Se llama copla democrático


Unirse al foro, es rápido y fácil

Se llama copla democrático
Se llama copla democrático
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Página 1 de 2. 1, 2  Siguiente

Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 4:49 am



La Maga


Tenía manos adivinas. Cuando tocaba el vientre de una mujer embarazada, la Maga sabía si iba a tener niño o niña. Las mujeres llegaban a visitarla desde las aldeas lejanas y hasta de otros reinos a consultarla. Y nunca se equivocaba. Siempre acertaba.

Ella, que había sido maldecida con entrañas estériles, era venerada por sus poderes. Vivía en una choza humilde en mitad del bosque, rodeada de hierbas y sus ungüentos. Acompañada de un gato gris como el humo

Un día llamó una chiquilla a su puerta. Venía desde lejos, vestía harapos y estaba enferma, y la Maga la acogió. Había hecho un largo viaje de más de cinco lunas sólo para verla, pues estaba embarazada. La Maga la cuidó y la alimentó. La miraba tendida en su propio camastro, y veía que era casi una niña. Aún no había tocado su abultado vientre. Algo se lo impedía

Recordaba cuando ella era pequeña y su mentora le hacía saber quién era y que nunca podría concebir. Ya de adulta se daba cuenta de la ironía. Había practicado su arte estoicamente durante largos años. Miles de vientres habían pasado bajo sus manos, y ella mecánicamente sólo decía una sola palabra. Y todo el mundo reía y se felicitaba. Menos ella. Nadie notaba que de sus ojos tristes manaba tristeza a raudales. Le daban las tres monedas y se iban. A nadie le importaba la soledad que entía, que no podía concebir y a quien ningún hombre amaba, que nunca tendría una familia. Pensaba en todo eso mientras miraba a la joven miserable que parecía no tener a nadie

Cuando se repuso un poco, la joven le hizo una pregunta, la misma pregunta que le hacían todas las mujeres que iban a visitarla:

___ Maga, ¿qué voy a tener?

Y la Maga, por primera vez consciente de su poder, harta de tocar tripas, por primera vez decidía acabar con su soledad, por primera vez sin tocar una tripa, le dijo:

___ Nada.

Y la sangre comenzó a manar al instante.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag10





achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 4:54 am



El Cielo también llora


La lluvia, una perfecta demostración de que la tristeza también azota al cielo.

Absorto miraba a través de mi ventana la imparable lluvia. Se concentraban mis ojos en el aguado espectáculo. Era mi más preciada costumbre: mirar cómo caía agua con esa fuerza única, capaz de cambiar el rumbo de millones de personas, de causar que busquen refugio en sus hogares y compartan con sus familias alrededor de un suculento fuego.

Yo, por contra de esas personas estaba solo; los diversos miembros de mi familia, ocupados en sus propios asuntos. Mi madre estaba trabajando arduamente, con el único objetivo de demostrar que era capaz de vivir sin la ayuda de mi padre. Mi padre viajaba para satisfacer sus ocultos placeres, teniendo por excusa una sola palabra “negocios”. Mis hermanos no tenían interés en estar en sus casas, preferían alejarse de lo que ellos llamaban la cárcel y se refugiaban en otros lugares que les daban paz, comodidad y sosiego. Ellos tenían un mejor estatus y pasaban a ser considerados “superiores”.

Pero sin importar lo que le pasase en mi familia, yo estaba en mi cuarto posando mi cabeza con descuido en la palma de la mano y fijando mi mirada pensativa al exterior. Estaba solo, acostumbrado a estar y era como me gustaba estar. Me acomodaba tanto mi situación que no tenía que dar explicación de mis actos a mis padres y hermanos, sólo actuaba. Aunque poco actuaba en los días de lluvia, Apreciaba tanto ese espectáculo que no hacía más que observarlo con detenida atención.

Algunas veces pensaba que la causa de mi comportamiento era mi deseo de estar en la lluvia, recibir con una alterada emoción lágrimas del Cielo, liberarme de mi propia tristeza conociendo la del Cielo.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag11



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:01 am



Alexia y los zapatos verdes


Durante los días de lluvia Alexia se aburría en la casa de su abuela. Abría todos cajones, hurgaba en todos los armarios, se disfrazaba con ropa vieja... y así trataba de entretenerse.

Aquella tarde un aguacero amenazaba con durar hasta la noche. Alexia ya no hallaba lugar por examinar. Pero, de pronto, recordaba el desván. ‘Sí, allí hay un cofre con los juguetes que guarda mi mamá’, pensaba.

Entraba decidida al altillo y se quedada mirando en el ventanal cómo se movían los árboles con el empuje del viento y el agua.

Encontraba el cofre y lo abría, y varias cajas de disímiles juegos aparecían a seis muñecas descartaba, porque pensaba que a sus 3 años estaba ya grande para jugar con ellas.

Una caja llamaba su atención, la abría y se encontraba con unos zapatos verdes. Se los ponía y le quedaban grandes, pero se los dejaba puestos porque eran bonitos. Caminaba por el desván mirándose su bello calzado. Le gustaban los zapatos, le parecía estar entre nubes caminando en el aire. Se sentaba en un almohadón y empezaba a hojear y ojear un cuento. Pero, súbitamente sentía, sueño, se acomodaba en el almohadón y se quedaba dormidita.

En su sueño veía cómo se abría el ventanal y que un gnomo con alas entraba al cuarto y se ponía a su lado, junto a ella. Estaba mojado y de sus alas transparentes goteaban cristalitos diáfanos. Sorprendida los miraba, pero no hablaba. El gnomo le decía:

___ Perdona por entrar así a tu casa, Alexia, pero mojarme todo el tiempo no me sienta bien, me da tos. Siempre que empieza a llover tengo que cobijarme en algún lugar, y hoy sólo encontré tu ventanal.

___ ¿Quién eres? -le preguntaba Alexia.
___ Un duende mojado –respondía sonriendo.
___ ¡Pero si los duendes sólo viven en los cuentos!
___ Vivimos en todos lados, sólo que muchos niños no nos ven.
___ ¿Y si los demás niños no te ven porqué te veo yo?
___ Por tus zapatos verdes; son mágicos. Ellos te permiten verme –le decía y se asomaba por la ventana-.
___ Alexia, ya ha dejado de llover. ¡Adiós!

Alexia se acercaba al ventanal y se quedaba deslumbrada por el arco iris, que se asomaba vanidoso en sus colores.

___ ¡Qué bonito! –gritaba señalándolo con dedo regordete.

El duende abría sus alas y salía volando rumbo a las nubes.

___ ¡Alexia! –la voz de su abuela la despertaba.
___ ¡Qué, abuelita!
___ ¡Ven a tomarte la leche!
___ ¡Voy, abuelita!

Alexia se sentaba a la mesa y, mientras tomaba su leche con Nesquik, miraba a su abuela y le decía en voz alta:

___ ¡Abuelita, he tenido un sueño muy bonito!
___ ¿Qué ha soñado mi niña? –dijo la abuela mirándola, con ojos de ternura.
___ Que un gnomo bueno me daba poderes.
___ ¡Qué bien! –respondió la abuela.

De pronto la abuela se fue hacia la niña y se la comía a besos.

Y Alexia se levantaba de la silla y presurosa se iba de nuevo al desván, pero sus grandes zancadas no la dejaban ver las marcas que unos diminutos pies mojados habían dejado sobre el parqué.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag12


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:07 am



El secreto de la felicidad


Hace un montón de años, un chico joven que tenía los apellidos de una familia de la alta sociedad, heredó una inmensa fortuna de un familiar supermillonario, que mes atrás había fallecido. No le conocía en persona, pero no le importaba lo que le había sucedido a su pariente; sólo le interesaba heredar su dinero y olvidarse cuanto antes del asunto, imaginándose cuantísimas cosas podía comprar y hacer con todo ese dinero.

Día después de heredar se compró dos coches de alta gama, una mansión, un barco y una docena de caballos árabes de carrera. Contrató a personas para el servicio: tres doncellas, un chófer, un mayordomo y dos jardineros, y enseguida comenzó a codearse con la gente distinguida de la ciudad y, rápidamente, algo normal, despertó interés en mujeres de ringo rango que después lucharían por el corazón del protagonista de esta historia.

Un año luego de vivir como un rico, sentía en su corazón que ya se había jactado de tanta abundancia y buena vida, pues tenía tanto poder que podía conseguir todo lo que se le antojase. Compró propiedades costosas, adquirió fincas, se encamaba con mujeres bellas, se compraba caprichos superfluos, y al cabo de poco los sustituía por otros más costosos, y más modernos, asistía a los mejores eventos, hacía viajes por todo el mundo sin límites de tiempo ni dinero, se relacionaba con la gente más exclusiva, pero las conversaciones con sus nuevos amigos eran de lo más banales.

Enseguida empezó a sentir que si todo lo que lograba tenía un precio; es decir, si lo podía lograr con dinero, ¿qué mérito tenía sus conquistas? ¿Qué tenía de verdadero lo que había conseguido? Se percataba de que toda la gente que le rodeaba solo sentía admiración por lo que representaba, por su estatus en la sociedad, no por lo que realmente era: un chico de 27 años sin nada especial.

Comenzó a sentir vacío en su corazón, veía que nada era verdadero, ni siquiera su esposa
-una chica guapísima que había ganado algunos concursos de belleza- lo único que a ella la ambicionaba era quedarse con todo lo que él tenía. Así que descubrió que tenía un lado espiritual (el alma), que nunca se había encargado de alimentar. Creía que, con cubrir sus caprichos materiales, bastaba para alcanzar la codiciada felicidad.

Una mañana despertó decidido a dar un cambio drástico a su vida. Haciendo caso omiso a la advertencia de su mujer, donó toda su fortuna a los pobres y vendió sus propiedades en beneficio de la lucha contra la hambruna. De un plumazo, se deshizo de sus posesiones materiales, guardó sólo un nimio resquicio para poder comprarse una casita en un pueblo, donde sólo vivía gente “normal”, y con el paso de los días, su entorno elitista le abandonó, incluido su esposa, que finalmente se divorció de él. Nada quedó de su antiguo ambiente después de su gran gesta.

40 años después, alguien de su antiguo mundo, un joven que ni siquiera había tenido la oportunidad de conocerle en persona, fue a visitarle, pues sentía curiosidad por saber qué había pasado con aquel hombre tan altruista. Algo terrible le debió ocurrir para hacer lo que había hecho, ya que su historia con el paso de los años se convertía en una anécdota de la que todo el mundo hablaba durante mucho tiempo y todos coincidían en algo: aquel pobre diablo se había vuelto loco de remate.

Aquel chico llamó a su puerta y le recibió un anciano de cuidada barba blanca, vestido con indumentaria antigua y remendada, pero limpia. El chico le siguió hasta una pequeña sala, impresionado por lo ordenado e higiénico que estaba todo el interior de la casita, que en nada coincidía con la dejadez del exterior y la suciedad que cubría las otras. En el salón había un perro avejentado que casi podía caminar, y un pajarito en jaula, que ni siquiera podía volar. El anciano se ocupaba de cuidarlos. El chico le preguntó, sin tapujos, que si lo que el anciano había hecho de joven era verdad o era bulo. Pero al ver que el anciano reía sin parar, le hizo la pregunta más importante: "¿estaba usted entonces loco?".

