Re: SÓLO ESCRITOS DE HUMOR

achl Vie Ago 28, 2020 6:13 pm

...un viejo microondas, que había en la oficina para estos casos, e introducía una pequeña cacerola, que contenía diez o doce albóndigas con abundante tomate, cuya cacerola la había traído de la casa de su madre, y, antes de comenzar a almorzar, las calentaba dos minutos más...

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achl Vie Ago 28, 2020 6:17 pm

Pillado por todos lados

No podía moverse hacia arriba porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia abajo porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia la derecha porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia la izquierda porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia adelante porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia atrás porque una regla lo prohibía
No podía caminar de lado porque una regla lo prohibía
No podía caminar dando saltitos porque una regla lo prohibía
No podía estirarse porque una regla lo prohibía
No podía recostarse porque una regla lo prohibía

Su vida era, por todas esas estúpidas reglas y por otras más que sería latoso citarlas aquí, un desastre y desesperación, hasta que tomó la relevante decisión de romper por su cuenta con todas las reglas.

Pero, para su sorpresa, vivió hasta el fin de sus días una grandísima satisfacción al enterase previamente por el sabelotodo Internet de que existía una regla que rompía todas las reglas.

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Reglas11

achl Vie Ago 28, 2020 6:21 pm

Vacaciones incompletas

Esta mañana temprano, tan pronto me desperté y me espabilé, rápidamente me levanté de la cama con un decidido propósito: “desde hoy mismo, voy tomarme unas largas y apetecidas vacaciones”.

Pero…

…sin mi viejo batín, sin mis viejas zapatillas, sin mis absurdas preocupaciones, sin mis inútiles principios, sin mis trillados paradigmas, sin mis fastidiosas neurosis, sin mis añejas mañas, sin mis equivocadas conclusiones, sin mis anticuadas costumbres, sin mis banales usos, sin mis estúpidas costumbres, sin mi fastidiosa arrogancia, sin mis inútiles recuerdos, sin mi ética, llena a tope de excepciones imbéciles; sin mi eterno escepticismo, sin mis sobados argumentos, sin mi retorcida esencia, sin…

A pesar de que me pasé unas vacaciones de puta madre, fueron demasiado cortas, porque mi implacable existencia me trajo, más pronto que tarde; o sea, ya, enseguida, de regreso a mi patética vida de siempre.

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achl Vie Ago 28, 2020 6:26 pm

El amor de mi vida

Enamorarse es una cosa muy parecida a una tragedia subjetiva. Nadie, ni siquiera otro enamorado, puede comprender la profundidad de tu dolor, salvo en una burda analogía.

Maldigo mil veces la hora en la que mi trabajo me llevó hasta su casa, en lo más alto de la colina. Mi vida hubiese sido otra de no haberla conocido. La primera vez que la vi, en su presencia atrapado quedé. Sentía la felicidad inconmensurable de estar vivo, ese regalo sobrenatural de vivir, aunque fuese por escasos minutos a su lado. Y la segunda vez que la tuve ante mí, estaba condenado para siempre y sin remedio. Y digo bien: sin remedio.

Ella vive en casa de sus padres y sus hermanas; también con sus hijos. Porque tiene hijos. Pero eso no me importaba. De hecho, me parecían los seres más entrañables de la creación. Y cuando terminé un trabajo de reparaciones en su casa, casi no me quedaban excusas para regresar a aquel bendito lugar, pero agoté tres de las pocas que eran creíbles: volví a buscar la tan extraviada como inexistente herramienta que no encontraba por ningún lado; volví para revisar un remache, porque los trabajos bien hechos y la seguridad es para mí es lo primero. Tampoco me fue molestia llevar más tarde la factura a su casa, con un 15% de descuento por buen cliente. Y todo esto en un mismo día.

El tiempo me devora por dentro en la soledad de mi casa, obsesiva desesperación rige cada décima de segundo de mi vida arrebatada. Como esa frase típica: “eres mi primer pensamiento al despertar y el último al acostarme”, y esto lo llevo siempre en mi sentir cada día. ¿Cuál será el remedio a este embrujo? En sueño, mis anhelos se hacen realidad: vivimos juntos en la inabarcable dicha de la mutua compañía. No sé si este auto engaño, este alivio momentáneo de la mente, cuesta la fría amargura que me hiela al despertar y que me persigue después como un halo de inasumible tristeza.

Y los amigos intentan distraerme consolándome en vano: “demasiado joven para ti; si no te quiere, peor para ella; el mar está lleno de peces, hallarás el tuyo”. “No sé qué has visto en ella...”. Y a más por ayudarme, más me hunden en la miseria. ¿Qué sabrán ellos? ¿Cómo se atreven a nombrar el AMOR, sí, con mayúsculas? Ellos, que son una piara de ignorantes a cuál más, incapaces de distinguir algo romántico en una película porno.

Estoy condenado, perdido. Sé que no volveré a ser quien era, a recuperar la libertad de mi alma, y que ella nunca sentirá por mí ni una sombra de la ternura que a mí me embarga estando a su lado. Así pues, ¿qué puedo hacer? Nada, salvo retirarme a la oscuridad de mi infierno personal y levantar allí un altar de dolor en su nombre, para honrarlo con mi sangre y mis lamentos.

Porque para todo el mundo pasa al menos una vez en la vida el tren de un Amor genuino. Y es cuestión de suerte el estar ahí en el momento oportuno. Una decisión trascendental que se toma, para bien o para mal, sin mediar el pensamiento, en un segundo, con la chispa mágica que crea el vínculo imperecedero.

Hay quienes pierden brazos al intentar asirse a ese tren, demasiado rápido. Otros, descubren, una vez dentro, que cogieron el tren equivocado, el tren que le llevaba a la perdición. Yo caminaré por estas vías desérticas, tras el recuerdo de lo que pudo ser, y ya nunca será.

Nadie quiere entender ni comprender que ella es el gran amor de mi vida, que lo es ahora y lo será siempre hasta la eternidad. Y ella, mi verdadero amor, se llama Clotilde, y pone huevos.

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achl Vie Ago 28, 2020 6:32 pm

En El Vaticano están “mosca” con el Betis

Año 1978

El Betis gana la Copa del Rey, y ese mismo año muere El Papa Juan Pablo I

Año 2005

El Betis vuelve a ganar la Copa del Rey, se mete en la Champions, y ese mismo año muere El Papa Juan Pablo II

Año 2013

El Betis está a puntito de entrar en Champions, y El Papa Benedicto XVI teme que de nuevo se repita la historia, coge un miedo que te cagas y dimite

Año 2014

El Papa Francisco, cagado de miedo, pero refugiado en los antecedentes anteriores se cura en salud y manda al Betis a Segunda División

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Betis10

achl Vie Ago 28, 2020 6:37 pm

Looping

Looping es un término inglés que inventaron algunos informáticos ingleses para definir un enredo.

Trataré de explicarlo gráficamente.

Un programa de la informática entra en un looping cuando ocurre, por ejemplo, la siguiente situación:

El director-propietario de una empresa le dice a su secretaria:

____ Silvia, tengo un negocio en Roma durante toda la próxima semana, y quiero que me acompañes. Haz todos los preparativos del viaje.

La secretaria llama a su marido

____ Pepe, me voy toda la próxima semana a Roma con mi jefe. Así que tendrás que aviártelas tú solo.

El marido llama a su amante

____ Amor, la bruja de mi mujer se va con su jefe a Roma durante toda la próxima semana. ¡Así que vamos a pasar siete días juntos tú y yo!

