SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:13 am
Recordando lo nuestro
Por culpa de demasiados malos recuerdos de un pasado próximo, que ahora casi que no vienen a historia a esta historia, batallaba diariamente para que nunca más se produjese un nuevo encuentro entre los dos. Pero todos sus esfuerzos no servían de nada. Eran Inútiles. Se producía el nuevo encuentro. Pero lo más curioso de todo era que ella, a pesar de sus relativamente antiguos pesares, estaba deseando de que éste llegase cuanto antes, incluso rezaba para que así fuese.
Amanece. Me pongo cualquier cosa, lo primero que encuentro a mano, y después me asomo a la ventana. Veo llover, va cayendo una lluvia suave. El viento juega con mi melena. Me acerco a la cama y te escucho suspirar con una agradable sonrisa en tus labios mientras duermes, y de pronto recorre mi cuerpo un fuerte escalofrió. Y entonces, sintiendo un fortísimo deseo sexual en mi cuerpo, miro tu cara pensando que quiero creerme que tus suspiros y tus sonrisas son por mí; y es por eso, que, sin poder ni querer evitarlo, me aparece súbitamente una extrema calidez en mis partes más íntimas, que me hace recordar lo nuestro…
¿Y qué era lo nuestro?
Lo nuestro era un deseo por crecer, por sentirnos mayores, por superar la etapa de la adolescencia. Un juego que empezó como empiezan todos los juegos: en el patio del colegio, una mirada, un gesto, un guiño… Pero terminó también como todos los juegos inconscientes: con lágrimas.
Y acabó de esa manera porque lo vivimos deprisa, y nos quemamos deprisa, como astilla en fuego. Nos bebíamos los vientos el uno por el otro hasta embriagarnos. Nos bebíamos el último vino de la caja de Pandora y amanecíamos con la resaca del miedo. Pero cuando se evaporaban nuestras borracheras nos quedábamos solos, solos como unos inocentes pajarillos que abandonan su nido volando juntos, para más adelante seguir cada uno su propio vuelo.
Yo fui la primera en volar, quería volar sola, pero no sabía cómo hacerlo. Salía a la vida totalmente a ciegas, dando tumbos, topando con todo lo que me recordaba a ti. Y así, durante días, semanas, meses, años… hasta anoche que coincidimos tú y yo, a solas los dos, y durante unas horas volvía a sentirme como antes.
Y ahora, en este justo momento, todos mis sentimientos se agolpan, y tengo miedo, mucho miedo, miedo a ti, miedo a mí, miedo a que te vayas de mí, miedo a que te quedes conmigo; un miedo extraño, un miedo irracional, cada vez que pienso que de nuevo hemos vuelto a hacer el amor, que hayamos quemado lo único que nos quedaba, que nuestros recuerdos ardiesen con el fuego de la pasión. Y lo peor de todo es que los dos tenemos miedo porque quizá hoy mismo se haya escrito el final inexorable de nuestra historia, que, por la inexperiencia de los dos. o simplemente por inocencia, hemos dejamos incompleta.
Pero ahora no quiero pensar en nada de eso. En este momento las sábanas están revueltas y envueltas en nuestros olores. Me llamas de nuevo, te aproximas más a mí, me aproximo más a ti, me besas, te beso, me acaricias, te acaricio, me abrazas, te abrazo... y toda yo tiemblo, como antes temblaba, como siempre he temblado contigo a mi lado, y, finalmente, hacemos el amor con frenesí.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:25 am
Su día a día
Las siete y media de la mañana de un día laboral
____ ¡Daros prisa, que vais a llegar tarde!
Gritaba azuzando a sus hijos, que avanzaban por el pasillo con un paso cansado y bamboleante. Todas las mañanas se levantaban aletargados, como sin energías, y la madre repetía la misma cantinela de siempre:
____ ¡Esta noche a la cama a las diez! ¡Así no habrá cansancios que valgan!
José Manuel aparecía de pronto en la cocina, con prisa, envuelto en el aroma fresco de su colonia, el pelo mojado todavía, y vestido con la indumentaria propia para acudir a su Instituto. Pronunciaba unos buenos días muy poco audibles, sin mirar apenas a su madre. Lo único que buscaban sus ojos era la cafetera. Su móvil no dejaba de lanzar pitidos. Entre semana, ni se sentaba a la mesa: se bebía de pie el café a la vez que iba mirando en su móvil los mensajes recibidos.
A pocos minutos, la cocina se vestía de gala para acoger a Candela María, inmaculadamente vestida y exquisitamente perfumada. Con la mirada fija en el móvil, a poco si se cae al suelo. Con los ojos medio fruncidos, miraba a su madre. Mientras desayunaba, sin dejar de mirar su móvil, le decía que necesitaba botines nuevos, unos vaqueros de tubo, un vestido y un bolso para la fiesta de fin de curso, un... un... un… Su madre asentía mirándola, pero sin hablar. Sabía que quedaría tocada para el resto del día si le llevaba la contraria.
No bien se cerraba la puerta de la calle detrás de las mochilas, la casa se quedaba sumergida en un súbito silencio, como si la hubiesen sellado al vacío. El único sonido que la señora de la casa oía a lo lejos era un gorgoteo, seguro de algún grifo mal cerrado. Se iba presurosa hacia el cuarto de baño y ya en él cerraba bien todos los grifos. De nuevo de vuelta a la cocina, miraba la hora en el reloj de pared. Aún le sobraba tiempo para llegar puntual a su trabajo eventual.
Se servía su único café del día, lo saboreaba sola pausadamente. Repasaba todo lo que tenía por delante: limpiar la casa, poner dos o tres lavadoras, pensar en qué hacer para almorzar (para la cena improvisaba cualquier cosa), sacar los bajos a todos los pantalones de su hija, que había crecido mucho, revisar todas las ofertas de trabajo en páginas de empleo, seguir enviando currículos, comprobar si le habían respondido los señores de la entrevista de la que había salido contenta, convencida de que esta vez tendría suerte y la cogerían, llamar a los sitios en los que había solicitado un trabajo, para que no se olvidasen de ella, que en su casa permanecía desesperada por encontrar un empleo fijo cuanto antes…
Agobiada, pero sacando ánimos, que ni sabía de dónde, dejaba su vaso vacío en el fregadero y se quedaba parada en medio de la cocina pensando que una vez más tendría que hacer encajes de bolillos para llegar a fin de mes.
"Creo que va siendo hora de que cambie mi situación", se decía para sí mirando al techo, y, al poco, salía de su casa rumbo a su duro y mal retribuido trabajo en la calle.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:29 am
Un Local Deífico
El señor al que me voy a referir se ve rodeado diariamente de esa palabra con seis letras que nunca aparece en los informes que él mismo prepara cada diariamente en los Servicios Sociales de la Junta de Andalucía: “pobres”.
Era viernes. Luego de salir de su trabajo, acompañado de tres compañeros se iban a su bar de siempre a beber cervezas. Él pagó la última ronda, y las cuatro cañas que se tomaron cada uno les habían sentado bien.
Luego de los “muy intensos” cinco días de trabajo de la semana, se lo pasaban pipa despotricando de Dios, del Papa, de los curas, de las monjas, de las hipocresías de la Iglesia, y de todo lo contrario al ateísmo (los cuatro eran ateos). Esta clase de charlas y la amistad que tenían de años los unía. Y los cuatro habían tenido la gran suerte de colocarse en la Junta de Andalucía; un trabajo fijo y bien remunerado. Y siendo funcionarios, tendrían más asegurada su pensión de jubilación.
Aquel viernes, acabada la tertulia, nuestro hombre se fue hacia su casa a almorzar (vivía cerca de su centro de trabajo, un edificio de los infinitos que tiene la Junta en Sevilla). Pero de camino, olió un aroma que lo llevó directamente al paraíso de su niñez. Era un olor a cocido, el mismo que sentía de niño cuando llegaba a su casa después del colegio, con su mamá atareada en la cocina.
Por curiosidad entró al local (nunca había reparado en él), del que provenía el olor. Le pareció un restaurante modesto, limpio y con un buen ambiente. De pronto, se acordó de que tenía que entregar el lunes un informe sobre “Familias en Situación Precaria”, que le había encargado su jefe inmediato.
Pero no era un restaurante, era un Centro de Beneficencia frecuentado por gente necesitada, de ambos sexos y de todas las edades.
De pronto quedó pasmado al ver que quien servía las comidas en una bandeja era una monja, y que había otras monjas más en una cocina del fondo de una sala más grande que pequeña.
Se percató de que era un Comedor Social, y se vio rodeado de eso con seis letras que nunca aparece en los informes que él mismo prepara a diario: “pobres”.
Trató de irse, pero la monja lo paró, le sonrió y le dijo que no se preocupase que la primera vez cuesta, que no se avergonzase, que hoy tenían un cocido buenísimo y que de segundo plato había filete empanado, que no se perdiese las vitaminas de la ensalada, ni las del zumo de naranja, que podía rematar el almuerzo con un helado de vainilla o de chocolate y que le darían también un bocadillo de chorizo, chóped o salchichón, si no podía acudir a la cena.
Sin saber cómo ni por qué, se encontraba sentado a una mesa en la que había un matrimonio mayor, rozando los 80, bien vestidos los dos y que comían en silencio, sin apenas levantar los ojos de su bandeja.
Junto a su mesa, en otra igual, un hombre con barba de semanas sonreía mientras devoraba un filete empanado, al tiempo que le contaba su vida: había perdido su trabajo por cierre de su empresa, tras 20 años en ella; el banco le había quitado su casa luego del divorcio, y no sabía a dónde ir; menos mal que las monjas le daban comida, ropa y zapatos, y que dormía bajo techo en un albergue social. “Al final, he tenido suerte, amigo; así que no te agobies que de todo se sale”.
No podía creerse lo que estaba viendo. Nadie le había pedido nada por darle de comer, ni le habían preguntado por sus creencias religiosas. Allí, exclusivamente se dedicaban a dar de comer al hambriento.
Cuando acabó de almorzar, se levantó y se fue presuroso hacia la calle, sin darle las gracias a la monja que le había servido tan amablemente. Pero no por grosero, sino porque no podía articular palabra. Una leve inclinación de cabeza fue su despedida. Pero la monja, amable, lo abordó y le dijo: “vuelve siempre que lo necesites, si yo no estoy aquí, cuando vengas otra vez di que vienes de mi parte. Me llamo Esperanza”. A él, lo único que le salió fue sonreír, y enseguida salió a todo gas.
En el trayecto hacia su casa, se iba diciendo, incluso repetidamente… “no creo que exista en ninguna parte del mundo un comedor social regenteado por ateos, o por comunistas o por sindicatos”.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:33 am
Una obsesión desde niño
Tenía talento de sobra para robar automóviles de alta gama, y en bancos protegidos con alarmas seguras y sofisticadas.
Su prestigio en el hampa era el no va más.
Sabía abrir cerraduras complicadas en cuestión de segundos. Y ni las mejores cajas fuertes de joyerías, museos o bancos se le resistían.
Sin embargo, un trauma infantil lo tenía trastornado.
Sus padres jamás le quisieron comprar un triciclo por el miedo a que un vehículo lo atropellase, algo que nunca había podido superar. Así que ya adulto, desperdiciaba su talento vigilando, oculto, a niños en los parques, esperando la menor distracción para robarles su vehículo de tres ruedas.