___ No -respondió lacónico el anciano.
___ ¿Y por qué decidió vivir en la miseria?

El anciano, tocándose su barba, le respondió:

___ Para ahuyentar a las falsas amistades.

Entonces, el chico tuvo un golpe de inspiración y le preguntó:

___ ¿Ha encontrado usted el secreto de la felicidad?

El anciano, sorprendido, le miró y añadió:

___ Eres el ser menos necio de todos las que habitan en la ciudad. ¡Claro que he encontrado el secreto de la felicidad!

El chico, exaltado, le preguntó que cuál era el secreto.

El anciano respondió:

___ La felicidad es estar donde uno desea y con quien desea, por eso es importante que entiendas que debes luchar hoy para que mañana puedas estar en el lugar que quieres y con la gente que realmente te quiere. Ese es el secreto de la felicidad.
___ Entonces ¿ser millonario no es el secreto de la felicidad?
___ Precisamente eso ha sido el secreto de mi infelicidad -respondió el anciano. Todo lo que hacemos en la vida es para alcanzar un estatus y la gente que se atrae por nosotros no es verdadera. Cuando entiendas que quien se te acerca debe hacerlo porque le importas y no por lo que tienes o representas, empezarás a saber el secreto de la felicidad. Por esta razón he luchado toda mi vida para saber que lo que he logrado en la vida, aunque poco, es verdadero. Ahora va mi pregunta: ¿por qué luchas tú?

El chico se encogió de hombros y no respondió; por el contrario, sin siquiera despedirse del anciano, salió huyendo de aquel lugar.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag13


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:12 am



El Pulgas y su pandilla


Aquel frío y lluvioso anochecer, el Tuerto divisó con su único ojo a un cachorro pequeño de color gris. Le llamó la atención el que estuviese solo tan tarde y con ese clima, así que se acercó a él a preguntarle si estaba perdido.

“Me perdí hace dos días”, contestó el cachorro un poco temeroso, justo cuando un raudo autobús lo salpicaba, quedando a la vista su color original, que no era gris, sino blanco con manchas negras.

“Pero si eres un dálmata, un cachorro fino, ¡qué caray!”, respondió el Tuerto.

Para dar tranquilidad al cachorro, el Tuerto le meneó el rabo en señal de amistad, a lo que el pequeño dálmata respondió con un suave ladrido, como de agradecimiento.

“No puedes andar solo por estas calles llenas de humanos malvados, pequeño. Te van a robar y entonces jamás volverás con tus amos.”, le dijo el Tuerto.

“Debes tener frío y hambre, así que te ofrezco que vengas con nosotros a pasar la noche, y mañana te ayudaremos a buscar tu hogar.”

“Te lo agradezco mucho, pero ¿a quiénes te refieres con “nosotros”? Preguntó el cachorro.

“Yo pertenezco a una manada de perros callejeros que llamamos la pandilla del Pulgas.”, contestó el Tuerto. “Somos tres perros muy amigos que nos protegemos, nos calentamos, compartimos comida y aventuras: el Pulgas, que es nuestro gran líder, yo, el Tuerto; y el Sarniento.”

“Nos gusta ser amigables con otros perros y con los humanos, pero a veces la vida no es sencilla, así que hemos hecho creer a todos que somos malvados, bravos y mordedores”, continuó el Tuerto.

“Pero basta ya de pláticas. Vamos con mis amigos para darte algo de comer y prepararnos para la fría noche que se acerca. Mañana trataremos de encontrar tu casa,” concluyó antes de emprender la marcha sobre los oscuros callejones del barrio.

Enseguida llegaron a un lugar tenebroso, lleno de cajas y desperdicios, y ahí estaban el Pulgas, rascándose como siempre hacía, y el Sarniento, lamiéndose sus costados.

El Tuerto les contó que había hallado a ese principito dálmata extraviado, y que le había propuesto pasar juntos esa fría noche, para que la mañana siguiente, con los rayos del sol, fuesen a buscar a sus amos.

El Pulgas y el Sarniento dieron la bienvenida al dálmata y sobre la marcha le preguntaron su nombre.
“En casa me llaman Yahoo, pero no me gusta”, respondió el pequeño.

“Pues bien”, dijo el Pulgas: “Para nosotros serás el Manchitas.”

Mientras tanto, el Sarniento había sacado de su escondite unos trozos de carne en buen estado que había encontrado ese día en el basurero, y así los cuatro amigos cenaron agradablemente mientras contaban sus aventuras del día. Al rato, todos se echaron en el piso y protegieron con sus cuerpos al “Manchitas”, que, muerto de frío, agradeció el detalle.

Con los primeros rayos del sol, los cuatro perros se despertaron. Después de estirarse, rascarse y lamerse, emprendieron camino, dirigidos por el Pulgas.

“¿Hacia dónde vamos?” preguntó el Manchitas.

Sarniento le respondió:

“Vamos al barrio rico, porque ahí debes pertenecer. Nosotros vamos poco por allí, porque en ese lugar la gente no nos quiere, y tampoco hay basureros en la calle para alimentarnos, pero enseguida reconocerás tu casa, y tus amos estarán felices de verte de nuevo.”

Después de una buena caminata, la pandilla del Pulgas y su pequeño amigo extraviado entraron en las calles limpias, arboladas y con el pasto recortado.

Pronto el Manchitas reconoció el parque, y salió corriendo en dirección a su casa. Tras de él fueron los demás perros, para asegurarse de que el cachorro fuese bien recibido.

De pronto se abrió la elegante puerta de aquella mansión, y un hombre abrazó al cachorro que movía el rabo feliz de haber vuelto con su amo.

Pero éste, al ver a los tres perros callejeros cerca, tomó una piedra y se las lanzó para ahuyentarlos.

Entonces, el Manchitas le ladró indignado, y de nuevo salió corriendo a toda velocidad en busca de sus amigos caninos.

Los alcanzó ya fuera del barrio rico, para sorpresa de éstos, que pensaban que, a pesar de esas vicisitudes, había decidido regresar a su hogar.

Se sorprendieron cuando el Manchitas les dijo:

“No estoy dispuesto a vivir en una casa donde mis amigos no son bien recibidos. Prefiero comer carne cruda, estar mojado, pasar frío y dormir en el pavimento junto a vosotros, a vivir en una casa rica con todas las comodidades con esa clase de humanos que realmente no aman a los perros.”

Dicho lo anterior, el Manchitas aceleró el paso hacia el barrio pobre en donde vivían sus amigos.

Esa tarde, en el barrio pobre, a nombre del Sarniento y del Tuerto, el Pulgas dijo al Manchitas:

“Bienvenido a nuestra pandilla, buen amigo dálmata, eres un cachorro noble y con buen corazón, tienes mucho que aprender de la vida, pero eres de buena casta y te aseguramos que con nosotros te harás un perro de bien! ¡Nos has ganado”

Cuatro rabos se movieron simultáneamente durante un rato en aquel sombreado callejón al este de la ciudad.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag14





achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:17 am



Réquiem por una manzana


Una niña de 4 años sale a su jardín y ve una manzana caída sobre el suelo. La recoge y la mira. Levanta la vista y recorre las largas ramas del manzano. Imagina mentalmente desde qué punto ha caído la fruta. Deja con cuidado la manzana en el suelo, la mira una vez más, se da media vuelta y se va.

Regresa poco después con un pegamento y un pincel y ambas cosas las deja junto a la manzana. Se va. Vuelve portando, como buenamente puede, una escalera. Paso a paso la descarga y la va levantando contra el árbol, con lo que queda apoyada en una rama. Sonríe, satisfecha. Se vuelve y se sienta junto al pegamento y la manzana. Coge el pincel, abre el bote, alza la manzana, empieza a embadurnarla en la parte superior. Decidida, se aúpa y se da la vuelta y se dirige hacia la escalera. La sube con precaución, alargando la mano con la manzana. A la altura de la rama, acerca la mano y logra pegar la manzana. Baja el camino de los escalones. Una vez abajo, mira orgullosa su obra de arte, pero sus ojos siguen el trayecto de la manzana cayendo de nuevo al suelo, ¡plof!

Nuestra niña ha regresado al jardín, donde la manzana no se ha movido del sitio en el que cayó. Trae ahora un rollo de cinta adhesiva en la mano, reluciente al Sol. Coge otra vez la manzana, vuelve a subirse en la escalera y, manzana en boca, desenrolla una larga tira de cinta que pasa por encima de la rama. Con presteza, cruza el rollo a la mano como un aro y coge la manzana. La coloca y comienza a envolverla con la cinta para dejarla pegada, cerquita a la rama. Acaba su nueva tarea y empieza a bajar. Ya abajo, se para, mira, sonríe, y ahora no sólo satisfecha, también feliz

El jardín se afecta por diferentes meteorologías de día, noche o nublado, lluvias incluidas. De pronto aparece una noche de truenos y relámpagos, y otra noche donde una estación se ha confundido de época

La niña regresa de nuevo a su jardín y se encuentra algo en el suelo. Le cuesta identificar que es su querida manzana recubierta con una cinta sucia y desgastada. La fruta está más menuda y de otro color. Eso preocupa a la niña. La coge con ambas manos

Una manzana sobre la almohada tapada entera con una manta. En la mesilla hay un vaso con agua y una medicina que burbujea. La niña está a su lado, en mano un termómetro, que hinca en la manzana, lo que hace traspasarla casi. Espera y saca el termómetro. Lo agita y lo mira. Parece confusa. Busca un libro y lo abre. Hojeándolo, se intranquiliza. Se queda junto a la manzana con la cara tapada entre los brazos, ahogando sollozos

En el jardín, niña y pala acaban de enterrar una manzana. Lágrimas caen. Una pequeña cruz hecha de palillos pegados con pegamento figura donde la tierra ha sido removida. La niña se marcha con la cabeza gacha.

Pasan más efectos meteorológicos, muchos más, tantos que se pierde la cuenta

Pero la meteorología se cansa de discurrir.

Entre las yerbas, donde cuentan que ha habido palillos pegados, un brote ha surgido de pronto y ha conocido por primera vez al rey Sol, lo que se puede interpretar que la voz de una niña, de tan sólo cuatro años, pero amante de la Naturaleza, ha ido rogando desde su corazón. No será el único Sol que conocerá y con ellos su vida compartirá.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag15


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:22 am



Usted manda, jefe


Un buen día o un mal día (según lo vea, o lo quieran que ver, si quieren verlo), el Cerebro llamó con urgencia a todos los órganos del cuerpo para reunirse con él en su oficinamollera; y, sin rodeos, enérgicamente, les dijo: ¡Atención mis subalternos! ¡Por ser yo, y únicamente yo quien da las órdenes y controla los sistemas orgánicos del cuerpo, exijo tanjantemente que, a partir de ahora mismo cuando os dirijáis a mí, todos me llaméis jefe!