La amante llama a Manolito, un niño al que daba clases particulares

____ Manolito, voy a tener muchísimo trabajo la próxima semana, así que no podré darte clases hasta la semana siguiente.

El niño llama a su abuelo

___ Abuelito, la próxima semana no tengo clases particulares. ¡Por fin puedo irme a tu casa contigo!

El abuelo de Manolito (que es el director de la empresa y quiere mucho a su único nieto) llama a su secretaria

____ Silvia, suspende el viaje a Roma. Voy a pasar la próxima semana con mi nieto.

La secretaria llama a su marido

____ Pepe, mi jefe cambió de idea; ya no hay viaje.

El marido llama a su amante

____ Amor, todo nuestro gozo en un puto pozo. El viaje de la tetona de mi esposa ha sido cancelado.

La amante llama a Manolito

____ Manolito, la próxima semana te voy a dar clases, como siempre.

El niño llama a su abuelo

____ Abuelito, mi profesora me dice que la próxima semana tengo clases con ella, así que no podemos pasarla juntos.

El abuelo llama a su secretaria

____ Silvia, mi nieto no va a poder estar conmigo la próxima semana. Así que sigue adelante con los preparativos del viaje.

achl Vie Ago 28, 2020 6:47 pm

El Casamiento

En dos lugares de la ciudad de Sevilla (Iglesia-Juzgado) que por un día tonto que tuve desearía detestar, se casó este iluso suscribiente, convencido de que el Casamiento era el estado perfecto en el hombre. Pero (ese “pero” que a veces aparece con guasa), los años y la convivencia en común se han ido empecinando en demostrar que no hay mayor locura posible. Y, ahora, no sólo no me atrevo a repetir tamaña “hazaña”, sino que estoy a falta de moral para recomendar una visita a la Casa de Dios, o a la Casa de la Ley, o a las dos Casas a la vez.

No obstante, no creo que éste manifiesto mío pueda sorprender a nadie. Lo que hay que tener es co… eso, para denunciarlo públicamente. Y lo digo en serio, pues como tengo la aureola ante mi gente de que soy un bromista compulsivo, no vaya a creerse que esto forma parte de la guasa con la que me caracteriza.

Es por ello, que por el momento, voy a separar el hecho puntual del Casamiento y la mujer a desposar, pues no sólo por ella es el Gólgota, también porque es una parte fundamental para llevar a cabo tan “tremenda putada”.

Me apresuro en aclarar que me estoy refiriendo a parejas convencionales, hombre-mujer; eso sí, sin menoscabo alguna hacia a otro tipo de parejas, que respeto, pero que no la entiendo y menos aún la comprendo.

Desde aquéllas bíblicas palabras de El Creador… “no es bueno que el hombre esté solo” (jo, cuánta prisa por crear la mujer), nunca ha estado solo. Claro, que, ¡ojo al dato!, lo dijo nada menos que El Mismísimo Baranda. Es más, se pasó varios pueblos en cuanto a la proporción, porque resulta que hay más mujeres que hombres. Para muestra, un botón: ahora, en todas las partes del globo, hay, como mínimo, dos mujeres por cada hombre, de lo que se puede deducir que no haya mayor regocijo para la mujer que casarse. Pasa que ese regocijo no siempre es acogido por el hombre, o, al menos, por este hombre: crítico oficial de “los dichos”. Y esa agonía de la mujer por casarse será, digo yo, por si a los hombres los van cogiendo y cuando las que aún no tienen uno se vienen a espabilar y no queda ya ninguno. Porque ese sambenito de quedarse para vestir santos es mal (¿o bien en la actualidad?) visto por las avispadas mujeres.

Todo lo que he escrito hasta ahora, con la inconmensurable mujer de por medio, no significa que vaya a desviarme del quid Casamiento; me sirve de apoyo para mi proposición escrita. Pasa que, ese triunvirato “Casamiento-mujer-hombre”, es, de todas, todas, inexpugnable.

Casamiento o Boda o Matrimonio, es un Sacramento de la Leyes de Cristo, y, desde el punto determinista cristiano, es una Bendición del Propio Cristo, ni que decir que vayas a ser precisamente yo el que cuestione esta Santa Bendición, más que nada porque soy cristiano, pero no por esto dejo de pensar que es un atraco a mano armada el hecho de que la iglesia lo imponga, obligatoriamente, para autentificarlo; siendo un contrasentido, porque ante los ojos de “La Ciega”, la única válida pero perecedera unión, es la que consta en los Tomos del Registro Civil, en donde todos estamos fichados con todas y cada una de las contingencias que se vayan dando en nuestra vida: nacimiento, mayoría de edad, soltería, Casamiento, divorcio, viudedad, discapacidad o “palmaera”, que cuando me toque, es cuando mi menda dejará de escribir estas chorradas.

Entro en materia sobre el Casamiento bajo mi prisma de la conveniencia o no de contraerlo, y para ello cuento con las dos únicas formas contributivas para hacerlo viable: la eclesiástica y la civil; pero, ya lo dije: “si no hay Casamiento civil, no tiene validez”, porque ese mítico floripondio de “por la iglesia” no deja de ser un mero formulismo; que, por cierto, cada vez está más en desuso por los propios católicos. Y no sé el porqué. Bueno, tal vez sí. ¿No será porque ante el hipotético pero posible divorcio es más difícil disolverlo por mor de la lentitud, la cuantía en dinero que supone todo el papeleo, y por El Santísimo Mito de la Sagrada Rota, mientras que el civil sólo es cuestión de ir al despacho del juez y decirle: “¡por tu mare, Señoría! ¡Ya no pueo má!”.

Como soy adicto a los buenos dichos, ahora viene a cuento… “mejor solo que mal acompañado”, aplicable, por supuesto, a los dos sexos. Porque ese rollo macabeo de “incompatibilidad de caracteres”, que es lo que aboca al divorcio, es complejo y abarca todo lo que se quiera alegar: “que el cariño y la comprensión están de vacaciones, que le huele el aliento, que le apesta los pies, que ronca, que me pone los cuernos, que mi suegra es una… eso, que se gasta “el sobre” en bares, juegos, caprichos, amiguito/as”. Y por todo eso, que ya va llenando la bolsa de los despropósitos, mejor solo que mal acompañado.

Pero la realidad también habla en modo de cifras. Oh, Don Dinero que, por cierto, éste de un sino fatal: “todos dicen odiarlo, pero nadie puede vivir sin él”, y para más odio, algunos/as no saben administrarlo. Con esto quiero dar a entender que eso de “la incompatibilidad” es más llevadero si hay “pasta pa tirá y jalá”. ¿Hay alguien que diga lo contrario? Porque esa frase consoladora: “el dinero no hace la felicidad”, sólo sale de labios de quien lo tiene. Según la sabia jerga de calle: “el dinero no hace la felicidad, hecha la compra, e incluso te la entregan en papel celofán”.

Se supone como cierto que quien llega al Casamiento es porque puede dar y recibir Amor-Amistad-Confianza y toda esa clase de caramelos para tomar tan peliaguda decisión y, por mor de ello, terminas casándote contra todos los vientos y todas las mareas de todos los océanos revueltos.

En las primeras bitácoras del Casamiento, que suelen ser de aire romántico, no hay más preocupación que no sea la de “adorar de por vida” a la pareja, incluso aunque las cosas no hayan ido bien en la transición del tanteo, de novios. Pero, enseguida, mucho antes de lo que pueda verse normal, empiezan a aparecer “cositas”, que son acalladas porque todavía manda y prevalece el Amor, pero que son las que van asesinando, bala a bala, “esa adoración”, consecuentemente, la unión. Pero si en ese entonces hay ya hijos de por medio, lo que sólo era una decisión de dos, se convierte en un problema familiar, para desgracia (o para tranquilidad, según se mire) de los vástagos.