Una vez en su poder, se lo llevaba a casa e, ilusionado, se montaba en él. Pedaleaba hasta el cansancio por los pasillos de su modesta vivienda.
Después, dormía satisfecho, pero a la mañana siguiente volvía al parque a observar a las distraídas criaturas pequeñas.
Cuando finalmente lo pescó la policía, pasó a los Guiness como el poseedor de la mayor colección de triciclos del mundo.
Dicen las lenguas presidiarias que en su pequeña celda carcelaria pasea en triciclo de la mañana a la noche, indiferente frente a las burlas inclementes de los otros reclusos, que, obviamente, no entienden nada de la vida.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:38 am
Voy a encontrar una mujer
Mejor, o tal vez no...
Estaba convencido de esas afirmaciones. Para bien o para mal, cada cual que salía de una relación con una mujer, no pasaba mucho sin encontrar otra que ocupase el lugar de la anterior.
Soy un hombre afortunado, de esto no tengo la menor duda. Mi última novia es un tipazo. Pero con un triple defecto: tiene un ex marido, un hijo parido cuando recién entraba a sus 20 años, y un hombre que supo sacarle provecho a la situación.
Siempre lo decía: el niño no es el problema, el niño es un amor, es un crío pequeño que no tiene culpa de las estupideces que cometían sus padres. El problema es que ese niño tiene un papá.
En fin, no quiero ahondar en más detalles. Esto es tema para otro tipo de opiniones. La cuestión es que ella era la mujer perfecta para mí, nos compaginábamos en todo teníamos gustos y apreciaciones iguales, costumbres parecidas, un buen sentido del humor; altamente comprensiva y sensible, y a mí me ofrecía estabilidad. Aunque me resistía al principio, acabé enamorándome de ella, incluso hasta le preparaba el desayuno y se lo llevaba a la cama. Y cuando no tenía mucho trabajo en mi oficina, por lo que podía llegar más tarde, dejaba la casa lista antes de salir.
Me pesó, y cuando terminamos nuestra relación, pasó mucho en hallar una mujer con la que me llevase bien. Era difícil. ¡Pero no hay problema, hay muchos peces en el mar!
Al cabo de dos semanas, mientras estaba en una sesión con mi psicóloga, ésta me preguntó que cómo me sentía con todo eso (qué extraño que pregunten eso, ¿no?) Le respondí que, aunque estaba entristecido, sabía que se me iba a pasar, que sólo era cuestión de tiempo y que, finalmente, encontraría una mejor.
____ O tal vez no... –me respondió con cierta intriga.
____ ¿De qué hablas? ¡Claro que voy a encontrar una mujer!
____ O tal vez no... -insistía con cizaña.
Me hizo cabrearme. ¡Juro que me hizo cabrearme!
“¿Qué es lo que insinúa esta imbécil, que no puedo lograr a nadie más en la vida, que me quedaré solo para los restos?”. ¡Qué hija de puta es!' -pensé.
Salí de la terapia y entonces era cuando entendí perfectamente de qué me hablaba mi psicóloga. Tenía que seguir con mi vida, disfrutar al máximo y tratar de ser feliz, aunque no encontrase a ninguna mujer.
Porque hay que entender que no se trata de andar por la vida buscando a alguien que nos complemente, que siempre nos haga sentir de lujo, que nos quite todas las penas y la soledad...
Sonreí. Mi psicóloga no es una imbécil. Sabía bien que comprendería su mensaje de inmediato y por esto se animó a soltarlo.
Algunas veces me pregunto por qué le sigo pagando tan buena minuta a este pedazo de cabrona. Pero reacciono enseguida y me respondo diciéndome que mi psicóloga es de lo mejor que me ha pasado en la vida, porque, finalmente, nos enrollamos como pareja sentimental, pero viviendo cada uno en su propia casa, por lo que saco la sensata conclusión de que una relación bajo un mismo techo permanentemente es la verdadera asesina del amor y la pasión.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:44 am
Y Lucía llamó
Decía el papel colgado en el tablón de anuncios de la universidad:
DOS CHICAS BUSCAN COMPAÑERA DE PISO PARA COMPARTIR GASTOS DEL ALQUILER.
LLAMAR AL TELÉFONO......
LLAMAR AL TELÉFONO......
Lucía pensó que si aún estaba el cartel era porque no se habían decido por nadie, ya que el anuncio llevaba una semana colgado.
____ Hoy puede ser mi día de suerte -y llamó desde su móvil.
____ ¿Sí? -contestó una voz alegre y juvenil.
____ Hola. Llamo por lo del anuncio. Me gustaría saber si aún estáis buscando una compañera de apartamento.
____ Aún no hemos encontrado a una que se adecue a lo que buscamos. Si quieres, esta misma tarde a las siete podemos vernos. ¿Puedes tomar nota de la dirección?
____ Sí, sí, dime...
____ Calle Amapola, 21 6ºC. ¿Has tomado nota?
____ Sí, nos vemos allí a las siete. Gracias. Hasta luego.
____ Ok.
Cuando colgó, Lucía pensó que debía pasar por la pensión luego de clases y antes de ir a la reunión. No quería que la viesen con la palma llena de tinta de bolígrafo. Además, se lavaría el pelo, pues estaba grasiento después de dos días trabajando en el laboratorio con todos esos productos químicos.
A la hora de la comida, Sole informó a su compañera Marta de que a las siete tenían una entrevista con una tal Lucía, que recientemente había llegado a la universidad, para el segundo trimestre, y estaba interesada en compartir el piso.
____ Perfecto. ¿Ya le has informado de cuáles son los inconvenientes?
____ No. ¿Qué quieres que no aparezca? Cuando llegue lo verá y si aún le interesa, se lo explicamos y la convencemos de que no es para tanto. O podríamos esperar y cuando lleve unos días con nosotras le explicamos el porqué de nuestro secreto.
A la hora convenida, Lucía, puntual a su cita, se hallaba delante del 21 de la calle Amapola. Le sorprendía que el portal estuviese abierto y lamentaba que no hubiese ascensor, porque era un sexto piso. Pero eso no la frenó para seguir pensando que era su día de suerte. Su tercer día en la universidad y ya tenía piso. Bueno, aún no, pero estaba segura de caerle bien a sus nuevas compañeras.
Llegó al rellano del sexto sin aliento. Llamó al timbre de la puerta C. Pero, qué raro, la puerta también estaba abierta; la empujó y la puerta acabó de abrirse, ¡Oh, no podía creer lo que estaba viendo…!
Ya instalada en el piso, tumbada en la cama de su cuarto i mirando las paredes, aún desnudas de póster o cuadro, porque en realidad aún no había tenido tiempo de poner todas sus cosas, pensó en su situación: “pocas fiestas podré organizar aquí”. Y al volver a pensar en sus compañeras recordó lo extraña que fue la entrevista. “Creo que callan algo”, pensó de nuevo. Se dio cuenta de que, aunque lo explicase, nadie iba a creerla, por lo que decidía guardar silencio. Al fin y al cabo, a ella no le iba a afectar. ¿O sí...?
El patio de su universidad era como la plaza mayor de un pueblo, en donde todo el mundo se encuentra, sólo que aquí nadie te saluda y todos van a su bola. Entonces, ¿en qué se parece a un pueblo? se preguntarán los lectores. En que es el escenario de todos los chismorreos y los secretos a voces. A Lucía le gustaba, porque era muy agradable poder tumbarse sobre el césped y estudiar al aire libre, y si se cansaba se pondría boca arriba y contemplaría el cielo. Tumbada y mirando el cielo, asomó por detrás una cabeza que la miraba desde arriba, con pelo rizado y gafas redondas con montura de carey. Era Alex, aunque su nombre era Alejandro, le molaba que le dijesen Alex. Era su único amigo en la universidad. Además de Sole y Marta.
____ ¡Eh, que haces ahí; me estás tapando la vista!
Alex sonrió, se tumbó al lado de su nueva amiga y le preguntó sin rodeos, porque sabía que si tardaba en hablar ya no haría la pregunta por miedo a que Lucía se enfadase con él. Después de todo, tampoco tenían tanta confianza.
____ Lucía, ¿sabes por qué tus compañeras de piso nunca comen nada?
____ ¿Por qué me haces esa pregunta? ¡Claro que comerán, lo que pasa es que a lo mejor tú no las has visto!
____ Es lo que se comenta por ahí. Nadie las ha visto comer ni siquiera a mediodía. Además ¿cómo te explicas el que no tuvieran ni nevera en su apartamento y hayas tenido que comprar tú una? ¿Tú las has visto comer o cenar algún día?
Lucía se quedó pensando y aunque le jodía el interrogatorio de Alex, reconocía que era raro. Igual que el resto de las cosas que hacían, como salir todas las noches a las doce en punto y volver a la hora y siempre decían que hacía una noche maravillosa y que les gustaba pasear bajo las estrellas.
____ Hola, Alex, ¿has visto a mi gata Luna?
Se les acercó una chica un poco estrafalaria. No coincidían en clase, pero Lucía la conocía de vista de otra clase.
____ Os dejo copias de fotos de mi gata -dijo dirigiendo la mirada a Lucía-: si la veis, llamad al móvil que hay escrito en la cuartilla -y se fue sin mediar más palabras.
____ Pelín rara esta chica ¿no? -dijo Lucía, y Alex y empezó a reírse. Él sí coincidía en clases con ella, y Lucía tenía razón: era una chica rara.
Las clases de la tarde fueron aburridas, excepto la última con el profesor Bacteria (le llamaban así por su parecido con el inventor de Mortadelo y Filemón). Al parecer estaba cabreado porque su gato persa aún no había vuelto de su última escapada.
A las seis sonó el timbre anunciador del fin de clases. Lucía recogió deprisa porque quería llegar al piso antes que las otras, con idea de husmear en lo que había detrás de la puerta gris, siempre cerrada con llave. Pero no le dio tiempo. Las chicas habían llegado temprano y sólo pudo dejar sobre el sofá su bolso y los libros cuando sintió la llave en la cerradura de la puerta de entrada. Ese mismo día a las doce en punto, y en cuanto salieron a la calle, volvería a intentarlo de nuevo.
____ Hasta luego Lucía, nos vamos a dar una vuelta -dijo Sole.
Y Lucía oyó cómo cerraban la puerta tras ellas. Corrió en busca de una horquilla y una lima fina para intentar descubrir el secreto que había detrás de esa puerta. El miedo le hacía sudar y un temblar de manos, por lo que se dificultaba más la tarea. Luego de media hora de intentarlo y tener pegada la cara a la cerradura… “¡uf, qué olor tan raro, huele a cebolla y ajo!”, pensó. Cuando estaba casi a punto, oyó como se cerraba una puerta lo que hacía que cayera de culo del susto, perdiéndose la horquilla, la que estaba casi girada en la cerradura. “No es nada, será la puerta del vecino”, se dijo. Abrió una ventana, pues sudaba, pero ya no sabía si del calor o del miedo. Al abrir la segunda ventana, vio cómo Sole se agachaba a acariciar un gato que olfateaba en torno a la basura. 'Ya estarán de regreso, no tengo tiempo', pensó de nuevo. Cerró la ventana, recogió la horquilla del suelo, metiéndose en su cuarto como si todo el tiempo hubiese estado en él.
