de pronto, sus besos empezaron a sorber la sangre de mis venas cual ventosa. Y yo, mujer enamorada, desgarré su pantalón, y sus partes nobles crecían entre mis manos, cual universo. Finalmente, sin poder ni querer evitarlo, su sexo, cautivo cayó en mi hendidura; y los dos, borrachos de pasión, de deseo y de placer nos miramos a los ojos y empezamos a sonreírnos nerviosamente.
Antonio Chávez López
Sevilla noviembre 2022
<3
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