Los pies, sorprendidos, protestaron:

___ Diferimos. Somos nosotros, mi colega y yo, los únicos que soportamos el peso del cuerpo y además lo llevamos a todos lados; por lo tanto, la jefatura nos corresponde legalmente.

De igual forma, las diferentes partes del cuerpo expresaron su importancia dentro del sistema: corazón, pulmones, aparato digestivo, brazos, codos, manos, dedos, pelos... y hasta el mismísimo trasero reclamó su derecho a ser el jefe.

Todos, absolutamente todos, sin excepción, al conocer las ilusas y deslavazadas pretensiones del culo iniciaron a reír, pero con una desfachatez que sonaba a una animadversión de las más agudas.

¿Cómo osaba a pedir la jefatura de tan importante monopolio un órgano (si a ese cacho de carne con alguna redondez se le puede llamar órgano), que está tan desprestigiado y es tan insignificante?

A raíz de esas risas y burlas y herido en sus más íntimos sentimientos, el culo, como buen pompis que es, se acomodó y decidió bloquear la salida de excrementos, pronunciando con rematado énfasis 6 palabras, y 2 de ellas en andaluz (que pa eso el autor de este texto es mi menda sevillana):

___ ¡¡PO YA NO CAGO MÁS, EA!!

Al instante, y como consecuencia de aquella terrorífica actitud, el Cerebro comenzó a tener severísimos trastornos. Enviaba atropelladamente órdenes de fiebres altas al cuerpo, pésimas digestiones, flojedad en músculos, huesos descalcificándose, las hormonas se iban de discotecas, las venas se ponían tan rígidas que parecían palos, alopecia prematura en cabellera, ojos hinchados, y los pies inflamados y con tanto, tantísimo dolor que ya no podían soportar el peso del cuerpo...

Corazón y pulmones luchaban con desespero día-noche-madrugada por sobrevivir. Tenían que remar a toda vela para eliminar el mar toxinas que los invadían. Todo era un auténtico desastre, todo era un auténtico caos, hasta que todos los órganos, salvo el Cerebro, se citaron a través del WhatSapp, y ya reunidos rogaron al Cerebro que el culo fuera el jefe, a lo que éste, finalmente, accedió.

Enterado de lo ya decidido por sus hermanos órganos, el culo o pompis o trasero o retaguardia o fachada de atrás o… uf, vete a saber (podría citar por los menos una docena de motes más), empezó a funcionar a marchas forzadas, largando mierda a diestra y siniestra imponiendo, orgulloso, su cargo de jefe universal por excelencia.

Una vez normalizado todo el organismo, y el culo cumpliendo a rajatablas su misión principal (cagar), éste, ya como jefe, envió un mail al Cerebro:


Señor Cerebro. Para llegar a ser jefe no es necesario ser cerebro, ni ser más o menos inteligente, ni ser más o menos listo, ni ser más o menos imprescindible, sólo hay que ser un buen culo, como lo soy yo, y aprovechar el momento para cagar a los demás. Suyo afectísimo: el culo

Con este maremágnum, al Cerebro se le olvidó comprar un cartucho de tinta (el día anterior se había agotado) para su vieja impresora, con lo cual no podía enviar al JefeCulo una fotocopia de un edicto sinequam de unas explícitas normas para un perfecto rendimiento del cuerpo, y además no le funcionaba el escáner, con lo que tampoco podía escanear veinte y pico de imprescindibles reglas; así que, resignado, pero muy contrariado, seguía sistemáticamente impartiendo órdenes, pero sin dejar de echar de cuando en cuando una miradita a la pestosa carga de inmundicias que arrastraba el túnel alargado del aparato digestivo; sí, ese túnel que se extiende desde el estómago hasta el ano.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN La_mag16



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:31 am



Triana

Aquella tarde de marzo hacía mucho calor en Sevilla. La vi en una esquina como desorientada. Me acerqué, y Ella me preguntó:

___ Disculpa, ¿puedes indicarme dónde queda la calle Pureza? -mostró una cara bondadosa y una voz virginal.
___ Claro, ven conmigo, me cae de paso. Por cierto, me llamo Antonio.
___ Gracias, Antonio. Y yo me llamo Triana.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Triana12


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:34 am



Macarena


Aquella tarde de marzo hacía mucho calor en Sevilla. La vi en una esquina como desorientada. Me acerqué, y Ella me preguntó:

___ Disculpa, ¿puedes decirme dónde queda San Gil? -mostró una cara bondadosa y una voz virginal.
___ Claro, ven conmigo, me cae de paso. Por cierto, me llamo Antonio.
___ Gracias, Antonio. Y yo me llamo Macarena.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Macare12






achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:40 am



Del crucero al Cielo



Conozco yo a dos personas entrañables. A una de ellas la conozco mejor, es que es hija mía, Patri, y a la otra la conozco menos, pero si es amiga de mi hija, tiene que ser buena persona: es su compañero sentimental, Pepe. Bueno, pues resulta que un buen día decidieron visitar las Islas Griegas, y para ello, tras otros medios de transporte desde su localidad malacitana, cogieron un crucero. Se deleitaron durante toda la travesía con el ambiente exquisito que reinaba entre la gente de aquel barco, pero, como todo lo que empieza acaba, llegó la hora de regresar a su casa, cuando, oh sorpresa, de pronto el barco se elevó suavemente hacia arriba empujado por la testa y el lomo de un enorme pez marino, quizás enviado por Dios, un poco celosillo, para que también visitasen su hogar: el Cielo.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Cru10


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 5:45 am




Ya ha venido el nuevo inquilino


Hoy, después del mediodía, llegó el nuevo inquilino. De más está decir que todos, sin excepción alguna, lo esperábamos con ansiedad en la puerta de la casa.

Los preparativos habían comenzado días atrás, después de haber recibido la noticia del Hospital de Maternidad, informándonos de su nacimiento, un poco gordito (5 kilos, 356 gramos), según escuché decir.

Cada uno de la familia se ocupó de algún detalle; y a mí, por ser yo el más pequeño de la casa, no me asignaron quehacer, por lo que deambulaba de cuarto en cuarto, entretenido con el movimiento de toda la familia.

El corralito de madera lo bajaron el día antes del altillo, siendo premiado con un fregado a fondo. Después, el papá, rejuvenecido por su nuevo vástago, lo barnizó, dándole a la madera un atractivo tono crema.

La señora de la limpieza, Rosalía, dedicó todo el día de ayer en sacarle brillo a todo, que no sé por qué, porque estaba limpio y resplandeciente el cuarto destinado al bebé.

No era un cuarto propiamente dicho, sino que, al correr el ropero hacia uno de los otros cuartos y llevándolo hacia la pared dándole un giro de ciento ochenta grados, resultó un muy amplio espacio, que permitió dar cabida a la cunita, corralito y a una pequeña cómoda con sus consiguientes cajoncitos. La entrada fue distinguida al colgarse del techo una linda y primorosa cortina llena de dibujos de ositos, perritos y corazoncitos que convirtieron el lugar en un sitio acogedor. Además, pusieron en la pared del fondo un enorme póster de una granja con sus animalitos.

Todos estaban revolucionados, y yo también, lo reconozco. Iban y venían órdenes y contra órdenes.

Al ver yo que no podía ayudar en nada, y para evitar molestar, me fui a mi aposento y me quedé un rato allí, esperando que se volviese la calma.

A las dos, hora del almuerzo, tan esperado por mí, vi que cada uno cogía algo de la nevera, y nadie se acordó de mí; por supuesto no recibí alimento. Opté por sacar carne triturada de mi tarro, que por suerte estaba abierto. Era una carne especial que el médico recomendó para los de mi edad, y nadie se atrevía a tocarlas.

Me quedé dormido. Al despertarme, estaba todo medio oscuro. Fui a la cocina y allí estaba toda la familia ocupada en la preparación de la cena; al verme entrar, el papá me alzó en brazos y, acariciándome tiernamente la cabecita, exclamó:

___ ¡Pobre Pitufo, nadie se acordó de ti, ¿verdad?! ¡¿Quién te va a preparar un buen platito de crema con picatostes blanditos y pequeñitos?

Y no lo comí, lo devoré. Estaba calentito y sabroso, y yo famélico. Mientras comía, el papá me explicaba que ya no era yo el pequeñín de la casa: el bebé había ocupado mi puesto, así que tenía que comprender que los mimos y las atenciones especiales las iba a recibir el nuevo componente de la familia, sin que eso significase que a mí me iban a abandonar.

Qué le vamos a hacer. Ser perro tiene sus ventajas y sus inconvenientes.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Cru11


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 6:20 am



La Marea


Historia imaginaria y llena a tope de fantasías, inventada por mi menda lerenda: Antonio Chávez López, en uno de esos días en los que mi loca inspiración tenía ganas de trabajar. Y mi ilusión era que se presentase en mi localidad natal, como así ha ocurrido: Sevilla, guapa y legendaria ciudad ubicada a la margen izquierda del tan poetizado Guadalquivir


Muy tranquila me encontraba yo tumbada en el sofá del salón de mi casa leyendo, Atormentado cuando voy a morir, una novela escrita por un amigo mío sevillano, cuando, súbitamente, un extemporáneo ventarrón entraba por la ventana trayendo consigo unas hojas de algún árbol cercano y unos papeles escritos. Me agaché para recogerlos, y entonces vi que uno de ellos estaba escrito con una escritura extraña; no era en español, ni en inglés, ni en francés, ni en ningún otro idioma occidental... Eran unas letras con rasgos árabes. Pero, por el momento, no le daba importancia y proseguía con la lectura.

Luego de un buen rato enfrascada en la novela me levanté y me fui a mi cuarto. No bien entré, vi un papel encima de mi cama, y, como el anterior, estaba escrito en el mismo idioma, pero con una diferencia; éste tenía un dibujo de una guapa sirena, que además tenía un cuerpo espectacular, pero su cara encerraba pena y angustia. Miré el dibujo y sentí deseo de que la sirena estuviese a mi lado para consolarla. Me asusté, pero me tranquilicé pensando: “seguramente será uno de esos papeles que han entrado del exterior”.

Pero no, no era un papel cualquiera…

Después de ducharme, de cenar, de cepillarme los dientes y de ponerme el pijama, me senté en mi cama con mi portátil sobre mis piernas curvadas; lo encendí y me inicié a buscar en el Google las leyendas urbanas y reales de la ciudad de Sevilla. De tanto buscar y buscar, al fin encontré una que llamó mi atención: “La Marea”.