A pesar de eso último, soy de la convicción de que si en una pareja (casada, soltera, con o sin hijos) desaparece el Amor, nada queda como remanente conciliador para evitar una ruptura. Y también soy de la convicción de que la mujer gana más que el hombre con el Casamiento. Y no quiero creer que sea sólo por el hecho de que haya más mujeres, tampoco quiero pecar de retrógrado, sino porque en la mujer es verdad que en ese estado se realiza mejor. ¡Y, atención, proclamado por ellas mismas!

A veces, a las mujeres les dan por jugar a las adivinanzas, porque son más taimadas que los hombres y saben adecuar el cuándo, el dónde, el cómo y el porqué de cuantas determinaciones se vayan a tomar. Pero, justo es decir que también son más constantes, y más fieles que los hombres en todos los aspectos, por lo que dudas no deben tener a la hora de enfrascarse en la arriesgada aventura del Casamiento. Pero, como sabias que también son, la exigencia y, sobre todo, el interés los llevan como el canguro en su bolsa marsupial, bien para lucro personal, bien, que es lo más probable, para un mayor bienestar de sus hijos. Por todo ello, cuando comienzan a aparecer las “cositas”, las mujeres sólo resuellan con la voz y voto de la parte que ven más negativas los hombres; es decir, la exigencia y el interés. Pero exigencia siempre han tenido, que era tapada por el Amor. “Amor, dios poderoso que osa a amar sin ser amado”.

Pero, ojo, hasta amando son “conservadoras”, con todo lo que conlleva ese entrecomillado. Y los hombres, para no salir por peteneras, callan, lo que es odiado por ellas, que cogen unos cabreos descomunales y voz en grito les dicen a los hombres que no sean pasotas, que se entreguen sin paliativos a sus obligaciones como marido, padre y, en definitiva, como hombre. Y en la recámara guardan la má temida bala: “hacen valer su sexo, literalmente hablando, y castigan a su colega de viaje todas las veces que le vengan en ganas”.

A partir de ahora, el texto que sigue es un poco más serio

Razonando con la “biblia” del Casamiento en la mano…

La fusión establecida por el Casamiento es antinatural. La pasión y el Amor no duran toda la vida. La pareja se transforma y vive con lo rutinario y lo aburrido. Transitar por el presente como si fuesen los primeros o los últimos días, por enfermedad o por obligada lejanía, es lo único que puede aportar ilusión para mantener la viva la llama. Es un hecho irrefutable que cada día queda menos tiempo y más cosas por hacer; necesario es tener calma para evitar que se dispare el relé de la desazón. Porque las parejas que dicen que se aman y no saben qué decirse, no hacen sino ocultar la realidad; realidad que pasa factura. Y por esto, repito, mejor solo que mal acompañado.

Llega a un punto mis razonamientos que, sin pelos en la lengua, debo decir que el Casamiento es el ratero oficial de lo privado: nada que se haga o se diga puede mantenerse en secreto; sisa todo con arte socarrón: virtudes, defectos, costumbres, usos… Y los hombres nunca atinan a saber si van a ser capaces de sobrellevar este paquete de necesidades. ¡Y por todas estas cosas juntas, o por separado, casi de Juzgado de Guardia, mejor solo que mal acompañado!

Pero contra del gravísimo delito de que no crea en el Casamiento, tengo la gran virtud de creer en la pareja, o pareja de hecho (invento nuevo). Pero sin obviar que siempre hay que utilizar unas sensatas precauciones para no “matrimonilizarla”. El ser humano, por naturaleza, detesta las ataduras.

Suele ocurrir que los papeles que se firman en la Iglesia o el Juzgado sirven de parapeto para cuando se origina alguna desavenencia conyugal, lo que ayuda a seguir fingiendo, e incluso inmerso en una supuesta estabilidad, a todas luces inexistente.

Es un lujo lo que uno renuncia por casarse, y no sólo por lo ya referido, que no es moco de pavo, sino por la libertad de poder elegir lo que más guste.

Las corrientes liberales en las que se explayan los solteros, no les convienen a los casados, y no es sino porque “las obligaciones conyugales” las vetan. Por tanto, quien se enganche al carro del Casamiento, está expuesto a una variedad de privaciones naturales, que probablemente será normal para unos y cargante para otros, pero el equilibrio se halla en lo que cada uno quiera hacer por convencimiento propio. El lamento por lo que no se hizo o se dejó de hacer, no vale nada a la hora de echar cuentas. Nadie, para la decisión de contraer Casamiento, pone un puñal en el pecho a nadie para persuadirlo en contra de su voluntad. La traición y, sobre todo, la ausencia de Amor, son las únicas armas válidas. Fetén.

Pero, ojo, cuando aparece la luctuosa ruptura, no hay mayor desconsuelo posible en la parte supuestamente más perjudicada. Pero que no intenten comer el coco, porque con querer apuntalar que es siempre la mujer la que más pierde, se está desvirtuando la verdad. Se podría dar por bueno si a la mujer no le quedase remanente económico, que, aun luctuoso siendo, no determina la causa.

¿Por qué siempre representa una incógnita saber el qué y el porqué de una separación? ¡Qué fácil resulta tirar la piedra y esconder la mano!

Todo lo que he expuesto en este escrito no tiene la verdad en propiedad. Pero sí tiene mi verdad, que va en busca de la capacidad de entendimiento de quienes lo lean, para así poder rumiar mis razonamientos que, incluso, dispuesto estoy a someterlo a debate.

EL CASAMIENTO ES UN TORMENTO
SI UNO SE CASA SIN VENIR A CUENTO.
PERO SI SE LE ECHA “CIERTO UNGÜENTO”,
HASTA EL 2000 DESDE PRIMEROS DEL 1900

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Casa10

achl Vie Ago 28, 2020 7:13 pm

S.A.R. El Sistema

¿Os confieso un secreto mío personal? ¿Sí? De acuerdo, pues. Y no es que yo considere este secreto de interés para ustedes, pero para mí sí. Y lo es porque me da la nota justa y el tono preciso para entrar pletórico en este cante.

Ea, una vez puntualizado esto, ahí va mi secreto.

Resulta que yo, servidor, nací altruista, confiado y romántico, y romántico, confiado y altruista me depositarán, una vez palmado, en un triste y umbrío agujero de la Necrópolis de mi ciudad, Sevilla. De igual modo que fantasioso, iluso e ingenuo me devorarán gusanos en un santiamén, porque ingenuo, iluso y fantasioso nací.

Pero a pesar de ser romántico y además empedernido, nada materialista, pensaba que en este mundo traidor seguía siendo el rey el dinero. Pero no. Estaba errado. Desde hace años, el dinero (que toquisqui odia, pero ningún quisqui puede estar sin él), comparte liderazgo con el sistema. Y el sistema que aludo no es un sistema cualquiera, ¡qué va! Es un jodido y jodedor sistema, al que se me antoja rebautizar, con más jabón que pompa, como: Su Alteza Real El Sistema.

Concrete usted más, por favor, ¿quién o qué es realmente ese regio Sistema?