A la mañana siguiente mintió al decir que iba a la biblioteca, pero quedó esperando escondida detrás de un árbol. No hubo movimiento por parte de sus compañeras y al final se cansó y pensó cómo podía haberse dejado enredar por Alex. Cuando se dirigía hacia el portal vio a Marta que salía corriendo a tirar una bolsa de basura y, al girarse para ver que no pasaban vehículos..., ¡oh, su camiseta estaba manchada de sangre! Le temblaban tanto las piernas que tuvo que sentarse en un poyete de esos grandes que hay de piedra. Miraba de reojo y veía que Marta volvía a entrar en la portería. Cogió su móvil y llamó a Alex.
____ ¡Alex, ven a casa enseguida! Te espero en la parada del bus. ¡No te tardes!
A Alex le pareció que estaba angustiada, y Lucía no era de esas chicas que se dejan impresionar por cualquier cosa.
Al cabo de veinte minutos, llegó Alex. Lucía le explicó todo lo que había pasado y entonces Alex le dijo que por qué no le había contado eso del cuarto cerrado con llave, sabía que la decoración del piso era excéntrica y exagerada en colores. Eso ya las convertía en raras.
____ Vamos a tomar algo y me lo explicas todo desde el principio.
Se sentaron en una cafetería y mientras Lucía le explicaba lo que vio el primer día en que se instaló. Alex ponía cara de incredulidad y repulsión al mismo tiempo.
____ ¿Por qué te quedaste con ellas?
____ En el fondo es raro, pero cada uno vive como quiere y mi cuarto es suficiente amplio para poder hacer vida en él, sin necesidad de compartir lugares comunes. Bueno, salvo el cuarto de baño, del que ellas procuran sacarlos de la bañera antes de que yo entre.
____ Lucía, estas alterada, creo que lo mejor es que te vengas a mi casa, comemos, vemos la tele y cuando estés más tranquila te acompaño a tu casa, y si quieres entre los dos inspeccionamos.
Lucía aceptó agradecida, más que nada porque no estaba preparada para volver a su casa en ese estado.
____ Alex, Lucía, nos vamos a dar nuestro paseo diario. Hasta luego.
Se oyó cerrar la puerta. Dejaban pasar algunos minutos para asegurarse de que no retrocedían y se ponían manos a la obra. Luego de minutos intentándolo, por fin la cerradura cedía y se abría la puerta. Encendían la luz del cuarto. ¡Oh, qué es eso! No entendían nada. Una mesa, 2 sillas, una estantería llena de botes con arroz, harina, azúcar, café, una caja de galletas y otra con magdalenas. Junto a la estantería había un fregadero y al lado una cocina con horno.
____ ¡Pero si tienen nevera! Abría la puerta de ésta y había verduras, leche, yogures, queso, mantequilla…
____ ¡Las muy ratas! Comen a escondidas para no compartir sus comidas.
Defraudados, Alex porque ya no había misterio, y Lucía por la jugada de traición y desconfianza. Salían del cuarto y cuando iban a cerrar de nuevo, se percataban de que se les había caído la horquilla dentro del cuarto.
Lucía volvía a entrar. Su curiosidad no le permitía salir sin antes destapar la olla que había encima del fogón. Quería saber qué guiso habían comido al mediodía. Daba un grito espantoso, que le salía del alma. Tiraba la tapadera y salía corriendo de allí.
Mientras corría calle abajo, aterrada, no podía apartar de su mente aquella cabeza de gato cocinada entre verduras y patatas.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:49 am
Casi muertos en la bañera
¡Inolvidable noche aquella tan larga como completa, tan emotiva como sorprendente! Lo cierto y verdad es que hubo de todo. Quiso el bueno de Aniceto ir antes al hotel para asearse y confirmar la entrada; y Lola, tan metida en su papel de relaciones púbicas (perdón, me comí la “ele”), le acompañó en todo momento
____ Lola, por favor, ¿te importa esperarme mientras me ducho?
Y Lola, con aquella caída de ojos como las persianas de los grandes almacenes a las ocho de la tarde, le sonreía mientras, sentada en la cama encendía un cigarrillo en paciente espera.
La tranquilidad junto a aquel hombre dura lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio. Primero, un sorprendente gritito, seguido del correspondiente golpe, un sonido de cortinas al rasgarse y, tranquilidad de nuevo.
Tan poco acostumbrada aún Lola al cambio en el orden universal, de un salto se puso en pie, y en dos o tres más, se acercó a la puerta blanca del baño.
____ ¡Aniceto, Aniceto, ¿estás bien?!
____ ¡Estoy, estoy, aunque aún no sé si bien, pero, ni se te ocurra entrar! ¡Acabamos de conocernos y no quiero que me veas desnudo!
Silencio, tan absoluto silencio que Lola aproximó su oreja izquierda a la puerta y la presionó con fuerza para intentar escuchar del interior.
En su recién creada empatía, era tan perfecta la acopladura que Aniceto eligió justo ese momento para abrir la puerta. Y la abrió, pero no necesitó tirar de ella, porque era tanta la ansiedad de escuchar de Lola que había puesto que, al desbloquearse el pestillo, Lola y cigarrillo incluido, puerta, Aniceto y toalla acabasen en la bañera que, inocente y completamente ajena a la impetuosa escena de amor que allí se desarrollaba, ocupaba en ese baño un alejado rincón de una habitación de hotel de una ciudad cualquiera.
En su intento por evitar ser atropellado y aplastado por la amorosa impetuosidad de Lola, Aniceto trató de esquivarla, girándose, pero no lo suficiente como para poder evitar que se le viniese entera encima, quedando atrapados en un abrazo tal que lo arrastró con ella hasta la bañera.
Aquel gesto hizo que su cabeza golpease contra el grifo, evitando así que fuese la cara de ella la que agrediese, en forma tan imprevista, y tan desaforada, al pobre y metálico vierteaguas. Pero a quien agredió fue a su cara. Frente contra frente, nariz contra nariz, ojos contra persianas de grandes almacenes, labios sellando un beso de amor, que en aquella misma mañana había empezado a florecer en aquellos dos corazones puros en el aeropuerto de una ciudad cualquiera; su pecho contra dos esperanzadas protuberancias, envidia de profesores y de alumnos de la universidad; tripa contra tripa, que ahora empezaba a gatear; pelvis contra pelvis (la situación y el imprevisto no daban para más) rodillas contra rodillas. Acoplamiento tan perfecto que nunca nadie podría asegurar que aquellos dos seres no fueron siempre dos en uno. Una perfecta exaltación del signo de cáncer, al cual ambos pertenecían, pero que podían dejar de pertenecer porque, graves, gravísimos fueron ingresados en un hospital.
Lo único que la policía pudo determinar, a instancias del rector de la universidad, fue que el semen encontrado pudo ser motivado por el numerito del Kamasutra que estaban intentando poner en práctica aquellos dos adolescentes enamorados, y amantes desde aquel mismo día.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 1:54 am
El Galáctico
Viajó largamente desde el otro extremo de una impresionante galaxia ignota, en una búsqueda desenfrenada de otro planeta que albergase vida pura en cualquiera de sus formas, y su radar particular de última generación, matemáticamente lo dirigió de una manera automática y precisa hacia el planeta Tierra.
Por la densidad de una vida detectada, el PC de su nave lo llevó probabilísticamente hacia el océano Atlántico, a las costas españolas, concretamente la costa de Cádiz. Ya allí fue atrapado por un inesperado ciclón y arrojado violentamente contra una salina costera. Su nave microscópica quedó atrapada dentro de un grano de sal.
Después de dos millones de años jupiterenses (o como sea que se escriba este largo gentilicio), la salina empezó a ser explotada por los seres humanos gaditanos Más temprano que tarde, una máquina lo recogió, y días luego se vio envasado dentro de su grano de sal, en una bolsa comercial.
No sabía realmente lo que estaba sucediendo, pero la longevidad y la paciencia, las características básicas de su especie, lo iluminaron, pero ahora los cambios externos iban demasiado rápidos.
Poco de tiempo después se descubrió a sí mismo, todavía contenido en el grano de sal dentro de un raro recipiente, que los humanos conocemos como salero. Estaba en la mesa del comedor de una familia de la clase media, pero todo aquello le era ininteligible; anotaba en su bitácora todo lo que estaba viendo, y sus instrumentos registraban el clima, las variables externas y todo lo demás que parecía tener alguna relevancia científica.
De pronto, el salero fue agitado y el grano de sal allí contenido caía en un plato con garbanzos. Una enorme pala metálica (que el humano llama cuchara) lo condujo a un orificio oscuro de donde fue llevado, fuera del disuelto grano de sal a un ducto larguísimo, y después a un depósito ácido que finalmente pudo establecer contacto con algunas extrañas formas de vida, lo que en definitiva era el objetivo último de su interminable viaje.
Y así, cuando estaba totalmente inmerso en la ciencia para la cual había nacido, un terrestre se le acercó, aparentemente en son de paz, y él –investigador infatigable hasta las últimas consecuencias- trató de establecer comunicación:
____ Hola, soy Alejandro “El Picha”, del planeta Cádiz.
El galáctico viajero no entendió aquel amigable mensaje, ni la relevancia científica detrás de un habitante de una ciudad tres veces milenaria, por lo que, finalmente, sin ninguna clase de contemplaciones y aunque no tenía demasiada hambre, lo engulló sin piedad.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 2:01 am
Loor a la Santísima Teta
Te vi como un punto de luz en la penumbra tumbada a mi lado, corazón de fuego. Ardías de dentro a afuera, un pedazo de carne viva, coleando y palpitante. No podía evitarlo, cogía tus… ¡oh! Museo condenado a bultos blandos, y aquello fue definitivamente para mí como una descarga, como un beso de Dios Padre en los labios de un hombre pecador.
Apreté tanto tus Tetas que terminé por despertarte: “¿qué haces, amor?”. Yo seguía exprimiendo, no contesté, sólo amasaba tus blandas bolas, tus dos pelotas de carne, aprisionadas en la tela de un sujetador, hasta que al fin sentía la palma de tu mano en mis..., bueno..., acariciándolos...
¿Qué sentido misterioso contiene en sí el prensar tibiamente una Teta blanda de una mujer hermosa?
¿Por qué no me canso nunca de apretarte y apretarte y apretarte?
Teta es el símbolo del Paraíso en la Tierra, el último vestigio alegre. O, la expresión exaltada y perfecta del paisaje. Por eso las amas de las mamas untan a ellas cremas y les dan masajes, e incluso les hablan, como a las flores. Todo el Poder-Mujer que la Teta posee, toda su fuerza, más que enorme depende de las atenciones de las amas de las mamas.
Dios debe tener Teta. Dios tiene que ser necesariamente una Teta, aunque Divina. Ustedes pensarán que lo digo por decir, pero lo juro, estoy convencido de que la Teta fue el Principio, con sus aureolas y su pezón, también divinos.
Mecerme entre dos Tetas como una hamaca entre palmeras.
Dos Tetas pueden más que una carreta.
La máxima expresión de la Teta es cuando es la trabajadora en el Dignísimo Empleo de la Lactancia
En cuanto a ti, amor, te quiero Teta única y no mujer completa. De vez en cuando, es cierto que me sobran tus labios, tus hombros, tu espalda, tu tajo entre tus piernas y tu culo. Sé Teta toda entera para mí, mujer. Al menos una hora cada día.
¿Qué diseño tan cruel, y tan perfecto es una Teta femenina? Me pierde. Donde hay Teta, sobra toda palabra.
Entre nosotros, que no se entere nadie: ¿le comerías las Tetas a una vieja mona, si las Tetas de mujer desapareciesen?