Esto que sigue a continuación decía el prólogo


En las noches de luna llena, una sirena (embrujada por las mágicas aguas del río Guadalquivir, un río con vocación de mar) pasaba por todas las casas, frente al río, concretamente las de Triana, y dejaba una nota cada día; si no las leían y las tiraban, caían en la misma maldición que ella, pero si las leían, las guardaban y las ponían todas las noches en el balcón junto con un vaso con agua fría, evitaban caer en la maldición eterna. Pero no será fácil, porque cada vez que aparezca la sirena cantará una canción, y esta canción los hipnotizará y, después de hipnotizarlos, los llevará al río en un estado de hipnosis, y seguidamente los sumergirá en él para siempre. Para poder liberar a la sirena, tienes que seguir los pasos escritos en un antiguo idioma que aparece en algunas notas, por lo que tienes que ingeniártelas para saber lo que dicen e interpretarlo después


Al terminar de leer, me quedé más aterrada de lo que estaba. Tenía que hacer algo para ayudar a esa pobre sirena, y también a mí misma para no caer en la maldición eterna. Traté de relajarme, pero lo conseguía a medias. Entonces me dio por echar un vistazo a mi horóscopo, y así ver si me iban a pasar cosas malas. Cogí de la mesa del salón el periódico ABC del día y cuando entré en la página de las efemérides y los horóscopos, leí que la noche siguiente sería noche de luna llena. Al leer esto me quedé helada. Mañana vendrá la sirena y no estoy lista; aún no he podido descifrar lo que dicen las notas. La consecuencia de todo esto era que no podía pegar ojo en toda la noche.

Al otro día decidí no salir y quedarme en casa para tratar de averiguar lo que decían las notas. Pasadas dos horas me di por vencida, no sin antes intentar de mil formas disímiles descifrarlas. Exhausta, salí de mi casa y me fui a una biblioteca pública, con idea de conseguir una mayor información. Pero antes de salir, tenía que asearme y peinarme, así que me acerqué al baño y en su banquito blanco iba a dejar las notas, pero, mientras las sacaba del bolsillo de arriba de mi bata, veía palabras escritas en el espejo:


Debes conseguir una caracola que mide 25 centímetros de largo y 12 de ancho. Pero no te será fácil. Esa caracola está en el Museo de Caracolas, situado en la Plaza del Museo de la ciudad. Debes cogerla, sin que nadie se percate, porque si no, tú y todos los que estén en el Museo en ese momento caerán bajo la maldición. Pero si cumples las normas y la consigues, tienes que ponerla en tu balcón o ventana junto con esta nota y un vaso con agua fría


Tan pronto acabé de leer la nota, cogí mi abrigo y mi bolso y corrí hacia el Museo. Cuando llegué había mucha gente, pero miraban otras caracolas. Recorrí el local en busca de la gigantesca caracola. Hasta que… “¡allí, allí está!, y parece custodiada por dos guardias de seguridad, lo que me hace pensar que es importante para el Museo y para la ciudad”.

De pronto escuché un niño llorar desconsoladamente porque quería un batido de chocolate. “Si yo le compro el batido, me lo agradecerá y me lo ganar”. Pero se me ocurrió una idea mejor, que me vino a la mente al ver una cucaracha muerta en el suelo. Con asco la cogí, compré el batido y metí el bicho en el frasco. Apenas el niño lo viese gritaría y quizás lloraría, lo que causaría que los dos guardias se irían hacia él a ver qué le ocurría, y mientras yo aprovecharía para coger la preciada caracola y luego me iría triunfante y feliz a mi casa.

Y, por suerte para mí, así fue como sucedió todo…

Una vez en casa, puse la caracola en la ventana junto con las notas y un vaso con agua fría. Pero, al dejar el abrigo y el bolso sobre mi cama, vi otra nota en la mesilla. Y en ésta habían escrito…


Debes ir a una tienda de señoras a comprar un vestido largo blanco y unos zapatos blancos del número 36 con tacón alto. Si, por casualidad, te preguntan para quién es ese conjunto, no me menciones a mí, porque si lo haces, la chica que te atienda morirá, y las personas que estén en ese momento en la tienda pensarán que tú la has matado. El vestido, los zapatos y todo lo demás, tienes que dejarlo en el balcón antes de las 9 de la noche


Desesperada y nerviosa corrí de nuevo y los más rápida que podía a una boutique de señoras, pues eran las ocho y media y los negocios a esa hora cerraban. Para mi suerte, vi una abierta que estaba a punto de cerrar. Pedí a la dependienta el vestido y los zapatos. Salté de alegría porque los dos artículos los había. Y menos mal que no me preguntó para quien era, porque no sé mentir y la sirena la mataría. Después de pagar con mi tarjeta de crédito a tope, cogí la bolsa y busqué y encontré un taxi. Ya en casa, presurosa intenté poner en el balcón el vestido y los zapatos junto a las otras cosas. Pero, joder, rebasé en dos minutos las 9 y todo había desaparecido ya: el vaso, las notas y la caracola brillaban por su ausencia.

En ese momento sentía un miedo y un frío irracionales. Quedé paralizada. No podía hablar, ni moverme, ni respirar. Y para más inri, de pronto, una aterradora sombra se abalanzó contra mí, a la vez que pronunciaba una frase inteligible:


ل بيلا سيرينا بور كولبا دي أوستيد


Después de todo aquel horror junto, con el tiempo llegué a la conclusión de que aquellos últimos rasgos eran como un embrujo, porque antes de decirlos y de coger el vestido y los zapatos, la sirena huyó al río Guadalquivir, quedando yo a su vez inválida de cintura para abajo, y ya no podré caminar de por vida.

Reuniendo dinero familiar acudí a ínclitos médicos, y ninguno de ellos se explicaba mi caso, pero me decían que no tenía cura. Y yo, por temor a no ser creída, e incluso a que se riesen de mí, nunca he querido nombrar “La Marea”. Es que además de no creerme nadie y de reírse de mí en mi cara, iban a pensar que estaba loca.

Jamás podre olvidar esta angustiosa historia. Tanto la recuerdo que todavía hoy me estremezco como si me estuviese pasando ahora mismo, y eso que hace ya más de mil años que sucedió…

Y de la sirena, nunca más se supo.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Marea_10

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Marea_10




achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 6:27 am



Los payasos también lloran



Había una vez un payaso que tenía el don de percibir en la gente que estaba triste, o que no tenía ganas de estar alegre. Cuando a un niño le pasaba esto, aparecía de pronto el payaso y se tiraba días, semanas, incluso meses con él haciéndole disfrutar de lo lindo, hasta que lo veía feliz y entonces desaparecía y se iba en busca de otro niño que tuviese el mismo problema.

Un día se fijó en una niña que no estaba triste, pero se acercó a ella por curiosidad y empezó a hacerle bromas en la puerta de la casa de la niña. Y el payaso iba cada día a casa de la niña, y la niña disfrutaba con él y el payaso más todavía. Pasaban tardes enteras y nunca se aburrían; al revés: querían más.

Pero un día el payaso se fijó demasiado en los ojos de la niña, y no paró de mirarle los ojos. Y, claro, el payaso se enamoró de ella. No podía pasar un solo día sin saber de ella. Despertaba pensando en ella, dormía con la cara orientada hacia la ventana de la casa de colorines de ella, y esa casa resplandecía cada vez más.

Y a la niña le pasó lo mismo, que también se enamoró del payaso. No pasaba un día sin que uno y otro se dijesen cosas. Al pasar el tiempo, este amor fue nocivo para el payaso, pues le hizo decir cosas a la niña que no debía, sabiendo las circunstancias de ella; ya se sabe, los padres, la familia, payaso adulto. Pero en ningún momento se produjo entre ellos ninguna escena de amor, y esto era así porque el payaso tenía alto concepto de la moralidad. Un enamoramiento platónico era lo que en los dos existía y mantenían.

El payaso, triste, descubrió que no podría estar nunca como hombre con su amada, hasta que la niña no alcanzase la mayoría de edad, y entonces decidió seguir con sus obligaciones como payaso bueno, y se fue. Y la niña se quedó triste, porque se había ido su payaso del alma. Pero lo que no sabía la niña era que… “su payaso del alma se llevó todos los sentimientos de cariño que la niña le dio, los cuales usó para hacer feliz a todos los niños del mundo”.

Aun así, el payaso lloraba porque quería que su niña le acompañase. Un día decidió volver, y se encontró con su niña llorando en el portal, el payaso también lloró, pero se dijo para sus adentros que lo más triste que puede existir es que alguien viese un payaso llorar. Entonces, dejó de llorar para que su amada niña volviese a sonreír y no estuviese triste Estuvo con ella un rato largo, y le dio todo el cariño que tenía guardado de antes. Y de nuevo se fue.

No se sabía nada del payaso, pero en un país lejano contaban los habitantes que cuando las cosas van mal se ponen todos a reír y, como una magia, todo vuelve a la normalidad. ¿Y sabéis por qué? Porque esa lluvia de felicidad la causaba un payaso que vivía en un monte escondido y que las gotas de la lluvia eran sus lágrimas y que estas lágrimas estaban llenas de amor que el payaso guardaba aún de su niña.

Y así transcurrió el tiempo hasta que la niña alcanzó la mayoría de edad, teniendo en aquel entonces 28 años el payaso, diferencia de 10 años que sin embargo no fue obstáculo para que ambos se uniesen en matrimonio y así viviesen enamorados hasta el final de sus días.

Se casaron y tuvieron descendencia: dos hijos varones, y como no podía ser de otra forma, ejercían de payasos buenos.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb10


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 6:35 am



Neuronas de fiesta



Pues sí. Hacía tiempo que un grupo de neuronas, amigas de toda la vida, no se reunía para inventar una historia con tintes de guasa, como solían hacer a menudo en el antaño. Por lo que sin más pensar y muy decididas, a primera hora de una tarde de un mes cualquiera se juntaron y revivieron sus reminiscencias entre sus dendritas.

Como a la caída la tarde, el oxígeno en las venas del cerebro empieza a escasear, una de las neuronas pidió al cerebro que generase un bostezo. Al unísono las otras colegas protestaron diciendo que no hiciese eso, pues la noche (para ellas) apenas acababa de empezar y no fuera que el bostezo se alargase demasiado

____ Vamos a jugar a crear un personaje divertido -dijo, jocosa, una de ellas.
____ ¡Eso, eso! -argumentó la más pequeña.
____ Sí, y yo sugiero que esté loco -respondió entusiasmada otra de ellas.
____ Y que tenga un porte ridículo -agregó la pequeña.
____ Y que sea un individuo larguirucho y enjuto, loco y con la nariz aguileña, para que los lectores se rían de él -terció la primera.
____ ¿Larguirucho, enjuto, loco y con nariz aguileña? ¿Qué lector no se moriría de risa con este personaje? -opinó otra.
____ Entonces, a mí me da la impresión de que el personaje va a ser una especie de payaso literario –dijo la segunda.

Pero entre todas aquellas neuronas, amigas de siempre, había una que no estaba del todo de acuerdo, quien opinó:

____ Somos crueles con nuestro personaje. El mundo literario está superpoblado de personas ridículas. Tenemos que dar al nuestro, unos atributos para que se distinga del resto.
____ De acuerdo, lo haremos también noble, valiente y enamorado. Y con una alta escala de los valores. Que sea alguien que enseñe aspectos morales, que tanta falta hacen en el mundo -dijo una de ellas que todavía no había pronunciado palabra alguna.
____ Bien -dijo la que parecía estar al mando -: enjuto, larguirucho, nariz aguileña y loco, y también sobrio, ético, valiente y noble, y sobre todo muy respetuoso con su amada. Y lo vamos a llamar Don… -se interrumpió...