Jeje. ¡Casi ná! Ese regio sistema es un sencillo y a la vez un complicado sofware, que implacablemente nos somete a todo aquello que el humano no es capaz de decir a la cara. Es una marioneta, engreída y mimada en manos convenidas, que quita de un golpe todos los golpes habidos y los por haber. Es un entramado sutil, ideado y fabricado por el humano para él a su vez obrar como aquél bíblico e ínclito “Poncio lavamanos Pilatos”. Es un remedio socorrido, para hacer la faena de la suficiente, insolente, no comprometida e indolente burocracia actual y... ¿por qué no decirlo?, la de toda la vida. Es un aguerrido Rambo, adiestrado, y armado hasta los dientes: infranqueable, impenetrable; de esos de primera fila en guerras. Es un producto ingenioso, genial y con ingenio de las nuevas tecnologías de hoy. Es un disciplinado e incansable obrero, mañana, tarde, noche y madrugada, las 24 y los 365. Es un virus intruso, sin ser intruso virus, sino más bien con una luz verde permanente de un sobrio y depurado equipo informático. Es una epidemia, con visos de pandemia. Es un imperecedero Valium (relajante), para todos los jefes y jefecillos de turno. Es un tunante Biopack (cloroformo) para dejar KO a todas las impulsivas reacciones de sus víctimas. Es un eficaz Astenolit (vitamina) para todo baranda y dictador que, dedo en vertical ordena, castiga y condena. Es un martirio chino, más martirio que chino hacia la abandonada, impotente, sufrida, indefensa sociedad. Es en definitiva, un dios menor poderoso, al que sólo El Dios Mayor Todopoderoso puede desposeer de sus aptitudes y habilidades: antes, durante y después de sus perversas actitudes.

¿Y dónde trabaja ese regio Sistema?

Es más notorio que público que curra en to kiosko que solicite su servicio, avalado su pícaro y cruel saber por multinacionales de to tipo: entidades bancarias, organismos oficiales, hospitales, cadena de hoteles 5 estrellas, cadena restaurantes 5 tenedores, joyerías de lujo, emporios de ropa de marca, fabricantes de coches y… en fin, en toda empresa o garito, o sociedades, anónimas o limitadas que, por arte del '¡ya te pagaré, joder!'; o sea, un truhán mindundi que nunca jamás se rasca el bolsillo para pagar su compra y posterior instalación. Por otro lado, una adquisición valiosa, y además de balde pa toda esa plebe adinerada e influyente, por aquello de que ingresará en sus cajas de caudales sabrosos dividendos, 'y simplemente por el eco difusor de tan grandiosa generosidad'.

¿Y qué efectos causa ese regio Sistema?

La tira, mire usted: expectación, pasmo, confusión, mareo, fatiga, cabreo, diarrea berrinche, enfados, locura, peleas (con todiós, en especial con la parienta), dolores de coco, úlceras de estómago, ictus, parálisis total o parcial, infartos, cerebral o de corazón e incluso la palmaera, de todos aquellos que se manifiesten, en un principio pacientemente, en un intermedio, desubicados y majaretas y, finalmente, andando por las paredes.

Y concluyo, ¿cuál es la misión de ese regio Sistema?

Antes de responder a su última pregunta, quiero dejar claro un significativo matiz.

Antaño, o no tan antaño, ibas o telefoneabas a cualquier tinglado de los ya citados, y eras atendido o recibido en persona por alguien de carne y huesos. ¿Ok? Pues a ese o esa tal le exponías lo que querías resolver, y él/ella, bis a bis, te respondía en forma distendida y educada, con el sí o el no, pero en todo caso acompañado de un diálogo 'razonador', derivando en buen rollo, que tú, para tu interior rumiabas, y más tarde asentías. Y aunque no lograses tu petición te quedaba el regustito de que tu tiempo y tu esfuerzo eran compensados con el tiempo y el esfuerzo de alguien de carne y huesos, más que menos entregado a atenderte y a tratar de complacerte

Pero en el hogaño, con el paso de los años y en el mejor de lo casos, hasta posible podría ser que alguien, también de carne y huesos, eche un vistazo a tu petición, pero después, con cara de ser más de lo que es, te diga algo ciertamente desolador:

Mire usted señor, no puedo concederle nada de lo que me pide porque el sistema no me lo permite

Y en el peor de los casos, que es lo viene pasando, con una indiferencia insultante, te remiten al Internet; cosa práctica, sí señor, pero también y según para quién un galimatías. Y todo ello con suerte, porque si tu solicitud la haces por teléfono, aparece una voz grabada, casi siempre de algún chocho que a medida que la vas escuchando, te vas quedando pasmado a la vez que vas sintiendo que la expresión en tu cara es la de un auténtico gilipollas:

Pulse

el 1 si es para llorar
el 2 si es para reír
el 3 si es para cagar
el 4 si es para mear
el 5 si es para besar
el 6 si es para ligar
el 7 si es para follar
el 8 si es para dormir
el 9 si es para comer
el 10 si es para beber
el 11 si es para cantar
el 12 si es para bailar
el 13 si quiere ser atendido por un agente 'experto' (*)
el 14 si desea escuchar de nuevo este mensaje
el 15 si es para...

Y así hasta el 500 o más...

(*) El agente “experto” es un experto agente en liarte con experiencia.

¡Soooooo, para el carro, chocho loco! -exclamas, haciendo un gesto como de lanzar el teléfono a la quinta vagina.

Y, entonces, hasta los mismísimos ya de tantos mensajes, de tantas gilipolleces y de tanto mamoneo junto, pulsas convencido el 13 porque lo que realmente quieres es hablar a viva voz con alguien. Pero... ¡jaja poleá! ¡Lo tienes claro! Porque después de agotarse los tonos de las llamadas del rigor que la compañía de turno te impone, vuelve de nuevo a tu oreja el chocho anterior u otro chocho cualquiera, pero, sea el chocho que sea, con un tono de voz realmente “angelical…”

Todos nuestros operadores están ocupados; inténtelo de nuevo más tarde

Y si eres mínimamente paciente, te quedan ganas, dispones de tiempo libre y ya te has cagao en to lo que se menea, repites la jugada. Pero... Ja (risotada nerviosa tuya). El resultado es: ¡el mismito, mismito.! Y de nuevo vuelve a tu cara la gilipollez en persona, que, sumada a tu cabreo descomunal, paga después las secuelas quien no debe pagarlas, que igual es el primero que te da los buenos días, las buenas tardes, o las buenas noches, amigablemente.

Pero, claro, estas cosillas, como siempre, para no variar, sólo le pasa a la borreguería de a pie. Porque a los toros sentados (entiéndase ralea con poder y con jurdeles por castigo), le comen la polla, se la asean, se la perfuman. Incluso hasta le dan un par de pollas más de repuesto. Sin olvidar la otra parte íntima: los huevos, que a estos los miman más que una meretrix de alto standig, de mil pavos la hora.

Y así, invariablemente, funcionan las cosas en mi país (y creo que en todos los del globo globalizado) Y si algún justiciero quiere ajusticiar, que ni lo intente porque lo desahucian de su casa, lo envían al INEM, lo tiran a la puta calle, con sólo un cartón pa taparse, pasando frío o calor, soledad, incomprensión, maltrato hambre, sed, ce-ro higiene. Resumiendo, miles de calamidades y humillaciones. Vaya, como una ex, pero ésta (los ex saben de qué va la cosa), con más perrerías y más birlamiento. Y con mucha suerte, más aún, y luego de rellenar y de presentar todos los papeles del mundo mundial, liantes y confusos, puedes obtener una paguita, que en la sabia jerga de calle la llaman: 'coge esto y vete a tomar por el culo', o algo así.

Y a todo esto, ¡faltaría más!, florecen, cuales estrellas del Olimpo, elegantemente equipados, desde sus boatosas mansiones (pagadas por nosotros, o con el dinero que nos roban), con sonrisas de oreja a oreja y con sornas hirientes, “los brillantes, honestos y honrados políticos”, pronunciando enfáticas palabras, sin ningún tipo de escrúpulos y con un mirar perdonavidas...