¿Y no es sospechosillo ese canalillo, esa zanja ardiente que queda entre las Tetas?
¿Para qué está ahí, sino para albergar y dar cobijo?
La cuestión es: ¿cuántas veces Teta hasta que Teta canse?
Aún no sé la respuesta...
In nomine Teta et Areola et Pezón Sancti, mamen
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 2:07 am
Gambrinus
Gambrinus era el chico que trabajaba de ayudante de un vidriero de la ciudad de Kortrick, en la antigua Flandes.
Su amor secreto se llamaba Margarita, una de las hijas del maestro vidriero, aunque por su condición de aprendiz no podía aceptarle. Con el corazón roto, el muchacho abandonó el taller. Buscó consuelo en la música, se compró una viola y aprendió a tocarla. Al año siguiente participó en los conciertos de las fiestas del verano. Con la idea de burlarse de él, todos los habitantes de Kortrick fueron al concierto. También fue Margarita, y su presencia le puso tan nervioso que no pudo tocar ni una sola nota. Triste y desencantado, se marchó al bosque decidido a ahorcarse...
____ El orgullo de una mujer no es un motivo de suicidio -dijo una voz. Gambrinus descubrió la figura de un diminuto anciano.
____ No os conozco y me dais un consejo. ¿Quién sois?
____ Me llaman Ruud" - respondió el anciano.
____ ¿Y qué deseáis de mí?
____ Vengo del País de los Seres Pequeños de las regiones subterráneas de la Tierra, y deseo ayudaros.
____ Extraña es vuestra amabilidad. ¿Y en qué queréis ayudarme?
____ A olvidar a la dama que os atormenta -respondió Ruud.
____ Algo querréis a cambio.
____ Vuestra vida. Cuando pasen 70 años vendré de nuevo a buscaros y a llevaros conmigo a los mundos subterráneos.
____ De acuerdo. Pero deseo que mi estancia en la tierra sea feliz.
____ Esperad un momento.
Y como por arte de magia, hizo aparecer una enorme extensión de tierra tupida de varas de abedul, sobre las que trepaban unas plantas con flores amarillas. Al fondo, se distinguía una construcción de piedra.
____ ¿Qué es esto? -preguntó Gambrinus.
____ Una plantación de lúpulos, y al fondo, una fábrica de Cerveza. La flor de esta planta curará tu mal de amores. –Ruud llevó a Gambrinus al interior de la fábrica y le enseñó a fabricar cerveza:
____ Con cebada y lúpulo harás vino de Flandes y le llamaremos Cerveza.
Ruud le ofreció una jarra de aquel líquido. Gambrinus se lo bebió de dos tragos y de pronto le embargó una sensación de bienestar. Por primera vez, dejó de pensar en Margarita.
Al otro día, volvió a Kortrick y compró un terreno donde plantó lúpulo y construyó una fábrica de Cerveza.
Un domingo de verano invitó a todo el pueblo a probar la Cerveza y los habitantes de Kortrick empezaron a sentirse alegres.
Gracias a este elixir mágico, Kortrick se hizo famoso. Se instalaron fábricas por todo el país, y el vino de cebada se extendió por los Países Bajos, Italia, Alemania, Escocia, Inglaterra, España...
El Rey de Holanda concedió a Gambrinus el título de Duque de Brabante y Conde de Flandes.
Pero el título que más le llenó fue el que le otorgaron los habitantes de Kortrick: ‘Rey de la Cerveza’. Gambrinus olvidó a Margarita y vivió en paz hasta los 90 años, que entonces, una mañana muy temprano se presentó Ruud. Le reconoció enseguida y, sin mediar palabra alguna, abandonó su castillo y partió hacia el País de los Seres Pequeños. Ya allí, su tamaño menguó y vivió eternamente.
[b]Cruzcampo – La cerveza de España
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 2:11 am
Corazones destrozados
Penoso se nos está haciendo el trayecto a través de este triste y difícil camino. Extenso es el cuaderno de nuestras acumuladas penas. Los ojos enrojecidos por tantas lágrimas de seda, ahora de percal, nos duelen. Nuestros corazones lloran con desespero por tanto amor dado, inútilmente…
Puedo jurar, sin riesgo a pecar, que olvidarnos mutuamente es el mayor de nuestros deseos y que lo que más ansiamos es dejar de sentir nuestros brazos rodeándonos nuestros cuerpos, y también borrar todas las huellas de nuestras caricias y nuestros besos, además de no volver a sentir nunca más nuestras bocas, que, en un pretérito relativamente próximo, surcaban nuestros sexos. Olvidarnos completamente, y para siempre, de nuestros olores entre todos los olores. Y por último, navegar cada uno por su lado para olvidar los sabores antes catados y ahora vomitados…
¡Cuantísimas dañinas mentiras escupen nuestros labios al hablar de lo que sentimos en este horrible compás sin espera! ¡Cuantísimas ganas tenemos por escapar a toda vela de los altos mástiles que antaño eran reales, pero que hogaño son inexistentes, sin embargo, todavía elevan nuestros corazones!
En estos momentos finales de enorme sufrimiento y dolor, a mí sólo me sirve como único consuelo el imaginarme que también tú vas a llorar a canales por nuestro amor perdido.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 2:50 am
Ella, él, el amor, el desamor
Ella estaba profundamente enamorada de él, pero él no estaba i pizca enamorado de ella.
Ella lo había sospechado por pequeños detalles insignificantes, tan poco relevantes, en realidad, que no le servían para convencerse definitivamente de que su amor no era recíproco. Tampoco era que él no la quisiese, no, no era eso; habían compartido juntos tiempo y experiencias. Pero esto no significaba que él estuviese enamorado de ella.
La cuestión es que un buen día, o un mal día (según se mire), todo acabó. A ella le tocó sufrir, y a él le tocó huir de un sentimiento de culpabilidad.
Y pasó el tiempo; y él, convencido de que todo el amargor de ella había pasado, se atrevió a brindarle su amistad, y ella, aferrándose al amor que todavía le profesaba, la aceptó. Pero es sabido que amistad no es igual que amor, al menos no siempre, y por supuesto no en ellos. Ella traducía cada mirada, cada gesto, cada palabra de él en una posibilidad de volver a empezar; él, simplemente, no traducía nada.
Un día, él osó contarle que cohabitaba con otra mujer, y ella lo encajó, llorando por dentro y sonriendo por fuera, pero los gestos y las miradas de él la herían. Pero, sin embargo, luchó con todas sus fuerzas por no quererle, por no verle, por olvidarle… Pero no lo conseguía.
A cada llamada suya que no iba a responder, respondía. Cada vez que la citaba, ella, guapa y radiante aparecía, y su orgullo se tragaba, sólo por verle, por hablarle, por estar con él…
Uno de esos días, llorando él, le dijo que su amor lo había dejado, pero ella, en vez de alegrarse, le curó la herida y le dio lo que no sabía darse a sí misma.
Un día de vino, luna y clavel, él confundió la amistad. Ella quiso creer que por fin iba a “pasar” de nuevo. Y pasó. Hicieron el amor tiernamente. Y salvajemente también. Más tarde, juntos ya, se rieron de todo, como en los viejos tiempos. Y abrazados el uno al otro durmieron, como en los viejos tiempos.
A la mañana siguiente, ella despertó primero, y luego se puso a mirar cómo dormía él. No hubiese cambiado nada, ni una gota de agonía, por un segundo de la noche de aquel día.
Pero el golpe fuerte y definitivo se produjo cuando ella le oyó musitar el nombre de la otra mujer, con una dulce sonrisa en los labios,
Entonces ella, pacientemente, le cubrió el cuerpo desnudo, y se prometió a sí misma no llorar nunca más por él.
El odio, pero azucarado, que en ese instante la invadía, podía más que una posible reconciliación. Y aunque sabía que todavía le quería, algo que por el momento no podía evitar, decidió que ya era hora de sacar su orgullo a relucir.
Así que cuando él despertó y ella había visto la realidad de la situación, y luego del intento de él de llorar en sus brazos, tranquila y firme lo apartó y le dijo claramente, y fríamente también lo que en adelante tenía que afrontar
Cariño, reflexionaste tarde, muy tarde. Ahora tú estás empezando a enamorarte de mí, pero yo ya estoy terminando de estar enamorada de ti.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 2:55 am
Insospechada doble vida
¡Al fin viernes! Pensaba que nunca iba a llegar el finde. ¡Menuda semana llevo! En mi curro, tanto currar pa na, porque por las deudas que tienen con mi empresa, llevo cinco meses sin cobrar mi sueldo. Pero quiero pensar que esto es una cosa pasajera, porque siempre ha sido una empresa muy seria y siempre ha mirado por todos sus empleados.
La gente no para de celebrar todo lo que haga falta todos los días, pero sobre todo la gente que tiene pasta. ¡Y cómo no! Esta gente sí que pasa de crisis, de deudas, de problemas económicos y de todo… Y qué le vamos a hacer. Bueno, mientras no me falte trabajo a mí, me puedo dar por satisfecha.
Además, nos llevamos de puta madre mi pareja y yo; él es un tío que siempre me complace en todo, igual que yo a él. Formamos un buen dúo. No para de decirme: 'me gusta todo de ti'. A diario follamos y lo pasamos bomba. Sí, el Señor Cupido ha hecho un buen curro con nosotros.
Pero en días como el de hoy echo de menos mi Sevilla de mi alma. Seguro que mis colegas de allí tendrán sus planes para pasar un buen finde; y más en invierno. En fin, no me queda de otra que volver a mi casa y estar con mi Pepe, que así se llama mi novio, y después, si se tercia y el tiempo no empeora…, salir un con él de bureo, acompañados de Rosa, Mar y sus chicos. Ellos forman mi trocito de Sevilla aquí, en Madrid.
Pasados diez minutos llego a mi casa; mi pequeño apartamento en Sol me encanta. Meto la llave en la cerradura y entro. Me extraño al ver la tele apagada. Son casi las tres y mi Pepe debería estar ya aquí desde hace más media hora. Dejo mi bolso y mi paraguas sobre el sofá, saludo a Balú, mi chucho, y cojo mi móvil. El de Pepe no da señal y parece que está apagado, por lo que me asusto más. ¿Le habrá pasado algo malo? ¡Bah!, seguro que se quedó sin batería.
Voy a nuestro dormitorio, para cambiarme y ponerme cómoda. Al abrir el armario, no está la ropa de mi Pepe. Me asusto. Abro los dos cajones de ropa interior; no hay nada suyo, y es entonces que me siento un nudo en el estómago. Presurosa voy al mueble de los zapatos: nada, ni botines deportivos, ni zapatos de trabajo, ni zapatos de calle; nada, absolutamente nada.
No sé qué hacer ni qué pensar. Lágrimas brotan solas de mis ojos. Ni un papel ni un mensaje. Sin previa conversación, sin explicación alguna... Nada.
Se largó sin decir ni pío. Me ha abandonado. Pero ¿por qué? Nos llevábamos bien, salíamos juntos a todas partes, siempre que ambos podíamos, hemos pasado este verano quince días de vacaciones en Punta Umbría. ¿Qué es lo que he hecho mal?
Me dejo caer al suelo y me pongo a llorar, como una niña. Balú se me acerca y no para de lamerme. Nota que me siento mal. Tengo un chucho muy listo. Me tomo un tranquilizante y me tumbo en el sofá, hasta quedarme medio dormida.