En ese momento, el adormilado dueño del cerebro despertó gritando:

¡Don Quijote, se llamará Don Quijote de la Mancha! ¡Un caballero medieval, enjuto, larguirucho, con la nariz aguileña, loco de encerrar, y también un hombre sobrio, ético, valiente y noble de corazón y, por encima de todo, respetuoso con su amada Dulcinea!

Y fue entonces cuando el noble e Ilustrísimo Señor Don Miguel de Cervantes y Saavedra, no pudo conciliar el sueño durante el resto de la noche.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb11


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 6:47 am



Sospecha



Confieso que al principio no sospechaba, aunque debía hacerlo. Pero cuando la vi en Atocha, vestida con pantalón azul y jersey rojo, zapatos azules de medio tacón y dueña de una boca y de unos ojos de ensueño, cuyos buscaban con ansia entre los pasajeros, la sospecha se reanudaba.

Nuestros abrazos y besos eran pasionales, como colofón de una angustiosa espera. Nuestro nerviosismo hacía que nuestras primeras palabras resultasen fútiles. Con mi brazo sobre sus hombros, caminamos despacio en busca de un taxi.

En la ruta hacia el sitio elegido, me cogía la mano y la dirigía a su boca. Un cúmulo de emociones se agolpaba en mi interior, que hacía acrecentar mi conjetura.

La habitación del hotel que me habías reservado era acogedora. Nos instalamos, y enseguida nos enfrascamos en una conversación de reconocimiento, con un amor que parecía formar parte de nuestra vida. Como era de prever, nuestros cuerpos se buscaron. Y no tardaron en encontrarse…

Pero se nos fue el día en un santiamén. Tú te fuiste. Hora después, sonó el teléfono. Me extrañó. No había quedado con nadie más, y nadie de mi ciudad sabía de mi viaje a Madrid. Confundido, atendí la llamada. Eras tú. Conversamos un rato largo, hasta la hora de adiós, pero, por tu parte, con un ilusionante “hasta luego”. En los dos días siguientes se repitió exactamente lo mismo; reímos, hablamos y recorrimos nuestros cuerpos en la dirección que nuestro amor y pasión nos iban dictando.

El tercer día volví a Sevilla. Ya aquí no soportaba tu ausencia; te añoraba, te amaba… En todo instante estabas en mi mente. Te pedí fotos tuyas, con idea de disfrutar de ti en soledad. Te convertiste en mi obsesión. Atesoraba tus frases y mensajes. Tenía la peregrina idea de que pintando un imaginario cuadro de ti, podía, más pronto que tarde, corroborar mis premoniciones. Ya estaba, pero me enamoré más de ti.

A través de nuestros móviles hablábamos a diario y cruzábamos correos y mensajes. Nos contábamos nuestras cotidianidades, y así pensábamos que estábamos juntos sin estarlo, y también para seguir el día-día de nuestras vidas, a pesar de las más de seis centenas de kilómetros que nos separaban.

En mi soledad repasaba mentalmente todo y, aunque ningún juez, con las pruebas que yo tenía podría condenarte, tenía la certeza de que iban tomando cuerpo mis presentimientos…

En mi segundo viaje empecé a observarte detenidamente para así sopesar tus actos, tus palabras, recolectar pruebas y aunar evidencias, aunque circunstanciales.

Mi perenne desasosiego me llevó a emigrar, en forma definitiva, para radicarme en tu ciudad e iniciar una nueva vida en común. No soy ya un hombre joven; mis siete décadas carga sobre mi espalda un duro bagaje, y desde que te conocí he añadido un enigmático Damocles…

Empezamos juntos un proyecto, con ilusión. Ahora te tengo próxima todos los días, para conocerte a fondo. Dichos y hechos me han ido confirmando mis conjeturas al verte interactuar con amigos e incluso con desconocidos…

Me gusta mirarte, sin que lo adviertas; tus palabras, tus silencios, tus gestos… Y sobre todo, tus risas. Invento chistes con el sólo propósito de verte y oírte reír…

Y así pasa el tiempo, con momentos dulces y amargos, etapas blandas y duras, dolor propio y ajeno, pero todo compartido. No obstante, aunque nuestro amor crece, intenso e inmenso, nunca he dejado de sospechar de ti…

Una tarde de verano, apenas el sol se ocultaba, todo se hacía evidente a mis ojos.

El viento venía cargado de una calidez que a su vez regalaba el primer soplo estival. El jardín de nuestra casa lucía silencioso. Pero el silencio era roto por un grillo, que parecía anunciar el ocaso.

Mis dedos acariciaban las páginas de un libro, de un autor celebre sevillano; sí, aquella eminencia del siglo XIX que hablaba en verso y vivía en poesía. Pero mis ojos estaban puestos en ti.

Los rayos del ya tenue sol llegaban a tu cara, un halo rojizo te rodeaba. Y mi antigua teoría, reforzada por las últimas sospechas, se vieron confirmadas…

Afrodita había tenido la osadía y la valentía de reencarnarse en una mujer y vivir en la Tierra enamorada de un simple mortal.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb12


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:11 am



Utópica noche de paz



Un atardecer, la Mala Voluntad dio una fiesta en su casa, e invitó a los Rencores, a los Odios, a los Conflictos, a las Querellas, a los Pleitos, a los Insultos, a los Celos, a las Guerras, a las Envidias, a los Malos Deseos, a las Malas Voluntades, a las Malas Leches, a los Perniciosos Pensamientos, a las Perversas Intenciones, a las Hostilidades, a las Complicaciones, a los Resentimientos, a los Enconos, a las Fobias, a las Manías, a las Maldades, a los Problemas, a las Injurias, a los Agravios, a las Mentiras y a los Vituperios.

Cuando llegó la noche, la humanidad entera estaba completamente desconcertada por tanto amor y paz. Todas las personas en la Tierra, plácidamente se miraban, sin entender qué era lo que estaba sucediendo, habiendo olvidado súbitamente “las razones” por las que reñían, o peleaban, o se fastidiaban los unos a los otros.

A la mañana siguiente, una vez terminada la impactante fiesta en la casa de la Mala Voluntad, todo volvía a la dura realidad.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb13


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:19 am



El Árbol del Olvido



Querido amigo. Cuando salí de nuestro pueblo y empecé este viaje en búsqueda de conocimientos, te prometí hacerte llegar noticias mías y también información de los extraños sitios que he visto hasta ahora.

Cumplo con mi promesa haciéndote saber que a mes de haber partido y luego de recorrer grandes distancias es poco lo que he podido aprender; el mundo responde a unas mismas reglas, por lo que más allá de pequeñas diferencias en la disposición de las cosas, en casi nada difiere nuestra tierra de las que hasta ahora he recorrido.

Si esperas relatos de raras criaturas te diré que desilusionado quedarás, ya que sólo faunos como nosotros y náyades como las del otro lado del río es lo que he hallado en mi caminar. Pero en cuanto a las costumbres y las leyendas, llevo la cabeza llena y rebosante el corazón, pues pródiga es esta tierra en estas cosas.

La que más fresca tengo en la cabeza, por la impresión que me ha dejado y por haberla vivido en carnes propias y por haber variado el destino de mi viaje, es la del 'Árbol del Olvido'.

Ocurre, según he entendido, que en esta parte del bosque que cubre las montañas que desde las rocas altas del río se pueden ver hacia el sol naciente, las náyades son más bellas que las que conocemos, y también más longevas; tres veces más largas son sus vidas que las de nuestras vecinas, ya que llegan a contar doce veces cien en su mayoría, y algunas han sobrepasado las trece veces cien.

Cuentan los que de ellas tienen conocimiento de vivir tanto, carga sus cabezas y sus corazones de tantos recuerdos que amargadas, y tristes acaban pidiendo la muerte desde la mitad de sus vidas y maldiciendo la longevidad que otras razas envidian.

Hace mucho una de ellas, de quien no me han dicho su nombre, descubrió, por un casual, el Árbol del Olvido, del que te hablo.

La náyade que te relato vivió tres veces cien de su vida, sin conocer el amor, hasta que de alguien se enamoró, pero quien lo cuenta no tiene memoria de su nombre. Vivieron felices en el bosque un amor que los colmaba, sin pensar en el mañana. El amado fue envejeciendo, mientras ella conservaba la lozanía que la convertía en la más bella de su especie. Pero el tiempo mató a su amado y el sobrevivirlo por tanto tiempo enloqueció a la náyade, que una noche se internó en el bosque buscando la muerte, que creía debía llegarle pronto a raíz de las salvajes bestias que allí moran o de los humanos que lo recorren, matando toda vida que se les atravesase.

Pero increíblemente para ella y para los que hemos conocido este relato, sobrevivió al primer día entre montes, y cuando llegó la noche, segura de que en la oscuridad habría de cumplirse su destino, se posó bajo un añoso árbol y reclinando su espalda contra su áspero tronco, la muerte esperó.

Parece ser que antes llegó el sueño y pasó la noche sin que ningún hecho alterase la tranquilidad de esa parte del bosque. Con la aurora y el murmullo del canto de los druidas, festejando la aparición del astro rey, volvió la conciencia a su cuerpo y despertó. No recordaba el motivo de hallarse en el bosque, y, aunque algo sí de sus pasados recuerdos, no conseguía precisarlos; los había olvidado. El recuerdo de su amado, el de su propia felicidad y de su posterior pena, habían dejado en su cabeza una nube de piadoso olvido, y, atravesando el bosque, volvió a su morada.

Las náyades de esa región que sabían su tristeza y su decisión, asombradas estaban de verla retomar la rutina de su vida, e insólitamente iba cantando por los senderos mientras recogía nueces, almendras y castañas, para su sustento diario.

Tan extrañadas estaban que organizaban un cónclave entre las más ancianas, para tratar el asunto y se preguntaban unas a otras: 'si todas sufrimos tanto como antes ella, ¿podríamos ser felices como lo es ahora ella?'.

Convencidas de que eso era posible por algún conjuro secreto decidían preguntar para disfrutar también de tan esplendorosa oportunidad. Al ser la interpelada, sólo pudo contar lo que vagamente recordaba de aquella noche, que no debe de haber diferido en nada de lo que yo te cuento.

Puestas al tanto de todo lo ocurrido, las náyades concordaban que el secreto debía estar en ése árbol; la afortunada, también de acuerdo, las guiaba hasta él. Una por noche y por riguroso orden de edad, dormían bajo el tupido follaje, perdiendo sus tristes recuerdos y recuperando su felicidad.

Desde entonces hasta ahora, cuando una náyade comienza a cambiar su juvenil carácter por ansiedad, las más viejas las llevan al bosque, a dormir bajo el árbol.

Hasta aquí, la historia como te la cuento debe parecerte inverosímil como a mí me hubiera parecido, si no mediaran circunstancias especiales, que paso a referirte.

Antes de conocer los hechos, pues era la primera noche que pasaba en este lugar, estaba en un bosque al anochecer, y cansado detuve mi marcha junto a un arroyo, donde refresqué mis pies en agua clara.