Esta ralea contestataria es nefasta para la sociedad y debe desaparecer del mapa, porque afea y ridiculiza a nuestro país.

Y colorín colorado, este coñazo “sistemático” se ha acabado.

Queden con Dios o con el diablo, como prefieran.

¡Ah, cuadín cuidadín con Su Alteza Real El Sistema, jajajajaja!

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Sistem10

achl Vie Ago 28, 2020 7:23 pm

Usted manda, jefe

Un buen día o un mal día (según lo vea, o lo quieran que ver, si quieren verlo), el Cerebro llamó con urgencia a todos los órganos del cuerpo para reunirse con él en su oficinamollera; y ya allí, enérgicamente, les dijo: ¡Atención mis subalternos! ¡Por ser yo, y sólo yo quien da las órdenes y controla todos los sistemas orgánicos del cuerpo, exijo tanjantemente que, a partir de este preciso momento, cuando os dirijáis a mí, todos ustedes me llaméis jefe!

Los pies, sorprendidos, protestaron:

___ Diferimos. Somos nosotros, mi colega el izquierdo y yo el derecho, los únicos que soportamos el peso de todo el cuerpo, y además lo trasladamos a todas partes; por tanto, la jefatura nos corresponde legalmente.

De igual manera, los diferentes órganos expresaron su vital importancia dentro del sistema: corazón, pulmones, aparato digestivo brazos, codos, rodillas, manos, dedos, pelos... y hasta el mismísimo trasero reclamó su derecho a ser el jefe.

Absolutamente todos, sin excepción, al conocer las ilusas y a la vez deslavazadas pretensiones del culo se echaron a reír, pero con tal desfachatez que sonaba a una animadversión de las más agudas.

¿Cómo osaba a pedir la jefatura de tan importante monopolio un órgano (si a ese pedazo de carne con algunas redondeces se le puede llamar órgano), que está tan desprestigiado y es tan insignificante?

A raíz de esas risas y burlas y herido en sus más íntimos sentimientos, el culo, como un buen pompis que es, se acomodó y decidió bloquear la salida de excrementos, pronunciando con rematado énfasis 6 palabras, y 2 de ellas en andaluz (que pa eso el autor de este ley orgánica es mi menda lerenda sevillana):

___ ¡¡PO YA NO CAGO MÁS, EA!!

Al poco, como consecuencia de aquella terrorífica actitud, el Cerebro comenzó a tener severísimos trastornos. Enviaba atropelladamente órdenes de fiebres altas a todo el cuerpo, pésimas digestiones, flojedad en los músculos, huesos empezando a descalcificarse, las hormonas se iban de discotecas, las venas se ponían tan rígidas que parecían acero, alopecia prematura, ojos hinchados, y los pies inflamados y con tanto, tantísimo dolor que ya no podían soportar el peso del cuerpo...

Corazón y pulmones luchaban con desespero día-noche-madrugada por sobrevivir. Tenían que remar a toda vela para barrer el mar de toxinas que los invadían. Todo aquello era un auténtico desastre, todo aquello era un auténtico caos, hasta que todos los órganos, salvo el Cerebro, naturalmente, se citaron a través del WhatSapp, y ya reunidos rogaron al Cerebro que el culo fuera el jefe, a lo que éste, finalmente, cabreado pero reflexivo, accedió.

Enterado de lo ya decidido por sus colegas, el culo o pompis o trasero o retaguardia o fachada de atrás o… uf, vete a saber (podría citar por los menos una docena de apodos más), empezó a funcionar a marchas forzadas, largando mierda a diestra y siniestra, imponiendo, orgulloso, su cargo de jefe universal por excelencia.

Una vez normalizado todo el organismo, y el culo cumpliendo a rajatablas su misión principal (cagar), éste, ya como jefe, envió un mail al Cerebro:

"Señor Cerebro. Para llegar a ser jefe no es necesario ser cerebro, ni ser más o menos inteligente, ni ser más o menos listo, ni ser imprescindible, sólo hay que ser un buen culo, como lo soy yo, y aprovechar el momento más oportuno para cagar a los demás. Suyo afectísimo: el Culo".

Con este maremágnum de contrariedades, al Cerebro se le olvidó comprar un cartucho de tinta (el día anterior se había agotado) para su vieja impresora, con lo cual no podía enviar al Jefe Culo una fotocopia de un pacto sinequam de explícitas normas para un perfecto rendimiento del organismo, y además no le funcionaba el escáner, con lo que tampoco podía escanear veinte imprescindibles reglas; así que, resignado, pero contrariado, seguía sistemáticamente impartiendo órdenes, pero sin dejar de echar de cuando en cuando una miradita a la pestosa carga de inmundicias que arrastraba el pasillo alargado del aparato digestivo; sí,
ese pasillo que se extiende desde el estómago hasta el ano.

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achl Vie Ago 28, 2020 8:24 pm

El Palojo

___ Mushasha, mushasha, ¿tú tienes novio?, me preguntó, al mismo tiempo que, con excesiva fuerza, me sujetaba del brazo.

Era evidente que el hombre, de unos 35 años, padecía algún trastorno mental. Reconozco que me hizo gracia su acento gaditano, y que tuve que reprimir la risa, en parte causada por la inquietud, y de la otra, porque durante el abordaje se había puesto una cucharilla de café sobre un ojo, a modo de monóculo. Pude ver que el otro ojo se desviaba por un poblado flequillo que se daba de bruces con él. Ésta fue la primera vez que le vi, recién llegada a este pequeño pueblo de la sierra de Cádiz.

Los nativos no tardaron en ponerme en antecedentes; era como su rotonda de la fuente que parecía una tarta, como su orgulloso coso taurino, o como el templete de música que se levantaba en la plaza del centro: era su tonto del pueblo.

Se llamaba Alejo, aunque en el pueblo todos le conocían por el Palojo, precisamente por ese mechón de pelo, untado con pura argamasa, que siempre le caía "pal'ojo". El resto de la cabeza se mantenía repeinada, bajo el control de un engominado excesivo que, por mil veces, me hacía oír aquello de "parece que lo ha lamido una vaca".

Sus orejas se desplegaban como un paipái atónito, a ambos lados de una cara demasiado estrecha, o -no sabría decir- demasiado larga. Unos dientes incivilizados se amontonaban en su boca, la cual lanzaba, sin previo aviso, perdigones de gargajos desbocados.

Vestía chándal, cumpliendo con el tópico de que mi memoria sólo pudo haber sacado de cuentos, porque, que recordara, no había tontos de ciudad. A veces vestía endomingado: pantalones que le quedaban exageradamente grandes, lo mismo que su rebeca, modelo universitario, que se escurría sobre sus hombros lacios. Definitivamente, estaba mejor con el chándal.

Acostumbraba a caminar por la plaza, hablando atropelladamente con unos y otros. Pero si una mujer se le cruzaba no podía resistirse a consultarle si tenía novio. Era como un tic que no discriminaba a ninguna dama, fea o guapa, alta o baja, tuviera 15 o 90 años. Todas ellas con novio, casualmente

Indagué sobre su familia. Sólo tenía a sus padres, que jamás salían a la calle. No me quedó claro la razón, pero la palabra vergüenza se mascaba en el ambiente cuando comentaban que eran buena gente y de avanzada edad. Lo que sí pude conocer fue la razón por la que se ponía la cucharilla de café en el ojo. Al parecer, siendo niño sufrió una grave infección ocular, que le causaba un fuerte dolor. No se sabe cómo descubrió que la cucharilla, que conservaba aún el calor después de remover su vaso de leche calentita, puesta en el ojo le consolaba de punzadas lacerantes. Y, como para todo era siempre monomaníaco, adoptó ese hábito adquirido que asoció al otro de preguntar a todas las mujeres si tenían novio, que supuse sería para reconfortarse tras las respuestas afirmativas que obtenía en todos los casos.