Me despierto sobresaltada por ladridos de Balú, me levanto cuando oigo el timbre de la puerta, repetidas veces. '¡Es mi Pepe!', pienso.
'Ha vuelto, tiene que ser mi Pepe', voy diciéndome en voz alta mientras corro hacia la puerta y la abro, pero me desilusiono cuando veo a Rosa y a Mar.
Ven sufrimiento en mi cara y en mis ojos hinchados de tanto llorar.
____ ¿Qué te pasa? -me pregunta Rosa, mientras cierra la puerta, e inmediatamente después me acurruca entre sus brazos.
Vuelvo a llorar, y ahora desconsoladamente mientras me está abrazando.
Mar imita a Rosa. Me abrazan las dos y entonces lloro más. Las tres nos sentamos en el sofá, con Balú sin apartar sus ojos de mí, como queriendo consolarme.
____ Mi Pepe se ha ido -respondo con voz débil, entre sollozos.
____ ¿Qué? ¿Habéis discutido? ¿Qué ha pasado? -me tri pregunta Mar, mientras me aparta algunos pelos de la boca.
____ No sé. Llegué de trabajar y me encontré el armario sin sus cosas. No ha dejado un papel ni nada; además, tiene el móvil apagado -digo con poca voz.
____ ¡Menudo hijo de puta es ese Pepito de los cojones! ¡Los tíos guapos no son de fiar! ¡Te lo he dicho muchas veces! -grita Rosa, enfadada.
Y eso que Rosa es muy difícil que se enfade; es la típica chica que no se enfada ni se molesta por nada, todo le parece bien, con todo está conforme, siempre está riendo o contando chistes, nunca la había visto enfadada, hasta hoy.
____ No entiendo. Estabais bien ¿no? -me pregunta Mar, moviendo la cabeza de un lado a otro, como no explicándose mi situación.
____ Yo estaba bien con él, pero, al parecer, él no estaba bien conmigo, aunque si fuese lo contrario, lo disimulaba de puta madre, el muy cabrón –le respondo y evito volver a llorar. Y lo consigo.
____ Tú no te hundas, cariño. Ahora mismo te arreglas como nunca y nos vamos a cenar y después de cachondeo. ¡Venga, ya estás tardando!
Rosa se levanta tras decirme eso y me coge del brazo y me mete en mi dormitorio.
____ Te queremos lista en una hora. Mar y yo vamos a nuestras casas a ducharnos y a acicalarnos de tigresas. ¿Vale?
____ Vale -respondo como puedo.
Me ducho, con más voluntad que ganas, me visto y me acicalo todo lo mejor que me permite mi ánimo, pero no dejo de pensar: "siempre es algo maravilloso tener buenas amigas pendientes de ti en todo momento, y eso que dicen que las mujeres somos menos amigas entre nosotras que amigas de los hombres. ¡Al carajo los tíos, o al menos mi ex tío!
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:00 am
¿Quiénes somos?
¿Por qué seguimos juntos? Podemos hablarnos, besarnos tocarnos, hacernos el amor, ¿pero sabemos quiénes somos? Vivimos inconexos, en apariencia, aislados completamente de la realidad.
Nos encontramos frente a frente, nos deseamos, pero ¿qué nos está pasando? No hace mucho éramos insaciables en el amor, pero de un tiempo a esta parte ni todos los poemas de amor juntos, podrían derribar la muralla que se ha interpuesto entre tu corazón y el mío.
¿Sabemos qué es lo que en realidad queremos? Nuestras manos y nuestros labios nos recorren por entero, nuestros cuerpos son los mismos de siempre, pero ahora resbalan el uno del otro. Ahora nos cubrimos, como si quisiéramos ocultarnos de nuestras miradas, sí de esas miradas mudas de las cuatro paredes de esta habitación desangelada.
Nos susurramos cosas al oído. Intentamos ser dulces. Todo inútil. No lo logramos. Te busco, me buscas, nos buscamos, pero ¿quiénes somos? Ya no sabemos saciarnos, porque lo que buscamos va más allá del placer sexual. Sin duda, hay en nosotros un algo oculto, encerrado en nuestro interior, inaccesible para los dos.
Nos oímos, pero no nos escuchamos; estamos lejos el uno del otro próximo estando Aunque nuestros cuerpos se fusionen y se aúnen nuestros sudores, frustrados nos sentimos con más monotonía que deseos. No nos servimos, no estamos enlazados por el amor. Ya no eres mía, ya no soy tuyo, y ya no podemos tenernos sin querer tenernos. Nos buscamos, sí, pero somos incapaces de encontrarnos.
Algunas veces coincidimos por pura rutina, pero sin suspiros, sin anhelos, sin darnos ni derramarnos enteramente el uno en el otro. Estamos ya en un abismo negro. Y ambos lo sabemos, pero nos aferramos a lo contrario, y hasta lloramos. Pero nada. ¿Qué es lo que podemos hacer?
Es como morir durante un tiempo, pero sin morir caemos en un sopor inevitable. Quizá algún día encontremos la desnudez de nuestras almas, nuestros corazones, más allá de la luminiscencia engañosa de nuestros cuerpos y la concupiscencia de nuestros deseos carnales.
Ahora seguimos e incluso insistimos, pero vencidos. Nuestros encuentros, lejos de ser placenteros, son dolorosos.
¿Dónde han ido a parar esas uñas clavadas en las espaldas, esas miradas ardientes, esas lágrimas de emoción, resbalando sobre nuestras mejillas?
Sinceramente, de verdad, no tratemos de equivocarnos, lo único que en estos momentos compartimos es el mismo sentimiento de soledad que nos reporta nuestra mutua compañía.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:04 am
Abdicación de una reina
El aire mueve mi falda oscura, tan recortada como el escote que luzco con orgullo. Mis negros labios son el contorno de mis ojos; mi cara, bien maquillada, y de un tacto de porcelana, mi melena pelirroja ondea salvaje al son nocturno.
Está vez seré yo quien busque mi dulce verdugo. Mi nombre es Lis Reina y Reina, y como dice mi doble apellido, soy su reina, y es por esto, que tiene que obedecerme, esté donde esté tiene que vigilarme, las 24 y los 365, tiene que protegerme a costa de su propia vida, tiene que acudir a mí si le llamo, aunque para una tontería sea. Es mi esclavo, mi amante, mi amigo, mi asesino, mi todo…
Me paseo por las calles atestadas de niñatos, que malgastan sus energías en busca de droga. Los bares de copas están llenos. El volumen de la música está por encima de lo establecido. En general, poca ropa. Vidrios de copas y vasos rotos crujen bajo mis botas de tacón. La gente de mí alrededor no es sino basura que mancha el piso que piso. Lo único que ansío es culminar mi juego secreto, mi aventura ansiada ¿A quién le importa cómo acabe? Toda historia tiene un final, y a ésta hay que ponerle uno. Claramente lo sabía mientras nos besamos por primera vez, cuando follamos por primera vez, cuando hicimos diabluras y locuras en la cama por primera vez. Pero él querías más de lo que yo estaba dispuesta a darte. Tenía que amaestrarle o hacerle desaparecer…
Yo ya me despedí de todas mis amigas.
Pero ahora regreso a lo que realmente me importa.
Ha empezado la caza, y con ella el sabroso sabor de un castigo infringido. Uso mis armas de mujer fatal contra los imbéciles, para darles celos. Y las utilizo con mucho gusto. Pero esta será la última noche que mate por celo. Por muchos que sean, para mí hay límites que nunca se deben transgredir.
Ahí está él. Su sola presencia me abruma. Percibo su furia como una tormenta que acecha. Como es noche de disfraces no me sorprende que vaya de negro y con una capa en la que me envuelvo, apartándome del bullicio de la fiesta. Al quedarnos solos en la calle, me pide un beso. No se lo doy. No se lo merece. Me dice que no puede soportar más ser un esclavo de un ama que tiene más esclavos. Le digo que ésta no es su decisión. De pronto, siento que una cosa punzante golpea mi vientre. Cuando bajo la mirada, pasmada veo una daga clavada en mi estómago…
Y es entonces cuando desobedezco mis propias órdenes y le doy un beso, incluso apasionado en la boca, pero de despedida. Mientras caigo en los macabros brazos de La Parca me digo para mi interior, incluso hasta con preponderancia, pero medio muerta, y medio viva:
¡Hay que ver lo complicado que resulta ahora encontrar un esclavo que sea obediente!
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:10 am
El Bosque Poblado [/size
[size=13]El Sol se filtraba entre los árboles. Una luz suave del atardecer, que traía consigo un viento de misterio y de sinsabores comenzaba a envolver aquellas casas artesanales, construidas con citaras de barro y techos de adobe. Alrededor de esas chozas, los residentes se afanaban en sus actividades cotidianas, sabían que cayendo la noche su voluntad les abandonaría, haciendo, de la antes llamada civilización floreciente, una triste marioneta controlada por los dioses, que eran seres ajenos al lugar y que tomarían posesión de sus cuerpos, sin que ellos pudieran reaccionar.
Un prolongado aullido se oía entre la espesura de la noche. Entre los árboles, dos grandes círculos rojos resaltaban y, como fuegos enormes, se hacían paso entre la noche de un aliento fétido, producto de los restos de la carne humana que había devorado y que anteriormente emanaba de su boca.
En una cabaña, un ser se transformaba: por su cabeza empezaban a salirle afilados cuernos, y las patas de cabra sustituían a las piernas empezando desde las pezuñas y coronándose en enorme priapismo. Sólo conseguía conservar la mitad superior de su cuerpo original.
Airado, buscaba su copa de vino para continuar la fiesta, que de tres noches atrás tenía lugar en su cabaña. Pasaban, por tanto, tres noches sin saciar sus energías sexuales que los sátiros tenían, y no por gusto propio, sino porque no había surgido una ocasión.
El hombre lobo se acercaba a la cabaña. Un apetito voraz se apoderaba de todo su ser. Cuanto mayor era la transformación del sátiro, mayor era el hambre que en él despertaba. Sentía el olor inundando sus narices, y el instinto era cada vez mayor.
No se podía contener, la suerte de la cabra estaba echada. Irrumpía en la cabaña y el sátiro se sorprendió, pero un gruñido salía de la boca del lobo y su mirada asesina intimidaba a su presa.
Parado en la puerta de la cabaña, el lobo bajaba de repente la mirada hacia el falo del sátiro. Sorprendido de que no le importase que su vida corría serio peligro, su erección iba creciendo. El sátiro reaccionaba comenzando a correr y dando saltos, mientras el lobo brincaba y gruñía tirándolo todo a su paso.
Dentro de la cabaña se escuchaban gritos, lamentos, gruñidos, súplicas eternas que se apoderaban de la noche, sin que nadie pudiese evitar escucharlas y sólo calladas por el Sol que, entre las montañas, empezaba a salir.
¿Había corrido el sátiro la misma suerte que otros que habían sido devorados por el hambriento lobo?
Cuando el sol de mediodía estaba en pleno apogeo, los residentes se acercaban a la cabaña para descubrir al agiotista del pueblo, abrazado dulcemente al vendedor de licores, ambos desnudos.
El insaciable e incontrolable apetito sexual del lobo era mucho mayor que su saciable y controlable apetito de alimentos.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:17 am
Luchaba
Luchaba por que aquella nocheno fuese un espejismo. Luchaba para que viniesen más noches así, y rezaba para que el destino lo hiciese posible.