Cené tallos tiernos de hierba y busqué algún lugar donde dormir. Sabes que a mi edad creo tener la vida aprovechada y, no temiendo la muerte, no gasto tiempo en precaución, así que decidí pasar la noche bajo un árbol. Como te podrás imaginar, el árbol elegido al azar, por extraña casualidad, es el mismo de esta historia.

Avanzada ya la noche pude conciliar el sueño y durante esas horas los recuerdos de mi infancia y mi juventud volvían con nitidez, y los detalles más insignificantes se me presentaron palmariamente y nada escapaba a tan inaudita revisión.

Desperté al alba, recordando vivencias insólitas de mi pasado; por ejemplo, el lugar exacto donde dejé mi primer juguete, algo que nunca había podido recordar en su momento, por lo que lo daba por perdido.

Confundido con esta nueva dimensión de mi memoria, a punto he estado de dejar este viaje y volver a casa, para, junto con ustedes, pasar lo poco de vida que aún me quede, y por supuesto, más entregado a los recuerdos de lo ya conocido que al aprendizaje de siempre ignorado.

Pero ha querido el azar que al emprender la vuelta topase con un campamento de nuestros congéneres y, bien recibido, conté mi extrañeza e informados me pusieron al tanto de la historia.

Supongo que, como a las diferentes especies, el árbol afecta distintamente a faunos y náyades, bendiciendo a ambos.

A aquellas longevas, quitando de sus almas los recuerdos que en sus largas vidas van acumulando, y a nosotros, que sólo vemos unos pocos inviernos, potenciando nuestras vivencias para que nuestras cortas vidas sean más plenas.

Amigo, el mundo aún guarda secretos para los de nuestra raza, pero veo necesario dejar a la gente joven la tarea de desentrañarlos. Volveré a tu lado y te prometo, junto al calor de una buena hoguera y con un café de por medio, contarte el resto de las leyendas que hasta ahora he podido conocer.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb14


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:26 am



Infortunio


Me llamo José Antonio y tengo 14 años. Mi familia es pobre. Mis padres casi nunca están en mi casa. Se pasan los días enteros trabajando para poder mantenernos y darnos la mejor calidad de vida posible, pero nunca consiguen gran cosa. Yo soy un chiquillo sencillo, extrovertido y altruista. No puedo acudir al colegio, porque tengo que ocuparme de mi hermana pequeña, y además tengo que recoger cartones y chatarras y luego venderlos, y así conseguir algún dinero para comprar comida y ropa para los dos. Son ahora las diez de la noche y acabo de darle la cena a mi hermana, la he aseado y la he acostado, y ahora estoy sin poder dormir. En mi insomnio me ocupo en pensar en cómo poder ayudar a mis semejantes. Soy sociable y me gusta socializar. Pero todo ha cambiado radicalmente tras tres sucesos macabros seguidos que han sucedido en nuestro mísero hogar.

Mi padre murió de un cáncer. Estamos tristes y mi madre más que ninguno, hasta el punto de que no lo soporta. Después de la muerte de mi padre, ella quedó inmersa en una angustia total, entrando en melancolía, de la cual no pudo salir, y pocos días después se suicidaba. Mi hermanita de 4 años me llamó llorando, diciéndome: ¡ven, mamá está muerta! No comprendía el porqué de todo esto, pero mi madre murió porque no aguantó no ver nunca más a mi padre. Pero sí sabía que tenía dos hijos y no le importó. Después de esta desdicha, me puse a meditar. No había quién trajese dinero a casa, así que tuve que trabajar en la calle. Empecé en una tienda como el chico de los recados. Era poco lo que ganaba, pero suficiente para mi hermana y yo, y para la escuela de ella.

La muerte de mi padre me dolió mucho, y con el suicidio de mi madre me hundí en una inmensa tristeza. No sabía qué hacer con mi vida, ya había perdido interés por vivir. Pero fui fuerte e hice una cosa que a mi madre no le ocurrió hacer: pensar en mi hermana.

Mi hermana era muy pequeña y echaba en falta a mi madre, aunque con mi ayuda poco a poco iba sobrellevando su ausencia.

Luego de un mes, mi hermana enfermó; se quejaba mucho, tenía fiebres extrañas, decía que le dolía el pecho, que se iba a caer, que le temblaban las piernas, estaba sin fuerzas. La llevé al hospital y la ingresaron. A los dos días, el médico diagnosticó que era un serio problema del corazón, que la iba a medicar y a esperar a que fuese mejorando. Sólo diez días más vivió.

Mi vida era pésima, un asco. No entendía por qué pasaba lo que pasaba. Sin duda, tenía la vida en contra. Era pobre, mi padre murió de cáncer, mi madre se suicidó y mi hermana enfermó hasta morir, además no tenía parientes con los que pudiese contar. Estaba solo en este mundo.

Mi hermana murió porque no hallaron un donante. Iba a visitarla a diario al hospital hasta que me informó su médico que se quedó dormida y nunca despertó. Estaba destrozado, no sabía, no entendía, no quería entender el porqué de estas cosas, el porqué de la vida tan miserable que tuve, que tengo, y que no sé si tendré…

Si hay un Dios que se apiada de las personas, este caso era la excepción. Todos los días rezaba por mi hermana para que mejorase su salud. Pero nada. Y fue entonces cuando deduje que Dios no existe, que es una creencia creada por el humano para su comodidad. Los seres humanos necesitan algo en qué sostenerse. Los milagros, las fortunas y las desgracias son parte de la vida.

Hay cosas inexplicables que la gente dice “decisión de Dios”. Pero no, no es así. La gente, al no saber, lo asocia con el supuesto Todopoderoso.

Cualquiera en mi situación hubiese terminado con su vida. Yo no, yo, con fuerza de voluntad salí adelante, sin ayuda de nadie. Me propuse estudiar Medicina. Este iba a ser mi gran reto, porque me auto culpé de la muerte de mi hermana, sencillamente porque no pude ayudarla. Pensé varias veces en cederle mi corazón para que ella pudiese seguir viviendo, pero fue mi indecisión la que no me dejó coger la decisión correcta, además de que esto es ilegal y ningún médico se comprometería a ello.

Comencé a ir a la biblioteca local, a estudiar todo lo referente a la Medicina. Estudié durante unos años. Había aprendido mucho pero no era feliz. No tenía derecho a la felicidad. Un día, algo peculiar sucedía. Vi una persecución policial, podía escuchar la sirena de las patrullas que estaban a cien metros de mí. Venían a gran velocidad. El conductor del auto que estaba siendo perseguido giró a la derecha. Yo estaba en la esquina. Me había quedado paralizado. Vi que el auto, derrapando, venía directo a mí, el chófer había perdido el control por tan alta velocidad. Pero cuando salí del estado en el que estaba, era tarde. Abrí los ojos con miedo, sorpresa, desesperación, angustia y más emociones. Vi en dos segundos toda mi vida pasar delante de mí. Vi lo feliz que había sido de niño, y vi el cambio radical cuando me volví altruista. Vi la muerte de mi padre y la de mi madre, y también la de mi hermana, y todo lo que pasó después hasta llegar a hoy. Lo único que pude decir fue “mi infortunio aún no ha acabado”, y, de pronto, el coche perseguido impactó contra mi cuerpo.


Periódico local - Sucesos

Ayer, un auto se estampó contra la pared de un edificio y entre éste y el muro había un chico que, con un libro en mano, iba a clase de Medicina y cuyo ideal era curar a las personas. Seguía todavía con vida, tenía los ojos lagrimosos, brotaba sangre de su boca y sus oídos.

Algunas personas se fueron acercando al lugar del siniestro y cuando vieron que seguía vivo, trataron de levantar el bloque de hormigón que estaba incrustado en su cuerpo, sin lograrlo. La policía capturó al ladrón y asesino.

Después de unos minutos, el accidentado estaba tumbado boca abajo en el suelo para no ahogase con su propia sangre. A duras penas, habló y se movió. La gente que estaba a su lado le decía que no hiciese esfuerzos, que la ambulancia estaba en camino. Pero el chico no hizo caso y siguió esforzándose para poder incorporarse. Con enorme dificultad, sacó una cartulina impresa de uno de sus bolsillos.



____ Un bolígrafo -pidió con voz débil comenzando a expectorar sangre. Una mujer que estaba cerca puso uno en su mano, y la victima marcó con una X un recuadro y garabateó su firma. Era la aceptación de donar sus órganos. Luego, volvió hablar, sin dejar de soltar sangre a borbotones.
____ Si no puedo ayudar como médico, podré ayudar así -hacía referencia a lo que antes marcó con una X y firmó en una cartulina. Pocos segundos después, cerró sus ojos para siempre.

Y esta ha sido la última buena acción de un muchacho bueno, trabajador, sociable y generoso, a pesar de lo mucho y muy espantoso que le había tocado vivir antes de su extinta vida.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb15


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:31 am



La Conciencia


Todos hemos oído alguna vez, frente a determinadas situaciones estresantes, una voz interior que susurra un sibilante consejo para tratar de superar airosos algún problema puntual que hayamos encarado. Pero a veces sólo vemos la sugerencia como si ley fuera, y en forma sibilina pasamos olímpicamente de ella, tan pronto hemos superado cualquier encrucijada coyuntural. Y siempre hacemos fonador responsable de la voz a la Conciencia, con la pragmática pretensión de ocultar nuestra ignorancia al respecto. Así es. Por desconcertante que pueda parecernos, desconocemos por completo el verdadero origen de la voz.

Cuando pensamos que la vocación o la profesión de nuestra vida es, por ejemplo, la abogacía, oímos la voz. Ahora somos abogados y odiamos nuestro trabajo.

Cuando conocemos a una mujer y sentimos que jamás podemos amar a otra, la voz reafirma nuestras impresiones con su opinión favorable. Ahora estamos divorciados y solos.

Cuando nace muestro hijo, decimos que va a superar en todo a su mediocre padre, pero la voz no está de acuerdo con nosotros, porque nuestro hijo, influenciado tal vez por es vorágine de vicios, o por el consumismo, o por acompañado de malas compañías, se arrastra por la vida, perdido y sin rumbo.

Maldecimos con todas nuestras fuerzas esa repulsiva voz, la misma voz que hace de nuestra travesía por la vida un perenne Gólgota.

“¡Somos los culpables de nuestros males!” -gritamos con rabia.

Y entonces, la presencia se revela junto a nosotros en el mismo reducto de la mente que habitamos en soledad que creemos de una exclusiva propiedad. No somos uno más de nuestros propios pensamientos. Descubrimos un velo de inconsciencia, cual ladrón que roba joyas de una casa, que el legítimo dueño creía suyas, palideciendo a consecuencia de la impresión recibida.