El Palojo era tratado con cariño por todos sus conciudadanos. Cariño un tanto hipócrita porque encerraba sarcasmos que a todos divertían, pero que el pobre infeliz no era capaz de distinguir.

Después de meses observándole, noté que Alejo sufría. El motivo más frecuente era que se obsesionaba si alguien le elogiaba algo que hiciese, como cuando le dio por dedicarse a la fotografía.

Apostado en la terraza del "Bar Serrano", con su cámara al cuello, muy profesional él, iba haciendo fotos con la intención de venderlas luego a cualquiera que se sentara a tomar algo. Al principio, todos se quedaban con la foto, aunque desenfocada era, y alababan, entre ironías que les procuraban momentos de diversión, el arte del Palojo. Entonces él se crecía y, en vez de una, hacía 10 fotos a cada persona, suponiendo que así les hacía felices 10 veces. Cuando la gente se cansaba de su matraca, le llamaba pesado y le pedían que se fuera. Lloraba entonces durante unos días en todos los hombros que iba encontrando, y era consolado con excusa tan pobre como su alma. Así, hasta que se le ocurría un trabajo nuevo, ávido por sentirse útil, que acababa por sumergirle en otro bucle bipolar.

Días antes de irme del pueblo coincidí con él en la farmacia. Nunca le había visto llorar así. Lloraba a borbotones, con chorros de lágrimas como caños que anegaban el papel en el que parecía que estaba escribiendo. Sobre el mostrador de un mancebo asombrado, que me miraba implorando disculpas, se deshacía formando charco.

Apenas se dio cuenta de que yo estaba allí, se dirigió a mí. Con el lápiz en la mano, sus ojos inundados y mocos acudiendo profusos, me dijo, escupiéndome sin querer:

___ Pero, pero, ¿por qué dicen que soy tonto? ¡Yo no soy tonto! ¡Mira, mira, las cuentas que sé hacer!

Entonces me enseñó un papel mojado en pena en el que había escrito.

___ Mushasha, ponme tú una cuenta y verás que sé hacerla. ¿Por qué dicen que soy tonto?

Arreció su llanto, así que cogí el lápiz y escribí números de tres cifras para que los sumase.

___ Pon más, pon más -me pedía.

Agregué líneas hasta que le pareció que la suma era lo bastante complicada como para poder demostrarme algo. Se lanzó como un loco a hacer la cuenta, narrando su ejecución entre gimoteos e hipidos, intentando parecer rápido sumando: 2 y 3, tal, y 4, cual, más 7, tanto. No estaba muy pendiente de si lo que iba recitando era correcto o no, pues seguía impresionada al verle así.

Cuando terminó me pidió que la corrigiera. Hice como que estaba repasando la cuenta y di el resultado por bueno. No sé si era correcta, sólo pensaba en que él se sintiera un poco mejor.

___ ¿Ves? Pero ¿por qué dicen que soy tonto? ¡Si yo, yo no soy tonto!

Intenté calmarle, porque seguía fuera de sí y el mancebo de la farmacia parecía comenzar a hartarse de la escena.

___ Venga, Alejo, vete ya, respiras hondo y verás cómo te tranquilizas.

Me siguió, con su lápiz y papel en la mano hasta el exterior del establecimiento. Nada más poner pie en la calle, se secó con las mangas del chándal las lágrimas y los mocos. Después sacó del bolsillo la cucharilla de café, la que le aliviaba sus dolores, para ponerla sobre su ojo y preguntarme:

___ Mushasha, mushasha, ¿tú tienes novio?

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 El_pal10

achl Vie Ago 28, 2020 8:31 pm

"EL TABACO MATA". Estas macabras tres letras se pueden leer palmariamente en todas las cajetillas de tabaco (rubio y negro) de la Tabacalera Española, acompañada de imágenes escalofriantes de personas con cáncer de pulmón. Pero... ni caso. La gente se ríe (me río, porque también fumo) de las advertencias y sigue (seguimos) fumando a tutiplén (yo no a tutiplén, lo quito y pongo a poquiplén). Y lo peor de todo esto es que cada vez es más temprana la edad del fumador.

El Jamacuco

Antonio, sevillano de Sevilla capital, de 77 años, un prestigioso profesor de Literatura de la Facultad de la Comunicación de Sevilla tuvo la ocurrencia de pedir una excedencia de cuatro meses a su facultad, porque se proponía escribir una obra literaria para presentarla como candidatas ni más ni menos que al famoso y acreditado "Premio Planeta”

Y para su escritura usaba las horas de antes de almorzar, hasta la hora de cenar. Pero antes de empezar, fumaba barbaridad. Mientras escribía, fumaba barbaridad. Cuando se le iba el hilo narrativo, fumaba barbaridad. Cuando un personaje no tenía fuerza emotiva, fumaba barbaridad. Cuando no salía de su gusto un diálogo entre personajes, fumaba barbaridad. Cuando no atinaba a resolver alguna de las tramas, fumaba barbaridad, mientras pensaba para incentivar a su inspiración, fumaba barbaridad…

Una tarde, especialmente emotiva, en la que no hallaba el quid para finiquitar una tensión creada entre el protagonista y la protagonista, se metía en los pulmones, sin darse cuenta, el humo y la nicotina de un paquete de cigarrillos rubios ¡en apenas veinte minutos!

Y pasó que, al día siguiente, cuando iba a ponerle el punto final a su obra, no encontraba un final adecuado. Se puso a pensar durante un buen rato sobre un final, mientras se iba fumando un porrón de cigarrillos, pero en el último le dio un ataque de tos, derivando en un infarto de miocardio, y se quedó más tieso que la mojama frente al ordenador.

Lo encontró muerto su hijo, pasados dos días. El bueno de Antonio estaba sentado, rígido en su sillón giratorio, con los dedos índice y anular de la mano izquierda chamuscados, la boca desencajada, los ojos abiertos de par en par, y su escritorio despedía un fuerte olor a putrefacción.

Horrorizado, su hijo telefoneó al 112, y en menos de un cuarto de hora llegó a la casa un médico, que sólo se limitó a firmar el parte de defunción, puesto que el viejo (y traviesillo, que todo hay que decirlo) profesor se fue, era ya cadáver. En su lápida, a petición expresa de su único hijo, esculpieron este epitafio:

AQUÍ YACEN LOS RESTOS DE UNA BUENA PERSONA, QUE TENÍA LA VIRTUD DE NO FUMAR, PERO EL GRAN DEFECTO DE QUE SE BEBÍA EL TABACO

Su libro, finalmente, ganó el "Planeta", y seguidamente tuvo un éxito desaforado. Se siguió leyendo durante décadas. "Antonio Tabaco" (así fue rebautizado por la prensa), pasó a la historia como el creador de un nuevo género narrativo. Pero no tenía su libro un final, y por esto precisamente los críticos especialistas decían que era el mayor acierto del autor, cuando lo que había ocurrido en realidad era que palmó antes de dar con él.

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Jamac10

achl Vie Ago 28, 2020 8:51 pm

Lejos del mundanal ruido

Lo vendí todo, absolutamente todo: mi holding de empresas, mi mansión de la ciudad y mi chalet de la playa con todos sus muebles, las obras de arte, los cuadros de pintores famosos, y mis coches, Ferrari deportivo, Mercedes y Audi. Y también vendí todas mis joyas y mis vestidos y mis zapatos de diseño, comprados en boutiques de lujo.