La recuerdo como si fuese hoy. Nos hallábamos paseando de noche en la playa. ¿El motivo? ¡Qué importa! Lo único que importa es que estábamos juntos. “¿Sabes qué quizá por orgullo, o quizá por encontrar una mejor ocasión, no te quería decir que aquella noche había sido la noche más importante de mi vida?”.
Aún puedo oler y casi saborear la brisa de aquella idílica noche. El cielo y el mar nos ofrecían un espectáculo grandioso, y, en medio de la noche, entre miles de estrellas, algunas mirando enamoradas, y miles de olas, algunas meneándose provocativas, estábamos ella y yo paseando, sin prisas y sin preocupaciones...
Recuerdo su aroma mezclado con el familiar salobre que se desprendía del agua del mar. En principio, mi idea era rememorarle esta historia a sovoz, pero mi corazón ha preferido guardar todos aquellos instantes para plasmarlos en estas líneas, y así ella los pueda leer y conservarlos.
Aún puedo sentir tus miradas sobre las mías y puedo ver con sorpresa cómo querías contar las estrellas. “¿Recuerdas la Osa Mayor?” “¿A que, has olvidado la Osa Menor y la historia que te conté de ella?”, te pregunté entonces. Y ahora, solo y nostálgico, miro las estrellas y todo me transporta a aquella mágica noche.
Recuerdo como una de mis manos caía por “accidente” encima de la suya. Mi dedo índice parecía tener vida propia; y cual fugitivo comenzó a recorrer la puntita de tus pezones. Al inicio dudé, ya que la amistad que por ti sentía era grande y por nada del mundo quería perderla. Palmariamente sentía tu reacción, como si una ligera descarga te hubiese llegado. Pensé retirar mi dedo, pero tu manifiesta relajación era una invitación a continuar.
Me inventé una nueva constelación para ir ganando tiempo y poder subir de nuevo mi dedo. Tú, siempre deseosa, me seguías la corriente. Me llevé la otra mano a mi pelo, disimulando para enfrentarme al miedo de perderlo todo. Pero no, lo intenté otra vez. Total, si queja se producía puede decirse que somos amigos con derecho a “algo”. Como hoy se dice: “con derecho a roce”.
Mi respiración se agitaba. Los segundos se hacían largos. Cogía aire, y mi dedo de nuevo a la carga. Y ahora mejor porque lo esperabas, y noté cómo tu respiración se hacía cada vez más acelerada. Nuestras caras expectantes..., pero por mucho que lo intentábamos no nos atrevíamos a mirarnos, sólo mirábamos el mar. Llevé mi mano sobre la tuya y mis dedos se abrían paso entre los tuyos en una danza suave y rítmica y sensual y eterna. Podía sentir cada hilo de tu mano, el latir de tu pulso y tu respiración sincronizarse con la mía. Te apreté más fuerte y sentí el calor de tu piel. Nuestras almas bailaban un bolero. Con los ojos cerrados, me sumé a ti en un solo pensamiento, un solo sentir, una sola respiración, un solo corazón, una sola alma. Y después, no pudiendo aguantar más ninguno de los dos, nos fuimos a la orilla, nos besamos apasionadamente y entonces... pasó lo que tenía que pasar, que nuestros cuerpos se juntaban y se comprendían. ¡Y culminaban!
Y desde aquella inolvidable noche sacamos en claro que queríamos ser uno, que no podíamos vivir separados.
Empero la clarividencia de aquella noche, hoy estoy solo y lejos de ti, mirando el mismo cielo, y el mismo mar. Pero quiero recordar que aquella enmarcada noche, la recuerdo como si fuese hoy.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 6:40 am
Matrimonios fracasados
Primavera loca: frío en las mañanas, calor en los mediodías, calor intenso en las tardes, en las noches de nuevo frío, y más frío en las madrugadas.
Por eso he cogido un catarro. Es frecuente resfriarse en un clima así. Pero resfriarse con un sol brillante, es lo más tonto que te puede pasar.
Era lunes, y, como siempre, a las tres salí de la oficina. No paraba de estornudar. Me dolía horrores la cabeza. Me crujían todos los huesos…
Los lunes eran mis días favoritos para una infidelidad asegurada, sin sospechas, sin temores. Los lunes son adrenalina pura. Hoy, resfriado, con un pañuelo de papel en una mano y la otra sujetando el volante del coche, rumbo a mi casa voy. Me espera un zumo de naranja y un Ibuprofeno. Mi mujer estaba para salir, y sólo me dijo que había dejado en la nevera una jarra con zumo de naranja y sin decirme más palabra abrió la puerta de nuestro piso y se fue. Y yo me fui al botiquín y saqué una pastilla de la caja del Ibuprofeno. Fui a la cocina, cogí un vaso y me serví zumo. Me sentía jodido. “Los lunes de carne” me tomaba un zumo de naranja con ron. Pero, ahora, zumo de naranja con Ibuprofeno.
A ella le gustaba el ron. Un licor dulce como ella. Salía de la oficina a las tres, como yo, pero nos veíamos poco. Era la secretaria de nuestro director, y yo el contable de la empresa. Ella con un marido guaperas y un aventurero compulsivo; y yo, con una esposa ausente, ocupada y preocupada sólo por su línea. Casados y cansados los dos de tanto tedio…
Me gustaban sus manos, sus uñas rojas, sus tacones que sonaban al acercarse a mi oficina; sus medias color carne, sus pantorrillas, que parecían decir “tócame”. No sé ni cómo nos hicimos amigos, pero no me gustaba como amiga. Mi obsesión era follar con ella. Sólo con verla, mi polla hervía y su voz alentaba a mi lívido…
Un día de aquellos me encontraba solo en la oficina centrado y concentrado en mis números. No la sentí llegar. Solo oí su voz. Me di la vuelta. Me miró en forma rara. Sin hablar, me levanté. No había nadie, únicamente ella y yo. Le cogí la mano y se la besé. Pasmada, me miró. Primero le besé suave cada dedo, muñeca, palma, y le dije hola. Estaba ella como queriendo decirme algo, pero no; colgó su brazo en mi hombro, nos besamos, su cara pegada a la mía. Su boca abierta parecía comerme. Mi mano en su espalda buscando… buscando ese mágico broche que lo abre todo. Lo hallé. Sabía que si apretaba caería la falda, y algo más. La miré. Seguía besándome, su mano en mi pecho. Pulsé el broche, y cayó lo que queríamos que cayera. Sentía su tensión y yo me sentía en la gloria. “Hoy vas a ser mía”, pensé…
Una de mis manos bajó a escudriñarla. Me atraían sus piernas cubiertas con medias. Me puse en cuclillas. ¡Hermosa mujer! ¡Hermoso cuerpo! Besé sus rodillas. Me cogió el pelo, no veía su cara, su preciosa cara. Le besé una pierna, no, la saboreé. Conté algunos lunares pequeños mientras subía. No me soltaba el pelo. Suave, con mis dientes, tiré de ese tirante que sujeta esa pieza de tela nimia que cubre su pudor. Tiré dos veces y en las dos sentía su calor. Dejó de acariciarme el pelo. Mi pelo se convertía en el soporte de su estremecimiento...
Dudaba de cuál iba a ser mi siguiente paso. No quería defraudarla. Me gustaba, la deseaba y a la vez la respetaba. Pero creo que percibía mis dudas. Me cogió la mano y tiró de ella. La vi de nuevo de una forma panorámica: hermosa mujer. Me dijo: “ven”. Me llevó a un sofá grande en aquella oficina silenciosa. Hacía yo lo que me decía mi corazón y le pregunté:
____ ¿Qué es lo que quieres que te haga?
____ Lo que me vayas a hacer es más cómodo aquí, ¿no crees? –respondió.
Se tumbó sobre el sofá. Ahora la veía en horizontal. Me gustaba más así. Trataba de entenderme a mí mismo. No sé de dónde me salía un deseo de morderla, sentir sus suspiros, venidos a quejidos. La besé de nuevo en la boca. Me quitó la camisa. Me rasgó la espalda con sus uñas. Sentía dolor y placer. Mis manos acariciaban sus muslos y cachas. Le besé el cuello, iba bajando. La seguí besando. Bajé no es lo correcto, me desplacé es lo idóneo. En cada beso sus ¡ahhh! eran acelerados. Mis dos manos me quitaban todos los obstáculos. Cada movimiento de mi boca era un dulce suplicio para ella…
Sus manos, clavadas a mi espalda. Su respiración poco agitada hasta hacía poco iba acelerándose. Me llevó otra vez a su cara, a su pelo revuelto, su mirada dulce y su brillante sonrisa. “Me tienes loca”, me dijo. “Y tú a mí”, le dije. Y nuestros cuerpos se fundían y pasaba lo que se veía que iba a pasar…
Era feliz y se veía feliz. Me besaba apasionada. Me quitaba el pantalón. Ver aquella mujer dándome placer era más que felicidad; como pasar del sólido al gaseoso. Ciertamente era predecible. Ella lo sabía, pero mi felicidad era tener sexo con ella y esa felicidad valía más que cualquier otra cosa…
“Terminamos”, nos vestimos y hablamos serenamente. No me amaba, tampoco yo a ella, simplemente nos complacía jugar al sexo. Estábamos seguros de eso. Me proponía vernos dos veces, según circunstancias, al mes en algún sitio íntimo. Me pidió por favor que siempre llevase ron, que ella llevaría zumo de naranja. Le sugerí zumo de limón, pero ella insistía en zumo de naranja… “Y una vez más, ganó Eva”.
Nuestras relaciones de puro sexo duraron dos años y medio. Pero poco a poco nos íbamos cogiendo cariño. Contribuía su esposo a que lo nuestro acabase, que un día apareció y se la llevó consigo a... no sé dónde. Entonces me quedé más solo que antes, aun con mi esposa en casa. Se acabaron mis encuentros con ella, mis charlas con ella, mis besos con ella, mis abrazos con ella, mis intimidades con ella…
Ahora aquí, en mi casa, echado en el sofá, ya sin resfriado, pienso en el ron con zumo de naranja. Pienso en ella y en lo difícil que resulta encontrar una mujer como ella: guapa, cuerpazo, liberal; una mujer, en cierta manera, feliz por como es, pero, en definitiva, una mujer abandonada. Como yo.
Por lejos que se la lleve su marido y por acaramelado que ahora se muestre con ella, sé que volverá a mí. Sin ataduras, pero volverá. Yo le di lo que no supo darle su marido. Y mi esposa, como siempre, se dada a sí misma, sin preocuparle mi persona, y mucho menos mis necesidades de sexo…
Y volvió. ¡Vaya si volvió! Al día siguiente y como loca me buscó. Pero esta vez para no separarnos más. Se divorció. Me divorcié. Y ahora convivimos sin habernos casados. La mejor de todo esto es que ni ella ni yo tenemos hijos de nuestras anteriores parejas. Y también decidimos no tenerlos en común, al menos por ahora. Somos felices así. Seguimos en nuestros respectivos puestos de trabajo. Estamos enamorados. Viajamos, reímos, nos divertimos, hacemos el amor, la amo, me ama... ¡Nos amamos!
¡Ahora, la vida nos sonríe y es buena con nosotros!
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 7:00 am
No respondías a mis S.O.S.
Esta historia que cuento a continuación es triste y luctuosa, pero también es real como la vida misma.
Apoyada sobre la pared de aquel bar de copas y dando la espalda al bullicio de las personas que al otro lado deambulaban, Pili removía con su cucharilla una y otra vez el azúcar agolpado sobre la superficie cremosa de su café, el cual colmaba su tacita roja.