Y así vamos, sacudiendo nuestro ego interno, deseando sea debido a un trastorno mental transitorio, o a un desdoblamiento de la personalidad (bipolar). Escuchamos sus palabras destinadas a nuestra persona, sin susurro, sin prestarse a dudas. Jamás hemos escuchado una voz tan espantosa:


No te atrevas a culparme de tu mediocridad. Todos los consejos que has recibido te indicaban las mejores opciones a seguir. Has sido tú, inepto, quien las has truncado y desaprovechado por desidia. Naciste perdedor y así morirás. Ni por asomo pienses que te di mis consejos por amor u obligación. Para mí, no eres sino una carcasa de carne vacía que necesito para seguir perpetuándome. Tampoco debes verme como un ente informal. Yo he cumplido con mi parte del pacto, de la que los dos somos beneficiarios. Que tu propia ineptitud haya se haya atrevido a desaprovechar la ayuda recibida, no es un asunto de mi incumbencia


Reconociendo noblemente que todo es contundentemente triste e ineludiblemente verdadero, apenas si acertamos a balbucear una pregunta:

____ ¿Y quién eres tú?

Y después tenemos que admitir, sin reparos, su implacable respuesta:



Yo soy tu necesidad por excelencia


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb16


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:39 am



Un sapo salta a la Red



Y el sapo tiene acceso al Internet. Y eso se dio así porque vivía en una charca aledaña a una casa con ADSL, y porque un muchacho perdió su portátil.

El sapo, que de alguna manera entendía de los asuntos de los humanos, se registró en un foro literario, con el apodo: “El sapo de la charca”, y así podía publicar lo que quisiera.

Y pronto se puso a insertar temas, y algunos de ellos tuvieron éxito, entre los que se encuentran estos cuatro:

SLURP: ruido que hace la lengua de un sapo cuando atrapa una libélula.

SPLASHHH: ruido que genera un sapo cuando cae al agua.

GLUP: ruido que hace un sapo cuando ingiere algún insecto.

Pero el que más gustó a sus lectores fue: CROAC-CROAC: un inusitado canto erótico para conquistar ranas. Le obsequiaron con miles de “me gusta”.

Los comentarios positivos de los lectores en todas las publicaciones de “El sapo de la charca” eran tantos que se convertía en el forista más famoso.

Pero un mal día fue engullido por un gavilán, que pasaba de foros literarios.

Y ya muerto, nadie del foro se había percatado de que “El sapo de la charca” había dejado de existir, lo que demuestra claramente lo poco que importamos los unos a los otros, aunque se sea un anfibio inteligente.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb17


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:46 am



El Galáctico



Viajó largamente desde el otro extremo de una impresionante galaxia ignota, en una búsqueda desenfrenada de otro planeta que albergase vida pura en cualquiera de sus formas, y su radar particular de última generación, matemáticamente lo dirigió de una manera automática y precisa hacia el planeta Tierra.

Por la densidad de una vida detectada, el PC de su nave lo llevó probabilísticamente hacia el océano Atlántico, a las costas españolas, concretamente la costa de Cádiz. Ya allí fue atrapado por un inesperado ciclón y arrojado violentamente contra una salina costera. Su nave microscópica quedó atrapada dentro de un grano de sal.

Después de dos millones de años jupiterenses (o como sea que se escriba este largo gentilicio), la salina empezó a ser explotada por los seres humanos gaditanos Más temprano que tarde, una máquina lo recogió, y días luego se vio envasado dentro de su grano de sal, en una bolsa comercial.

No sabía realmente lo que estaba sucediendo, pero la longevidad y la paciencia, las características básicas de su especie, lo iluminaron, pero ahora los cambios externos iban demasiado rápidos.

Poco de tiempo después se descubrió a sí mismo, todavía contenido en el grano de sal dentro de un raro recipiente, que los humanos conocemos como salero. Estaba en la mesa del comedor de una familia de la clase media, pero todo aquello le era ininteligible; anotaba en su bitácora todo lo que estaba viendo, y sus instrumentos registraban el clima, las variables externas y todo lo demás que parecía tener alguna relevancia científica.

De pronto, el salero fue agitado y el grano de sal allí contenido caía en un plato con garbanzos. Una enorme pala metálica (que el humano llama cuchara) lo condujo a un orificio oscuro de donde fue llevado, fuera del disuelto grano de sal, a un ducto larguísimo, y después a un depósito ácido que finalmente pudo establecer contacto con algunas extrañas formas de vida, lo que en definitiva era el objetivo último de su interminable viaje.

Y así, cuando estaba totalmente inmerso en la ciencia para la cual había nacido, un terrestre se le acercó, aparentemente en son de paz, y él –investigador infatigable hasta las últimas consecuencias- trató de establecer comunicación:

____ Hola, soy Alejandro “El Picha”, del planeta Cádiz.

El galáctico viajero no entendió aquel amigable mensaje, ni la relevancia científica detrás de un habitante de una ciudad tres veces milenaria, por lo que, finalmente, sin ninguna clase de contemplaciones y aunque no tenía demasiada hambre, lo engulló sin piedad.



SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Mnb18


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 7:56 am



El Bosque Poblado



El Sol se filtraba entre los árboles. Una luz suave del atardecer, que traía consigo un viento de misterio y de sinsabores comenzaba a envolver aquellas casas artesanales, construidas con citaras de barro y techos de adobe. Alrededor de esas chozas, los residentes se afanaban en sus actividades cotidianas, sabían que cayendo la noche su voluntad les abandonaría, haciendo, de la antes llamada civilización floreciente, una triste marioneta controlada por los dioses, que eran seres ajenos al lugar y que tomarían posesión de sus cuerpos, sin que ellos pudieran reaccionar.

Un prolongado aullido se oía entre la espesura de la noche. Entre los árboles, dos grandes círculos rojos resaltaban y, como fuegos enormes, se hacían paso entre la noche de un aliento fétido, producto de los restos de la carne humana que había devorado y que anteriormente emanaba de su boca.

En una cabaña, un ser se transformaba: por su cabeza le empezaban a salir unos afilados cuernos, y las patas de cabra sustituían a las piernas empezando desde las pezuñas y coronándose en un enorme priapismo. Sólo conseguía conservar la mitad superior de su cuerpo original.

Airado, buscaba su copa de vino para continuar la fiesta, que de tres noches atrás tenía lugar en su cabaña. Pasaban, por tanto, tres noches sin saciar sus energías sexuales que los sátiros tenían, y no por gusto propio, sino porque no había surgido una ocasión.

El hombre lobo se acercaba a la cabaña. Un apetito voraz se apoderaba de todo su ser. Cuanto mayor era la transformación del sátiro, mayor era el hambre que en él despertaba. Sentía el olor inundando sus narices, y el instinto era cada vez mayor.

No se podía contener, la suerte de la cabra estaba echada. Irrumpía en la cabaña y el sátiro se sorprendió, pero un gruñido salía de la boca del lobo y su mirada asesina intimidaba a su presa.

Parado en la puerta de la cabaña, el lobo bajaba de repente la mirada hacia el falo del sátiro. Sorprendido de que no le importase que su vida corría serio peligro, su erección iba creciendo. El sátiro reaccionaba comenzando a correr y dando saltos, mientras el lobo brincaba y gruñía tirándolo todo a su paso.

Dentro de la cabaña se escuchaban gritos, lamentos, gruñidos, súplicas eternas que se apoderaban de la noche, sin que nadie pudiese evitar escucharlas y sólo calladas por el Sol que, entre las montañas, empezaba a salir.

¿Había corrido el sátiro la misma suerte que otros que habían sido devorados por el hambriento lobo?

Cuando el sol de mediodía estaba en pleno apogeo, los residentes se acercaban a la cabaña para descubrir al agiotista del pueblo, abrazado dulcemente al vendedor de licores, ambos desnudos.

El insaciable e incontrolable apetito sexual del lobo era mucho mayor que su saciable y controlable apetito de alimentos.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Lesbia10


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 8:06 am



A Jorge lo abandonó su creatividad



Por sentido común o más bien por una simple deducción podemos reconocer que las personas creativas crean. Pero… ¿de dónde les sale la creatividad? Jamás de los jamases lo sabremos, por más que nos esforcemos en averiguarlo, y por más que acudamos a las personas eruditas, sabias, e incluso como una posible información desesperada, a videntes o similares para tal fin.

Una tediosa y fría tarde de abril, Jorge –ínclito escritor de los mil recursos literarios-- tenía su cerebro totalmente vacío. Lo máximo que podía imaginar era un desierto, sin cactáceas, sin oasis, sin alimañas, ni diurnas ni nocturnas, sin aire, sin viento, sin tormentas de arena, sin beduinos, sin dunas, sin horizonte, sin cielo azul, sin Sol, sin Luna blanca y sin paisajes.

Aquel desapacible desierto no producía nada, ni siquiera la más mínima idea para desarrollar un cuento insulso, para luego quemarlo en la hoguera de la chimenea o tirarlo a la papelera.

Desesperado de tanta aridez mental, reclamó a su musa su falta de inspiración. Pero en su desierto intelectual había desaparecido también su musa, que probablemente habría emigrado a otros diferentes cerebros, menos inhóspitos, más productivos, más cálidos, más acogedores…

Por tal motivo, el cerebro de Jorge estaba acabado, improductivo, tarado, marchito. Nada en él era aprovechable.

Aún más desesperado, Jorge apeló a todo lo que fuese con tal de recuperar su más que reconocida creatividad literaria. Y lo hacía con la insistencia de un buscador de oro, y no sólo una vez, ni un día, ni un mes ni un año; muchas veces, muchos días, muchos meses y muchos años. Pero, finalmente, estaba ya dándose cuenta que sus peticiones caían al baúl de lo perdido.

Después de una eternidad de un gran silencio cerebral, desesperadamente absoluto, observó una pequeña e insignificante luz en una de sus más recónditas neuronas. Jorge, tan acostumbrado como estaba a luminosas explosiones frecuentes de una enorme creatividad y capacidad neuronal, humildemente se plegó frente a aquella pequeña e inesperada chispa.

Haciendo buen uso de las mil mañas y trucos con los que solía exprimir y amplificar la más oculta de las ideas que aparecían en su cerebro, consiguió, finalmente, crear algo a partir de aquella ascua que se presentó de improviso.

Pero esa nueva idea no era un cuento, ni un poema, ni una historia de amor, ni una historia de desamor, ni siquiera un libreto para cine. La nueva idea era conseguir un espantoso crimen perfecto, una anónima matanza multitudinaria, algo de verdad, sanguinariamente creativo, algo insólito, algo inédito...

A pesar de su momentánea inspiración, Jorge jamás se enteró de que aquella idea tan inverosímil y tan increíblemente increíble, era que una bellísima pero malvada e envidiosa bruja, había asesinado a su musa, e inmediatamente después la había suplantado, y además con éxito.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Crea_110

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Crea_210


achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 8:15 am



El Olimpo y la Fabada



Cuentan los anales del Olimpo que un mediodía de un día cualquiera, Zeus, aburrido de néctares, de ambrosías, de manás y de otros rutinarios alimentos divinos, encargó a Minerva –diosa de la sabiduría-- que bajase inmediatamente a la Tierra y que hablase con los humanos, y a ver si le podían facilitar un nuevo plato que deleitase plenamente a su divino paladar, tan entregado a diario a probar tantísimos manjares de todos los planetas y satélites habitados.