Y todo el dinero que obtuve, rápidamente lo doné a diferentes ONG’s. Cogí un petate con lo puramente básico, y fui a bordo de mi yate hasta una isla desierta, justo en mitad del Mediterráneo. Después, le regalé el yate a mi fiel capitán, que me iba reprochando durante todo el trayecto mi insólita, incluso hasta inédita decisión. Era mi capitán de yate un buen hombre y una buena persona, que además me había cogido cariño.

La noticia rodó por periódicos y revistas rosas durante días, incluso semanas.

FAMOSA MUJER MILLONARIA, ARQUITECTO DE PROFESIÓN, SE DESPRENDE DE TODAS SUS POSESIONES Y DECIDE IRSE A VIVIR SOLA A UNA ISLA DESIERTA

Me tomaron por loca, por supuesto. Aunque pienso que lo que más le chocaba a la gente era que una mujer llegase a ser una empresaria exitosa y adinerada y que después quisiera ser, por decisión propia, una ermitaña pobre.

Parece que la sociedad de hoy en día ve ambas condiciones juntas, solamente unidas socialmente al género masculino. ¡Y así nos va!

Ya en la isla, busqué y hallé un lugar resguardado, y allí construí, con mis propias manos y mis propios medios, una cabaña. Antes de ser millonaria se me había dado bien el bricolaje, y esto, ayudado por mis conocimientos de la arquitectura, me hacía estar preparada para hacerme un buen alojamiento, que me lo construí en poco más de tres días.

La isla tenía árboles frutales, agua potable y aves. Y yo era su única habitante.

Durante años había buscado en mares y océanos una isla que tuviese las condiciones adecuadas para mi supervivencia, sin animales peligrosos, ni cambios bruscos de clima. Y sin gente. La isla perfecta para mis pretensiones. Y la encontré, porque soy una mujer muy obstinada.

Junto a mi cabaña corría un afluente del mar con diferentes especies de peces. Entre las copas de los guapos árboles, crecían lianas con flores comestibles. Cogía huevos (mi alimento favorito) de los nidos, o si carne me apetecía, ponía trampas y así cazaba alguna avecilla.

Nunca pasaba hambre. Siempre quedaba satisfecha, y además, sola y feliz.

Disfrutaba de lo lindo de mi soledad. Sólo escuchaba el agua deslizarse sobre las piedras, el verde follaje moviéndose con la brisa constante y agradable, y el canto de los pájaros.

Quedaban a años luz las tediosas reuniones del consejo empresarial, las pilas de papeles a firmar, los cientos de decisiones que tenía que tomar cada día. Desaparecieron mis dolores de cabeza, mi piel cambió a morena, curtida por el rey Sol, mi salud mejoró. Si alguna noche refrescaba o quería cocinar algo, había pulido el arte de hacer fuego frotando dos varillas metálicas.

En realidad, no me faltaba de nada. Lo tenía todo.

Esto sí que era vivir. Por segundo estaba más contenta por la decisión tomada, que ya moraba en mi mente desde algunos años atrás.

Pero un mediodía, pasada una quincena de mi estancia en mi isla, antes desierta, me hallaba tumbada en una hamaca de red colgante leyendo un libro de mi autor favorito, Antonio Chávez López, cuando oí un fuerte y prolongado sonido como el de una sirena. Sobresaltada, me incorporé. Me fui corriendo hacia la playa, y casi sin aliento y con los ojos abiertos como platos vi un enorme buque con muchos pasajeros que desplegaba una escalinata sobre la arena.

En el lateral del buque, que daba hacia mi cabaña, se podía ver un cartel que decía:

CRUCERO FAMILIAR DE LAS ISLAS DESIERTAS DEL MEDITERRÁNEO

Caí de rodillas sobre la arena, con las lágrimas saltadas y tirándome de los pelos.

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achl Vie Ago 28, 2020 9:04 pm

El té vespertino

La tetera silba, el anciano apaga el fuego y vierte agua hirviendo en una taza con la bolsita.

—- El té no te conviene, pero tú mismo.
—- ¡¿Y a ti qué leche te importa, vieja?!
—- No, nada, sólo te avisaba.
—- ¡Los médicos sólo saben prohibir!

El anciano se sienta a la mesa, posando en ella la taza con una mano temblorosa.

—- ¡Me quitan el tabaco, el vinito, el café! ¿Y ahora el té también? ¡Qué les den!
—- Haz lo que quieras. Al final saldré yo ganando, hagas lo que hagas,
—- Ya. Ahí, sentadita, esperando. Todo atado y bien atado. No eres tú tunanta ni ná.
—- Soy como soy. No es egoísmo, es que no puedo ser de otra forma.
—- Claro. ¿Y cuándo insistías en que no hiciera ni puto caso al médico? Que un cigarrillo de vez en cuando no me vendría mal, que el vinito en el hogar del jubilado me ponía de buen humor, que desayunar huevos con chorizo era lo más sano… Eso lo decías por mi bien, con la mejor intención, ¿verdad, querida? ¡Pero qué perra y qué manipuladora eres!
—- Oye, sin insultar, que ya me estoy cansando de tus insultos. Sólo quiero que disfrutes de la vida. Que seas feliz con estas pequeñas cosas. No me gusta verte triste…
—- Claro, uno ya no está pa tocar castañuelas. Sin una buena moza con quien pasar un rato, con lo que yo he sido, pero ahora... Y encima sin poder probar ni uno de los pocos placeres de esta puta vida. Lo que más echo en falta es el cigarrillo mañanero. Qué bien me sentaba, joder. Pero los años son unos cabrones.
—- Hombre, uno no te hará daño, digo yo. Mira, en ese cajón tienes una cajetilla entera.

Saca la cajetilla y un mechero y enciende un cigarrillo. Aspira con ansia, como si fuera la primera (o la última) vez que lo hace. Ella lo mira, complacida. A la segunda calada, un ataque de tos lo deja sin aliento. Se ahoga. Cae al suelo y queda inmóvil.

La anciana sonríe con su boca descarnada, casi sin dientes, a la vez que pensando las de cosas que iba a hacer con su suculenta pensión de viudedad, porque su esposo había cotizado, a la máxima, casi 50 años...

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achl Vie Ago 28, 2020 9:09 pm

Me la llevé al río

Me la llevé a río,
creyéndola mozuela,
la despeloté y era un tío,
que por poco me la cuela

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Rzyo10

achl Vie Ago 28, 2020 9:14 pm

¡Jo, qué chasco!

Después de un largo y fatigoso jornada de trabajo en casa, el aperreo con los niños, los colegios, la cocina, la lavadora, la plancha... y el trabajo fuera de casa, se fue a darse una ducha calentita para tratar de descansar y así coger pronto el sueño. Sin embargo, aún le quedaban fuerzas para pensar, y pensó con nostalgia en sus remotos y además escasos encuentros sexuales.

Pasados unos minutos, medio dormida en su cama, oyó la llave en la cerradura. Era su marido, que de inmediato pasó al dormitorio, le dio un beso en la mejilla y se empijamó, pasando a meterse en la cama. Ella sintió cómo la acariciaba recorriendo la periferia de su cuerpo, reaccionando por segundo con las caricias que le provocaban espasmos ininterrumpidos de pasión.