Todo el tiempo estaba pensando qué leche hacía en aquel bar y por qué terminó accediendo a la petición de Pat.
Desde aquella noche de verano de hacía seis años, su forma de considerarla había cambiado, y sólo con recordar lo que había ocurrido le causaba pudor y rechazo. Se sentía ridícula esperándola. Sólo la reiterada insistencia de Pat por verse, la tenía anclada en una silla. Llevaba tiempo evitando el encuentro, evitándolo a toda costa, no respondiendo a sus llamadas, sus correos y sus mensajes...
A medida que el azúcar se iba disolviendo en la tacita, la mesas con tapa de metacrilato se transmutaba en polvorienta; las amarillentas paredes, en blancas adornadas con pósters. Las cabezas de las gambas y los huesos de las aceitunas en torno a la barra estaban entre revistas viejas. Y allí estaban Pat, Lu y Pili, una muy calurosa tarde de julio. Lu, limpiándose las cenizas que habían caído en su pantalón azul; y las dos chicas, riéndose de la situación, sin moderación en sus risas, descaradamente, sin rodeos. Llegando incluso hasta molestar a los clientes vecinos de nuestra mesa.
Estaban reunidos en torno a una botella de whisky medio vacía, y tres vasos anchos de cristal, cuyos se iban vaciando y llenando a discreción. En la máquina de los discos, un vinilo de Elvis bordaba un rock. Las chicas criticaban lo aburrido que era Lu, siempre enfrascado en sus libros y sus estudios. Pat lo señalaba con un dedo flácido por el alcohol, y Lu se defendía con obscenidades, que largaba sin control; inteligibles algunas, y otras, meros balbuceos.
Pili no paraba de reírse. Pat, imaginándose que Pili estaba poseída, la besó, bajo el pretexto de exorcizarla. Sus carnosos labios, cálidos y bien humedecidos, se unían a los de Pili, fríos y tensos, en un principio. Se sentía confundida, pero desde su vientre un calor ascendía hasta su boca y devolviéndole la tibieza a sus labios. Sin saber cómo ni por qué, aquel beso hembra la atrapó con igual fuerza que uno de macho. Miró a Lu, y éste, con la mano aferrada a su vaso, asistía perplejo a la escena. Las dos chicas seguían besándose con creciente intensidad. Pili, directamente no actuaba, sólo se dejaba llevar. Después, Pat invitaba a Lu a unirse a ellas mediante un guiño y mordiéndose su labio inferior.
Lu dejó el vaso en la mesa y se reincorporó de su silla. Pili sentía las uñas de Pat, recorriendo su espalda y alternando con las tetas y los muslos, cual traviesa culebra. Cuando Lu llegó hasta ellas, sentía ascuas en su cuello, que castigado era después con mordiscos, crispando éstos sus nervios. Las risas dejaban paso a un coro de suspiros, y en el ambiente crecía en calor, o al menos eso era lo que sentía en sus orejas, que ardían. Poco a poco, iba perdiendo la ropa. Temblaba su cuerpo como gelatina. Cada caricia y cada beso que recibía, alteraba su piel, que se erizaba completamente, sin poder ni querer evitarlo.
En fin, el gusto al que Pili era sometida abortaba todo intento de concienciación de la situación. En su interior sentía un fuego descontrolado que amenazaba con calcinar hasta el último poro de su cuerpo Los graves jadeos de Lu, eran melosos, y su cuerpo endurecido se movía impulsivamente. Pat no dejaba de acariciar la piel de Pili, besándola, lamiéndola, mordiéndola... Y Pili entraba en una ebullición dinamitada empezándole a temblar de un modo espasmódico todo el cuerpo, mientras la montaña seguía volando en pedazos y el fuego traspasaba su boca, en aullido convertida.
El zumbido de una tertulia del fondo de aquel bar, la transportaba de vuelta a la realidad. Y ahí seguía ella, removiéndose el azúcar en el café.
De repente, la puerta de entrada del bar se abría y aparecía su amiga Pat, vestida con falda y blusa rojas. Escrutaba todas las partes del local, hasta que sus miradas se hallaban. Sonrió y agitó su brazo derecho, acercándose a su mesa. Pat tomó el mando desde el principio de la conversación y tras tocar diferentes asuntos banales, a los que Pili respondía con monosílabos, endurecía la cara y con un tono de voz apagado le dijo:
____ Pili, tengo cáncer de páncreas. Me lo detectaron tarde, y el médico dice que no cree que llegue a fin de año.
____ Pat, yo... -balbuceó, incapaz de seguir hablando.
____ Esto mismo he intentado decirte tiempo atrás, pero no respondías a mis mensajes. Si hubiese sabido que enviándote una carta me hubieses hecho caso… -cogió un poco de aire y después lo dejó escapar en un suspiro- …habrías recibido mi situación en tu buzón mucho antes.
De pronto, las voces se apagaban. Una cortina negra tamizaba las ventanas y las bombillas del bar. Pili enmudecía, y millones de estados de ánimos aprisionaban su garganta, casi asfixiándola. Tenía ganas de llorar, se sentía arder los ojos. Por contra, Pat sonreía y al mismo tiempo le acariciaba la cara, tratando de actuar como bálsamo consolador.
Con la misma sonrisa en los labios, la miró fijamente y le dijo:
Pero no te preocupes ni tengas ninguna clase de remordimientos por nada. Sólo te pido encarecidamente una cosa, que me recuerdes por cómo te besé aquella vez y no por cómo voy a morir.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 7:11 am
Recuerdos que hacen daño
Pues sí, esta es la pura realidad. Caprichosamente, la vida a veces se comporta extremadamente extraña. En este caso concreto, los dos protagonistas de esta historia acababan de conocerse y precisamente se estaban conociendo.
Estaban sentados en el frío suelo, sin más luz en el cuarto que la que venía de una casa vecina. Las ventanas estaban cerradas. Hacía tiempo ya que habían quitado las cortinas, porque en aquella casa no hacían falta ya. Un cuarto conocido y a la vez desconocido, sin cama, sin armario, sin ropa, sin mesilla… Vacío enteramente, salvo una colchoneta y ellos dos con las respiraciones agitadas, sin contacto físico. Sabían que había momentos en que era mejor hacer que arrepentirse y los dos preferían lo primero, cada uno con sus diferentes idiosincrasias.
Se sentía nervioso, pero seguro de sí. Miró las paredes que podía distinguir, y los recuerdos le llegaban sin imágenes. Allí habían vivido antes de que se besasen por vez primera, allí habían vivido la derrota de los avatares, ribeteada por un ‘a ver qué pasa’. Allí, sin flor ni besos, él había cambiado ls ropa de calle por el pijama, se había metido en la cama y había dedicado su insomnio a su placer personal; pensando en que ella le besaba. Ahora todo era disímil cual rutina rota. La maldición de su cuarto infantil se rompía porque él cogía a ella la boca y la besaba, ella accedía y abría los labios, con los ojos cerrados.
“En éstos párpado hay algo”, pensó mientras se disponía a sacarle de la boca lo que quería callar. Ella llevó la lengua a la entrepierna de él, lamiéndole, subió al pecho. La sensación era diferente a las anteriores; de hecho, para los dos era un mal necesario. ¿Tenía que pasar o era una bienvenida al mundo de los dos? Así se dice "gusto en conocerte", pero callaban los nombres. La evidente animalidad de los dos se tornaba en humana en el tiempo pasado.
Debido a la oscuridad del cuarto y al frío suelo, los sentidos tenían que adaptarse a esas condiciones. Ella dejó de sentir las piernas cuando él bajó su lengua. Le restó importancia a sus pechos, doloridos por los tirantes de la camiseta. Los ojos de ambos sufrían porque no podían verse. Tamaña oscuridad molesta los dejaba entre distinguirse u oscuridad, descubría sus nimios senos, que con la lengua buscaba los pezones, que ella por vanidad trataba de ponerlos a la luz y recordarlos siempre. Los mordía más de la cuenta, pero ella no se quejaba.
Era una sola historia, pero cada uno vivía la suya. Ella planeaba controlar el asunto, pero él, con todo su ser, quería sacar lo máximo de ella, por así decirlo.
Ahora se subía en él y la cabeza estaba incómoda y el suelo frío. Juego de roles. Su mano por fuera de la bragueta de él, sólo para sentirla, sin llegar a tocarla. El vello estaba próximo, pero ella sentía que el juego había acabado. Al ver traspasado el límite, se mordía los labios y le decía que no. La historia no era tal, era una ficción.
Y ahí estaban los dos, suspendidos en el centro de una historia que nunca debió empezar, dentro de un cuarto abandonado, sin conocerse y, encima, en ese momento, ausentes el amor, el deseo y la pasión.
“Las cosas no pueden quedar así”, pensó él. Pero ella pensó a su vez: “se acabó”.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 7:47 am
Suicidios de corazones
Era noche calurosa, pero suave brisa mecía las hojas de los árboles. Aquella cita era peligrosa y, aun sabiendo lo vital que era discutir el tema en privado, sabía el riesgo que suponía estar a solas con él, de noche y de todo alejado. Sin ser esto mala idea, al menos por complacer a sus desesperados deseos de por una vez sentirse amada, usó sus encantos de mujer y tocó los puntos débiles de él, sin compasión. Y él, como niño que se entrega por haber cometido una travesura de la que sabía que iba a ser castigado, unió sus labios a los de ella, no sin antes decirle que había perdido los papeles. Y, en realidad, los había perdido.
Lo más hermoso de los sentimientos humanos, es que los deseos son tan intensos e irrefrenables que son capaces de tumbar a la razón. Por esto, precisamente, llovía la mayor cantidad de besos deliciosamente cálidos que podía recordar...
Iba perdiendo sus formas, y sus manos empezaban a dedicarse con entrega a tareas más serias. Sus cuerpos se exigían un contacto, como los pulmones el oxígeno. Y así, pegados cuales siameses y rodando por la superficie del suelo, iban perdiendo la ropa que les iba estorbando...
Pero se cubrían con besos, trazando senderos con sus lenguas por la longitud de la del otro, se abrazaban amorosamente y se abandonaban a la locura de la calentura que le recorría los cuerpos mezclada con un amor tan puro y sincero, que hacían de aquel acto un auténtico suicidio de corazones...
Allí, casi a oscuras, entre caricias, besos y miradas febriles, no había lugar para las falacias. Cada milímetro de la piel, cada brillo de los ojos, repetían palabras de amor. Y ya podrían luego mentirse el uno al otro, quitarle importancia al asunto, fingir una fortaleza y andar en opuestas direcciones, incluso no volver a verse. La piel no tiene murallas; las miradas las atraviesan.
Esta forma de profesarse amor era como agotar un último cartucho, la última caja de petardos encendida, explotando en todas direcciones. Cuando él por fin entraba en ella, no le parecía brusco el dolor que le producía su invasión. Sabía ella que una primera experiencia con varón era dolorosa, pero tenía la sensación de que hasta le había subido el placer que estaba sintiendo...