Minerva obedeció inmediatamente las órdenes de Zeus, y bajó a la Tierra y visitó, con esta específica misión, todas las regiones, ciudades y pueblos humanos, con la esperanza y la ilusión de encontrar en algún lugar de estos un manjar que pudiese satisfacer el exigente paladar de Zeus.

En su gira culinaria visitó Esparta, Corinto, Lidia, Doria, Ática, Troya, Acaya Argólida, Mesenia, Eolia y Jonia.

Y poco después, cuando Minerva estaba frustrada por no haber podido hallar en ninguno de esos sitios el manjar que Zeus requería, una estrella verde (como Betis) la llevó a los territorios de Astures (Hispania).

Aquellos afables y serviciales humanos moradores en un sitio del norte de Hispania, eran seres sencillos, trabajadores, respetuosos, altruistas y hospitalarios.

De pronto, atravesando Minerva una aldea pequeña de Astures, percibía un aroma mágico que salía de una humilde cocina.

Su divino olfato se percataba enseguida de que en aquel lugar estaba la definitiva solución para el Olímpico culinario y al problema del aburrimiento de los dioses por comer siempre la misma comida.

Entró presurosa a la casa y vio a una anciana mezclando en una olla chícharos con trozos de morcilla, chorizo y tocino, además de aceite, sal, vinagre y otros aderezos. La saludó cortésmente y le pidió que le permitiese catar su potaje, y con sólo medio chícharo... ¡oh!, Minerva se percataba de que aquel potaje sería por los siglos de los siglos el mejor y el más vitamínico de los alimentos olímpicos.

Día luego, Minerva presentaba en el Olimpo el primitivo plato. Al principio, todos los dioses desconfiaban de su apariencia, pero sus olfatos les decían otra cosa. Una a una, todas las deidades olímpicas iban llevando a la boca fabada con su morcilla, chorizo y tocino, además de chícharos y restantes complementos, y en cuestión de un minuto, Minerva no tenía más remedio que ordenar a los acreditados cocineros del Olimpo que copiasen la copiosa receta del exquisito guisado, y que cocinasen enseguida cientos de ollas, exactamente con los mismos ingredientes y los mismos tiempos de cocinado que rezaban en la receta, procurada por una amable anciana que habitaba en una pequeña aldea de la ciudad de Uviéu (Oviedo, en español).

Y desde aquel legendario día, cada vez que se celebraba algo importante, privado u oficial, en el Olimpo, los banquetes de Zeus tenían como plato principal la celebérrima Fabada Asturiana.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Fab10



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  achl Vie Sep 04, 2020 9:36 pm



Enigma


Esta historia pertenece a la gama de las historias de ficción, pero podría ser real. Y la pregunta es: ¿hay en nuestro planeta Tierra gente, o ente, o lo que quiera que sea, pero con vida propia de otras galaxias conviviendo con nosotros?

Cuando Rosa se sentía un dolor en uno de sus pies, de pronto espabilaba y fijaba la mirada en ese punto, que, como no veía bien, no veía nada en la penumbra que le hiciese pensar que allí había algo al lado de la mesilla, junto a la cama.

Encendía la lamparilla, y cuando veía que no había nada al lado de ella, aliviada se sentía. Empero, una punzada de dolor en el tobillo la estaba martirizando.

Sacó el pie por su lado de la cama y vio asombrada que tenía amoratada esa parte del pie, como si alguien hubiera estado cogiéndola con fuerza. Al inicio se asustó, pero qué podía hacer, si Juan a su derecha dormía a patas sueltas y lo peor era que tenía un sueño hondo. No le queda otra que esperar a que le entrase de nuevo el sueño, apagar la lamparilla y volverse a dormir.

“Rosa, duérmete, pero ahora sin sobresaltos”, se daba ánimo ella misma.

Al despertarse a la mañana siguiente, el morado se notaba menos, y ya no le dolía tanto, por lo que le pasó desapercibido. No se le dijo a Juan que se había levantado para irse directamente a la ducha, como era su costumbre antes de desayunarse.

____ ¿Cómo has dormido, cielo? -le preguntó Juan, besándola.
____ Bien -respondió, secamente.
____ Ya tenemos un día más por delante.
____ Eso parece. Pero no todos los días son iguales para todos...
____ ¿Qué día es hoy, miércoles? -preguntó él, a su bola.
____ Es jueves Qué bien vives -yendo hacia la cocina agregó-: Se nota que pasas de todo, menos de tu “trabajo”, que te va muy bien, ¿no?
____No me puedo quejar -respondió, sentándose a la mesa de la cocina.

El caso es que un día más de rutina desayunaban juntos. Hasta que Juan se iba a su “trabajo”, Rosa se quedaba en casa y hacía sus labores, pero cabreada le esperaba hasta las tantas a que volviese de su “trabajo”. No tenían hijos, que la acompañarían casi todo el tiempo. Tres intentos de In Vitro, y uno de ellos la dejó estéril.

Pasando sola todo del día, decidía ver tele. Y echada en el sofá encendía el aparato y ponía Mega. Tenía la casa una instalación de una cabeza receptora de dos salidas, y así tenía receptor en su cuarto y otro en el salón, alimentados por una plataforma de pago por Satélite, de buen rendimiento, sobre todo si no llega la tele por cable.

Ese día veía tele tres horas. Juan llegó tardísimo a casa, y, como era normal, Rosa le preguntaba “¿qué quieres de cenar?”. Un monótono día más. Pero aquella noche pasó algo raro, además de hacer el amor, cosa “inusual” en los últimos meses.

De nuevo le aparecía el dolor punzante, y esta vez en los dos tobillos. Pero cuando quería encender la lamparilla, no llegaba debido a que su cuerpo estaba entre el suelo y la cama; había sido arrastrada por debajo la sabana. Se empinaba desde la cama y, llena de sudor, alcanzaba la lamparilla y la encendía.

Allí no había nadie, salvo Juan roncando. Se miró los dos tobillos; tenía un moratón en cada uno. Miró en derredor de su cuarto y no veía nada. Despertar a Juan era inútil, debido a su pasotismo en un grado superior a todas horas, además de un sueño pesado. Intentaba serenarse, pero se percataba de que la tele estaba encendida, pero no el monitor, que estaba negro con una ventana en el centro: “no hay señal”.

Llorando desconsoladamente, al día siguiente le contó a su marido lo que le estaba ocurriendo últimamente en las noches. Le enseñó los tobillos, pero él le dijo que eso no era creíble, no creía nada de lo que le contaba su esposa, y ahora se inclinó por opinar que sería debido a estar sola tantas horas en la casa, pues el paro feroz e implacable, la tenía inscrita en su gran lista, como a tantísimas otras personas más.

Al despertarse Juan una mañana, sin embargo...

____ ¡Cielo, veo que tus tobillos están hinchados! ¿Te llevo al médico?
____ ¡No! -se apartó de él bruscamente, aleteando las manos.
____ ¡Vamos, no pensarás que voy a tragarme tu historia!
____ ¡Me da igual! ¡Puedes irte a tu “trabajo” cuando te salga de tus pelotas!

Y Juan se fue. Las cosas no iban bien en el matrimonio.

Dejaron de hablarse unos días, y, afortunadamente, a Rosa no le pasó nada de eso en ese tiempo, salvo que cada vez que despertaba veía la tele encendida; las dos, la de su cuarto y la del salón, y ambas con el mensaje no hay señal. Pero como no se hablaba con Juan, no le dijo nada, de manera que el tiempo pasaba y hasta eso tan misterioso se volvía en una cosa trivial para ella.

El descodificador compartido era de AT, y, aun eso, también amanecía encendido, actualizándose sólo en el cambio de canales en la reorganización del sistema, entre otras maniobras. Y quizá era esto lo que hacía que las dos teles se encendiesen y cuando las apagaba y encendía de nuevo veían que había imagen. “Rarezas de la tecnología punta”, pensó, sin dar más importancia que la del gasto de electricidad.

Pero una noche pasó algo estremecedor, horrible, espeluznante...

Esa noche Rosa decidía no dormir. Cuando su marido se ponía a roncar, se sentaba en la cama y veía la tele encendida mostrando el mismo mensaje. Hacía días que no sucedía, pero Rosa tenía una premonición. Pasaba algo especialmente raro esta vez. Su corazón pedía a gritos que se fuese de allí y que alertase a Juan. Pero no lo hacía porque su coco le pedía curiosidad: “quiero ver qué pasa”, y además Juan la tildaría de loca, como siempre y para no variar.

De pronto, rayos brillantes saltaban de la pantalla y adquirían forma de brazos con garras, cual espátula, transparentes pero grandes. Sin hablar, Rosa miraba aquello. Asomaba una testa verde sin rasgos, grandes ojos y boca de mono tras la hirsuta y transparente piel de aquel ente, por así definirlo. Un ser extraño avanzaba a través de la pantalla, sin que ésta se moviese. Un cuerpo inerte. Rosa empezaba a tener pánico. Pero quedaba sobrecogida en la cama...

Detrás del primer ser salía otro; movían la cabeza de un lado al otro y parecían oler el cuarto, como si no pudiesen ver. Uno metía sus brazos, largos y poderosos, bajo las sábanas, y esta vez hacia Juan; le cogía los tobillos y tiraba. Juan no despertaba, pero cuando el otro inerte le ayudaba, Juan abría los ojos y miraba horrorizado el aspecto de aquellos dos seres inanimados, sin expresión y que se habían colado por la parabólica del descodificador al televisor. Y a saber si iban a salir más.

Arrastraban a Juan hacia el televisor hasta difuminarse en él; no gritaba, quizá no le daba tiempo. Rosa, horrorizada, y sin hacer ruido, veía cómo el cuerpo de su marido desaparecía, no sin antes convertirse en un cuerpo transparente y verdoso al mismo tiempo, en el que se podía ver el interior de un cuerpo humano.

Sencillamente, se llevaron a Juan.

Todo sucedía tan rápido y tan sencillo que parecía un sueño.

Pero no era un sueño. Rosa se las apañaba para encender la lámpara de su lado y veía de nuevo en el televisor: “no hay señal”. Como si nada hubiese ocurrido.

Aquellos dos bichos se llevaron consigo a un incrédulo Juan, no sin antes, uno de ellos sacase (de dónde si estaba desnudo) un utensilio similar a un micrófono, que luego llevó a su boca de mono y pronunció una buena parrafada, entre enfadado y solemne, pero en un español perfecto.

“Millones de nosotros venimos a vuestra Tierra de mierda, sin tanto tecnicismo de la NASA, incluso nuestros vehículos son más técnicos y veloces. Y cien millones de compañeros míos viven aquí, entre los seres humanos, sin posibilidad de detectarlos por parte de ustedes. Y la misión por la que siguen aquí es para estudiar los comportamientos de los humanos. ¡Odiosos humanos! ¡Odiosos comportamientos!”.


SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Ff10



achl
achl

Mensajes : 28377
Fecha de inscripción : 06/05/2012

A achl le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN Empty Re: SÓLO ESCRITOS DE CIENCIA FICCIÓN

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 1 de 2. 1, 2  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.