Él le manoseó cada palmo de piel, llegando atrevidamente hasta las redondeces y las curvas más íntimas. Ella ardía y jadeaba deseosa al sentir que sus piernas eran abruptamente alzadas. Pensó, con una deliciosa sonrisa en los labios, que la pasión perdida había regresado y le fascinaba la idea de volver a ver cómo su hombre posaba sobre ella todo su peso.

La volvía loca sentir en su cuello el aliento cálido de su macho. Se preparó, alzó las caderas, separó las piernas y se dispuso a ser tomada, cuando, de pronto, él soltó las piernas, se giró sobre sí y se acomodó en su lado de la cama. Asombrada y respirando hondamente, le preguntó: “¿qué pasó?”. Y él respondió: “ya”. “¿Ya qué, grandísimo cabrón?”. “Duérmete, cariño. ya encontré el mando de la tele”.

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achl Sáb Ago 29, 2020 5:39 am

Señoría

No culpe a nadie de mi muerte. Me quito la vida porque un día más que viviese sería un martirio. Tuve la desgracia de casarme con una viuda, que tenía una hija. De haberlo sabido, no me hubiera casado con ella. Mi padre, para más INRI, enviudó y se casó con la hija de mi mujer. De modo que mi mujer era suegra de su suegro. Mi hijastra se convirtió en mi madrastra y mi padre en mi yerno. Mi madrastra trajo al mundo una niña, que era mi hermana y nieta de mi mujer, y yo era abuelo de mi hermana. Luego mi mujer parió un niño que, como era hermano de mi madrastra, era cuñado de mi padre, nieto de su hermana y mi tío. Mi mujer, nuera de su hija, y yo padrastro de mi madrastra, y mi padre y su mujer mis hijastros, mi hijo es mi bisnieto y tío de su tía. Además, yo soy mi propio abuelo. Así que me despido de este mundo, porque no sé quién carajo soy, y, encima, hasta podría ser pariente de Pablo Iglesias, “el coletas”.

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achl Mar Nov 17, 2020 2:19 pm

CONTINUARÁ

achl Jue Abr 22, 2021 11:58 am

Mi nido VERDE de Inspiración y Trabajo

Un ventanal de aluminio verde con persiana verde, por el que además de la luz natural entra una imaginaria estampa de Cerro Hierro (pueblo de la Sierra Norte de Sevilla donde nació mi padre), es mi vía de escape verde de en estas cuatro paredes que conforman mi nido verde de Inspiración y Trabajo. Un cuarto en el que hay una mesa de madera Ikea, con los efectos de un regular montaje visibles; un sillón giratorio de lona verde, y en su respaldo, para los otoños y los inviernos, una mantita verde, con la que mis rodillas se resguardan del frío y también contra una vil artrosis, y en la que aparecen bordadas mis iniciales con unas inconfundibles y entrañables letras blanquiverdes.

En tres de sus cuatro paredes, fotos de mis hijos y mis nietos, sujetas con chinchetas de color verde. Un reloj verde redondo de madera verde. Y en el lugar preferente, dos fotos en blanco y negro, no en verde: una de Manuel y una de Antonia, mis guapos papás, que pasaban olímpicamente del fútbol, pero no del Betis verde.

Encima de una mesa negra (porque no la encontré verde), además de un flexo verde, que tantas horas de vigilia ha iluminado, un televisor de plasma, un bloc flanqueado por dos rotuladores; verde fino para escribir, y verde gordo para marcar errores. Un PC de mesa y una impresora-fax. Y todo bajo la aviesa nube de humo que emana de un pitillo mentolado que en mis momentos de escritura se halla o en mi cenicero verde, o entre el índice y el pulgar de mi mano izquierda, donde también moran unas chuletas escritas en verde en su palma. Una taza de loza verde con leche y Nesquik, caliente en los otoño y los invierno, en primavera, templada, y fría de nevera en verano, que, mientras se va disolviendo el polvillo marrón (Nestlé no lo fabrica verde), mira con curiosidad cuanto acontece a su alrededor, que es todo verde, como verde es este suscribiente verde, en todos los sentidos, siendo el verde Betis su predilecto sentido verde.

Debajo de la mesa, una coqueta papelera verde, llena a tope de hojas (arrancadas de un bloc con cubierta verde) rotas o arrugadas desorganizadamente organizadas, con esbozos de ideas abortadas y que nunca llegarán a ver la luz verde.

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achl Jue Abr 22, 2021 12:02 pm

Paupérrima vida VERDE la de mi amigo,
el más VERDE entre todos los VERDE

Me viene a la memoria el recuerdo de mi amigo, lejano y a la vez cercano en el tiempo, que de cuando en cuando vomitaba retazos verdes de su vida verde.

En medio de las tinieblas blanquiverdes no podía vivir. Si dormía no existía, apagaba la luz verde. Dormir le era aterradoramente verde. Pesadillas verdes le ahogaban.

Durante el día, visiones verdes lo acribillaban; en la noche, ascendía desde lo más hondo un demonio rojo que quería aniquilarlo, pero como era un lucifer cagón, ni abalanzándose con sus picos rojos, conseguía derrotarle

El Manquepierda le desgarraba el corazón. Con estremecimientos y convulsiones verdes, y además sobresaltado y sudoroso, despertaba flagelado por un masoquismo verde.

Olvidaba perderse y volverse a encontrar hasta el infinito en la multiplicación verde. Veía goles fallados, penaltis clamorosos no señalados, goleadas de adversarios, ruinas, un rojo riéndose, decrepitudes. Cual reptil en su guarida, era desposeído de su ser, y ya solo vivía con fantasmas verdes en su mágica casa, Benito Villamarín, donde le merodeaba una angustia verde.

Y ya no volvía a verle más. Pero un amigo verde bético me contó su final:

Ruidos verdes apagados, murmullos y ronquidos verdes inconexos, pasos verdes, que se perdían y casi nunca se encontraban; llantos verdes desesperados, sangre verde de vampiros verdes, bajo la cúpula de un espejo verde, eran sus compañeros de viaje en su última señal de vida.

Pero los magnánimos poderes verdes del verde BETIS. lo resucitaron, tras aquel contundente resultado, 3-5, en la mismísima palangana del estadio Pizjuán, y así certificaba la hegemonía futbolística en la ciudad de Sevilla.

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Verde10

achl Jue Abr 22, 2021 12:35 pm

Pillado por todos lados

No podía moverse hacia arriba porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia abajo porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia la derecha porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia la izquierda porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia adelante porque una regla lo prohibía
No podía moverse hacia atrás porque una regla lo prohibía
No podía caminar de lado porque una regla lo prohibía
No podía andar dando saltos porque una regla lo prohibía
No podía desperezarse porque una regla lo prohibía
No podía recostarse porque una regla lo prohibía
No podía verse con su maciza vecina porque una regla lo prohibía
No podía hacerle el amor a su vecina porque una regla lo prohibía
No podía ligar con ninguna otra fémina porque una regla se lo prohibía
No podía autosatisfacerse sexualmente porque una regla se lo prohibía
No podía ver pornografía en vídeos porque una regla se lo prohibía
No podía tomar whisky ni ninguna otra bebida con alcohol se lo prohibía
No podía...
No podía...
No podía...

Su vida era, por todas esas estúpidas absurdas reglas y por otras muchísimas más, que sería demasiado latoso citarlas aquí, un desastre total y una aguda desesperación, hasta que tomó la relevante decisión de mandar directamente al carajo todas las reglas.

Pero, para su gran satisfacción y no menos sorpresa, leyó una noche en el sabelotodo Internet que un eminente científico-inventor había inventado una regla que anulaba todas las reglas.

SÓLO ESCRITOS DE HUMOR - Página 2 Dedo_r10

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