Casi no sabía dónde aferrar sus manos. Le cogía la cabeza y enredaba una mata de pelo entre sus dedos y su otra mano arañaba la piel de su espalda. Él por vez más se iba volviendo más frenético en sus actos y no sólo le golpeaba sus embestidas, sino también sentía fuertes latidos dentro de su pecho desbocado, siempre y cuando su cuerpo se pegase al de ella. La sensación era intensa. Una euforia incontenible la recorría desde los pies al pelo. El ritmo de su amante se aceleraba hasta que sabía que algo tenía que estallar de un momento a otro. Lo sentía en su interior, mientras se desplomaba sobre su pecho. Acomodaba su cabeza en sus pechos, lo abrazaba contra ella, a la vez que le acariciaba el pelo y lo apretaba para sí con toda su fuerza. Lo sentía como un niño, pero su corazón le taladraba el pecho diciéndole: “mira lo que has hecho”.
El sabor agridulce del final la hacía sonreír de la misma manera, mientras cerraba los ojos y lo retenía más entre sus brazos. Él quería contribuir a su propio final, pero su fiebre se había apagado al catar la dura y cruel realidad; le pedía que lo dejara estar. El sentimiento de una pérdida tan grande que estaba sufriendo en aquel momento, la desconcentraba. El minuto de locura había acabado. Y ella, aun con una sonrisa agridulce de derrota en los labios, estaba dispuesta a dejarle ir sin pelear.
Había miradas tiernas, abrazos silenciosos, y después auto concienciación, excusas, mentiras necesarias y aclaraciones. Se vestían sin hablarse y, tras un último beso de despedida, el raciocinio había vuelto a marcar la pauta. Tal vez en algún lugar, algo o alguien lamenta que el ser humano siempre lo hace todo difícil.
Quizás ella, luego de haber vivido tantos años con hembra, no creía que acabaría compartiendo lecho con macho, y menos con uno que tanto había amado. Nunca sabía lo que pensaba, la única verdad que le había dejado acababa de terminar.
Se daban la espalda, y ella, cogiéndose las enaguas y atravesando campos en plena madrugada, corría con desespero hasta llegar a casa. Sigilosamente se colaba por la ventana y, tras desnudarse por segunda vez aquella noche, enseguida se hacía ovillo en su colchón. Decidía aprovechar la noche, porque era la única que podía conciliarle el sueño en mucho tiempo.
Cerraba los ojos, pero aún con el olor embriagador del reciente encuentro todavía en su piel, y poco después caía rendida, dormida.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:30 pm
Aceptar las cosas como son
Nada puede resultar tan difícil en ciertos momentos que aceptar las cosas como son. Sin embargo, este principio básico del bienestar emocional es clave para no frustrarnos cada vez que nos encontremos inmersos en situaciones que no nos gusten, o que los resultados no sean los esperados o apetecidos. La vida es así. No todo depende de nuestra voluntad. En muchos factores del destino interviene la suerte, y también la voluntad y el deseo de los demás.
Aceptar las cosas como son libera de una sensación de ansiedad y abren los ojos para entrar en contacto con el aquí y el ahora. ¿Pensamos que es difícil alcanzar el objetivo? Pensemos en las horas que pasamos dando vueltas a la cabeza a algo. Repasemos el sentimiento de ansiedad y rabia que llevamos a nuestras espaldas. Maduremos a un nivel emocional a la hora de entender que las cosas son como tienen que ser, más allá de que a veces queramos que fuesen diferentes.
Cuando nos pase algo que no nos gusta, aparquémoslo en el pasado por siempre, y sigamos con el presente. Es sano que nos relajemos y seamos felices. Visualicemos momentos de nuestro futuro, que, seguro que podremos abrirnos puertas, algo que hará que nos sintamos bien. Es malo que estemos tristes, porque la vida sea una caja de sorpresas. Con el paso del tiempo iremos conociendo a gente nueva con la que podremos cambiar opiniones y tenemos que lograr que sean gratificantes.
Aceptar las cosas como son demuestra que somos capaces de ser flexibles, y así adaptarnos a todos los cambios. La vida, en sus últimas instancias, es movimiento, cambio, evolución y velocidad.
Pero nosotros tenemos que marcarnos el ritmo con el que vayamos a empezar a caminar.
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:35 pm
Cómo atraer a tu hombre
Hacer el amor con tu pareja debe convertirse siempre en una obra de arte, y será así si tú, mujer, dejas que se explayen a plena libertad todos tus sentidos.
La mayoría de las mujeres no valora el poder que tiene a través de la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído, y sólo usa el instinto, el cual se puede volver monótono en la pareja, mientras que el delicioso cóctel de sustancias químicas, que genera la lujuria y la pasión, deje de bullir con la misma fuerza que al inicio de la relación.
Los hombres y las mujeres reaccionan de distintas formas ante los mismos estímulos y en una excitación sexual no es diferente. Hay algunos dominios que tú, mujer, debes ejercer a tu favor a la hora de seducir a tu hombre.
La vista es un factor común en ambos sexos; un punto que tú, mujer, puedes tomar como ventaja para atraer a tu hombre, entusiasmarlo y llevártelo a tu terreno...
Debes vestir lencería que te haga ver sensual a sus ojos. Debes moverte en forma provocativa y mirarle con deseo, al tiempo que decirle, sin decir nada, silencio, todo lo que estás dispuesta a ofrecerle y a darle si se deja llevar por ti.
Mujer, si quieres continuar explorando para atraer a tu hombre, un sorbo de licor es otra de las maneras de engancharlo. Dicen que a la mayoría de los hombres (en el tuyo lo sabrás tú) le va el olor a alcohol en el aliento, y es por eso, que antes tienes que con ese saber que sólo tienen las mujeres, preparar un trago y en el momento más oportuno catarlo en su compañía. Después tienes que besarle, profundamente, y repetidamente, y siempre sin dejar de usar tu imaginación.
No debes olvidar el contacto. Debes utilizar los dedos, en lugar de las palmas, para acariciarle el cuerpo. Y cuando tú, mujer, estés a punto es crucial que entrelaces tus dedos con los suyos, para gozar de una ola emocional y sensorial, igual de potente o más que un orgasmo.
Mujer, tus susurros deben ir acompañados de caricias y debes repetir su nombre tus te quiero y tus palabras cariñosas, pero tienes que decírselas al oído izquierdo, pues está controlado por la parte emocional del cerebro y tu hombre lo recordará y hasta no podrá evitar recordarlo más de una vez, y tal vez siempre.
Es importante que no olvides que el olor es otro punto crucial a la hora de hacer el amor porque, en tu afán de querer que tu sexo huela a gloria, cometes error. Nunca debes ponerte perfume en tus partes íntimas, pues esa mezcla de olores para ti es perjudicial. Tampoco debes esparcir perfume por las partes en las que él te vaya a besar, pero puedes hacerlo en las partes donde sientas el pulso, para que el calor de su cuerpo reactive la esencia.
Mujer, ahora todo queda en tus manos y en tu cuerpo. Pero para ello debes gozar todos los momentos de amor, deseo y pasión que se te presenten, y nunca pangas límites a tu imaginación.
Soñar es sólo el principio, pero tú, mujer, empedernida tienes que ser en sacar el máximo fruto a esos tus sueños
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:39 pm
Despampanante
Ojeando y hojeando el Diccionario Etimológico de la Lengua Española (D.E.L.A.), veo la palabra despampanante.
¿Qué significa despampanante?
Pues significa que algo causa una gran impresión, especialmente referido al aspecto físico en personas, por ejemplo: “una mujer despampanante”.
Es pasmoso que deja atónito por una buena presencia u otras cualidades. Por esto definimos un cuerpo escultural como un cuerpo despampanante (como la foto del cuerpo despampanante insertado al final de este escrito).
Y es que despampanante viene de la palabra latina pampinus (hoja de la vid), que significa “sin”. Con lo cual, si nos remontamos a la historia de Adán y Eva, resulta que despampanante es la sorpresa causada cuando la pareja original perdió las hojas de la vid que tapaban sus partes púbicas. “El pámpano” es el taparrabos que al caerse te deja en bolas.
Dando por bueno que el significado exacto de esta palabra es pasmoso, llamativo, que deja atónito por su buena presencia u otras cualidades, despampanante es un algo que es capaz de quitarle a uno el hipo, o la hoja, o el pámpano de la vid que le cubre sus partes.
Y también existe el verbo despampanar, que además de su significado literal: “quitar los pámpanos a la vid”, también posee la acepción: “dejar atónito a alguien”, que es como más habremos usado este verbo.
Visto lo cual, a partir de ahora voy a utilizar más este deslumbrante adjetivo, para aludir a cualquier cosa que me deje pasmado o asombrado, como si se me hubiese caído la hoja de parra…
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Re: SÓLO ESCRITOS NARRATIVOS
achl Lun Ago 31, 2020 3:43 pm
En el arte de la seducción, las mujeres
ganan por goleada a los hombres
No todos los hombres saben seducir a una mujer; por contra, aunque, generalmente, alardeen de sus dotes pata tal efecto, se equivocan reiteradamente. No es precisamente el dinero el único embajador privilegiado de los hombres para lograr fácilmente una presa femenina. Existen muchos otros factores o incentivos para tratar de conseguir sus propósitos de deducción.
A continuación, expongo, bajo un meditado estudio personal, algunos de los razonamientos que se deberían tener en cuenta a la hora de iniciar una seducción, que no una cacería
Hay hombres que piensan, seguros que para hacer realidad sus pensamientos, que ser directos es lo más acertado, pero a veces chocan y no entienden el porqué de que son rechazados, si la otra parte, la mujer, acepta sus invitaciones, e incluso ellos sienten que le miran de una manera un tanto especial.
Algunos otros creen que mostrarse irresistibles es llevar delantera, y siempre que se citan con mujer adoptan la imagen de ganador; usan todo lo que Dios y la billetera les ha dado para cautivar, lanzando miradas incendiarias ensayadas, y lo peor que visten para impresionar, sin tener en cuenta que lo normal es usa ropa de acorde con la edad, acompañada quizá de algún perfume masculino, que a los ojos de ellas les hagan sentirse más atractivos.
No faltan aquellos hombres que tienen sus egos inflados, y suponen que el hacerse los interesantes, respaldados por cara y cuerpo de macho ibérico y, cómo no, buena VISA es la mejor forma de darse tono para decirle a la chica de turno, pero en forma insolente, despectiva y casi insultante: “oye, puedo ser tuyo cuando quieras, pero si antes pasas por mi aro”.
Pero hay una cosa que está muy clara, y ella es que cuando una mujer no quiere ser seducida... nanay. No le importa el dinero, ni la ropa, ni el look, y mucho menos la arrogancia. La mejor forma de seducir a una mujer es, sin duda, dejarse atrapar por ella, pero contando con que el deseo de los dos coincida, que esa es otra...
No es nuevo, sino desde Adán y Eva (pero la Evita no tenía sus problemas con esto porque era la única mujer para pescar a un único hombre) que cuando una mujer pone el ojo en uno difícilmente se le escapa. La mujer sabe seducir arropada por sus numerosos encantos. Sin obviar el sexo, literalmente hablando, que es entonces cuando no hay escapatoria posible.
En el arte de la seducción, los hombres tienen mucho que aprender de las mujeres. Porque ni siquiera los guapos, cachas, ni los millonarios logran de ellas lo que ellas no están dispuestas a dar.
A las mujeres les atrae, y mucho, el dinero y su bienestar, sin olvidar, por supuesto, el grado de inteligencia, el índice cultural y el trato de un hombre que se acerque a ellas, y no sólo con intenciones de llevársela a la cama.
A veces las mujeres yerran en el disparo por más intentonas que hagan. A veces las mujeres dan en el blanco a la primera, pero, en cualquier caso, siempre serán ellas las que tengan la última palabra.
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